capítulo 1

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Los gritos eran tan potentes que podía sentir en mi corazón la agonía de esa chica, era tan sofocante incluso para mi, pasar esos segundos, no lo veía, pero lo sentía en mi, mi mente producía imágenes que me daban miedo, me asechaba el peligro en mi propia casa, era demasiado para mi, siendo tan pequeña; ¿Qué le hizo ella?, ¿Qué le hicieron todas esas chicas?, ¿por qué hace esto?, me preguntaba
cubriéndome los oídos bajo la cama, mi hermano mayor, Bruce, me abrazaba, el
miedo se apoderaba de mi mente, no sabía porque lo hacía, pero sabía que jamás
pararía; el cortaba su cuello lentamente, aun seguía con vida cuando comenzó a
rasgar su carne con ese cuchillo oxidado, no podía defenderse, estaba amarrada de pies y manos en una silla, pero de pronto, los gritos cesaron y el silencio se hizo
grande, un silencio que me daba aun más miedo; no pude acostumbrarme a escuchar esos gritos tan profundos llenos de dolor, pero era mi padre, y no podía hacer nada contra él, pues lo amaba, era quien me protegió, de manera muy absurda, pero es quien velo por mí, pero, también es quien mato a mi madre,
cuando ella intento huir conmigo en brazos y con mi hermano en mano; el tomo su brazo y la detuvo, la llevo al sótano, yo solo escuche su pelea, los gritos de mamá
pidiendo auxilio, mi hermano intentando abrir la puerta, pero estaba con llave, los
pensamientos me entumecieron, luego el salió y nos abrazo, me beso la frente y cerro el sótano con llave, pero ella nunca salió; mi hermano teniendo doce años
huyo de la casa, me dijo que fuera con él, pero yo no quise abandonar a mi padre,
Bruce me miro y beso mi mejilla, para luego bajar por el árbol hasta la calle y correr sin rumbo; todo acabo el día en que tocaron a la puerta esos policías, yo veía la
televisión cuando él fue a abrir, de inmediato lo arrestaron, me levante y camine a la puerta, el giro y me vio directo a los ojos, contuvo fuerza para pronunciar una frase que aun no comprendo.
-lo siento.- Dijo con ese brillo en los ojos provocado
por unas lagrimas;
no entiendo porque se disculpo, quede hecha piedra en la puerta, no entendí en ese momento porque se lo llevaban, y lo que era peor, no entendí porque lo asesinaron en aquella silla, o al menos es lo que me dijo una de mis compañeras de cuarto; si, me llevaron a un orfanato en las afueras de nueva york, donde pase mi infancia recordando esos gritos, huyendo de los niños y niñas que vivían ahí, no me agradaba ninguno, todos querían jugar y sonreír, y yo solo quería volver a casa y abrazar a papá, que tal vez era una mala persona para los demás, pero para mí, era el padre perfecto, el típico padre protector y amoroso; solía ver como los chicos se iban de la mano con su nueva familia, ¿y de mi?, bueno de mi se apartaba aquella pareja que llegaba en busca de un niño para adoptar, a mi jamás me veían y los que se interesaban, al leer mi expediente se alejaban, las
monjas esperaban que alguien se apiadara de aquella niña huérfana, pero claro, nadie quiere adoptar a la hija de un asesino; mi niñez, mi pubertad y poca de mi adolescencia, me la pase recordando la puerta del sótano, donde nunca mi padre me dejo entrar, ¿Qué había allí dentro?, me pregunto con frecuencia; ahora la oscuridad me aterra, pero no hay más miedo que el que siento cuando sueño que
empuño un cuchillo y me acerco al cuello de alguien, me da miedo el pensar en que

me convertiré, o en que me convertí; lo peor de empuñar un chuchillo y rosarlo por el

cuello de alguien, es que no sientes lastima, no temes asesinar a alguien, esos

sueños que no son pesadillas me dan miedo, no eh olvidado esos gritos, aun siguen

en mi mente y sé que formaran parte de mi vida, por siempre.

Piso las piedras que hay en la calle, siento que es mi primera vez en toda mi vida

que soy libre; he cumplido dieciocho años, soy libre de este orfanato. Observo lo

que hay a mi alrededor, lo que es muy poco, pero me llena de felicidad saber que

por fin después de casi trece años encerrada en esa basura de orfanato, puedo

La hija de un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora