Capítulo 33

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Después de bañarme, regreso a la habitación. Jackson ya esta acostado. No lo quiero mirar a los ojos. Sé que se siente culpable de la muerte de Elías, pero no tengo palabras para él. Me recuesto aún lado. Pero en lugar de darle la cara, me giro para mirar la pared. Después de unos segundo. Me cubre con las cobijas. Cierro los ojos y me esfuerzo en no llorar.


Siento la mano de Jackson en mi hombro, recorriendo mi espalada. Me giro para verlo a la cara, en lugar de su rostro está el de Elías. Dejo salir un grito y me tiro al suelo, regreso la mirada para verlo a la cara, pero ya no está. Me despierto con un grito que desgarra mi pecho. Todo fue un sueño. No una pesadilla, Elías no es una pesadilla. Pero tampoco es uno de mis mejores sueños. Jackson se incorpora de inmediato y me toma del brazo. No puedo evitar no asustarme. Pero al verlo comienzo a pensar mejor.

- ¿qué pasa?-. Me acaricia con su dedo pulgar el brazo.


-no me deja dormir, está en mis sueños.


- ¿Gustavo?


-Elías-. Respiro conteniendo las lágrimas. Jackson me toma por el mentón y me


lleva hasta su pecho, donde respirando su aroma me siento mejor. Se recuesta y me jala con él, haciendo de su pecho y abdomen, una almohada para mí. Escuchando su corazón, mis nervios se calman. Y lo erizado de mi piel, desparece, pues Jackson acaricia suavemente mi cabello hasta mi hombro. Y no lo deja de hacer hasta que me quedo de nuevo dormida.

Me levanto antes que Jackson, que desde anoche me tenia abrazada y no me soltó hasta que me levante.
Salgo a la sala, Bruce habla por teléfono desde mi móvil. Al terminar cuelga y se ve


que esta sonriendo.

- ¿por qué tan feliz?


-le eh preguntado a Bryan si todo está bien haya en Texas, si no ha pasado nada, Amelia, al parecer nadie sabe lo sucedido, eso significa que aún tengo mi trabajo.


-me alegro Bruce, aún eres médico forense-. Sonrío.


-aún tengo mi título, y si esto sale bien, me regresare a Texas, con Judith.


-Eso es una buena noticia-. Sigo sonriendo.


-Espera-. Se queda callado unos segundos. -Eso quiere decir que aún puedo sacar


dinero del banco-. Sonríe.


-bueno ve a sacar el dinero y así le pagas todo lo que nos ha dado Judith.


-Creo después de todo, no somos pobres-. Deja salir una risa.


Jackson sale del cuarto y se para a mi lado.


-eso es raro, ¿por qué sonríen lo dos?.
-Bruce sigue siendo médico forense.


- ¿eres médico forense?-. Bruce asiente con la cabeza. -vaya con el paso del tiempo


me voy enterando de muchas cosas-. Sonríe Jackson.

Estoy en la barrita sentada observando a Jackson y Bruce dormidos en el sofá.


La pantalla de mi móvil se ilumina. Lo tomo. Hay un mensaje nuevo. Presiono el


botón para abrirlo.

-Necesito entregarte información, te espero a dos cuadras de la estación de taxis, Marcos-. Entre cierro los ojos.


No le he dado el número de mi móvil a Marcos. ¿Cómo lo obtuvo? ¿Y qué información quiere darme? Debe ser algo muy importante. No me ha dado hora, así que supongo que me está esperando ya en el sintió que me indico. No quiero despertarlos y prefiero ir sola. Tomo mi móvil, corro a la habitación y cojo la navaja y mi pistola. Bajo las escaleras y antes de salir me coloco el gorro. Camino por las calles con la mirada abajo; aunque la gente parece despreocupada, pues se ha


corrido la noticia de que la casa de los asesinos fue incendiada, había dos cuerpos ahí, ninguno hasta ahora se ha reconocido, así que se piensan que es el mío, y el de Jackson.


Paso por la central de taxis, así que solo me queda caminar dos cuadras. A lo lejos veo el taxi de Marcos. Reconocible porque tiene una imagen de un dragón pegado


en la cajuela. Apresuro mi paso, y al estar aún lado del taxi. Abro la puerta y subo


cerrando rápidamente.

- ¿qué información me darás?-. Pregunto mientras veo por la ventana si alguien


nos vigila.


Me es extraño, Marcos no contesta a mi pregunta. Lo miro detenidamente, lo toco


por el hombro y puedo sentir que está muy frio y pesado. Observo su cuello, tiene


marcas. Lo asfixiaron. Marcos está muerto. Se me corta la respiración.


En su mano hay una nota, la tomo con cuidado, y salgo de inmediato del taxi, me coloco las manos en la boca para no gritar. Camino lo más rápido posible, mis manos me tiemblan y estoy tan impresionada que hasta la garganta se me ha cerrado, mis ojos están cristalinos. Intento mover más rápido mis pies, pero siento que me fallan. Cierro mi puño con la nota en mi mano derecha. La presiono con fuerza.


Choco con una persona, al verlo mejor veo que es Damian, el padre de Jackson. No esta vestido con el uniforme, pero al verme endurece el rostro.

-pense que estabas muerte-. Dice.
-muy pronto-. Aseguro.
-eso espero, me evitaras el sentirme culpable con la sentencia de muerte y matarte igual que a tu padre-. -hijo de puta-. Lo empujo con fuerza y me voy corriendo.

Llego al vecindario y subo las escaleras. Judith está en la cocina, Jackson y Bruce siguen dormidos, pero al azotar la puerta reaccionan. Entro a la recamara y me


siento en la puerta para respirar y contralar mi pulso. Recargo mi nuca en la puerta


y cierro los ojos para minimizar las lágrimas. Paso saliva y comienzo a desenvolver la nota.

"esto tiene que llegar a su final, sabes lo que significa; mis intentos de matarte han


fracasado, pero será el último intento el que decida, Amelia, acabaremos con esto en la


casa que has quemado, tu casa; te veré junto a esas cenizas mañana a medio día, tu sola, o te aseguro que asesinare a todos los que estén contigo, tal como lo hice con Elías y Marcos. Espero con ansias tu final, Gustavo".

-También espero tu final Gustavo-. Respiro profundo y convierto el papel en una


pequeña bola.

Esto se acabara, tal vez sea hoy el ultimo día mirando el rostro de Jackson. El último día con Bruce. Y con Judith. Será más sencillo si voy y me enfrento con el sin ninguna arma, pero sería darle la oportunidad y ya. Así que si voy a morir, va a ser peleando por vivir, tal como todo final. Peleare por vivir aunque mi final está escrito, moriré en el sitio que me convirtió.

La hija de un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora