The Sea Creature [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]

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Jimin caminaba a su lado, dejando que la arena se deslizara entre sus dedos descalzos. A pesar de la sensación de inquietud que todavía rondaba en su mente, no podía evitar sentirse seguro junto a Yoongi. La forma en que lo miraba, tan calmado y atento, parecía tranquilizarlo, como si todo estuviera bien, como si nada pudiera ir mal.

El sonido de las olas golpeando la orilla acompañaba sus pasos, creando una especie de burbuja de calma entre ellos. Jimin miraba al frente, distraído por la belleza del paisaje nocturno. La luna se reflejaba en el agua, dándole al mar un tono plateado y misterioso.

—Es hermoso, ¿No? —comentó Jimin, rompiendo el silencio mientras observaba las olas que venían hacia ellos.

—Sí. —Yoongi asintió sin apartar la mirada de él. —Pero no es tan hermoso como tú.

Jimin sonrió, ruborizándose levemente. Siempre había pensado que Yoongi tenía una forma de decir las cosas que lo hacía sentir especial, pero esta vez… había algo diferente en su voz, algo que lo hizo sentir un nudo en el estómago. Quizás era la forma en que lo miraba, con esa intensidad que no había visto antes, pero que ahora era tan evidente.

—Gracias… —dijo Jimin, bajando la cabeza, sintiendo un cosquilleo en las mejillas por el comentario.

Yoongi lo observó en silencio por un momento, y luego, sin previo aviso, lo tomó suavemente de la mano. Jimin lo miró sorprendido, pero no lo retiró. La calidez de su mano se sentía reconfortante, como si todo estuviera en su lugar.

—Quiero que sepas algo, Jimin. —dijo Yoongi, su voz grave y tranquila. —Siempre te he querido, más de lo que te imaginas.

Jimin lo miró fijamente, sintiendo su corazón latir con fuerza. Por un momento, el mundo parecía detenerse. Todo a su alrededor desapareció y solo existía el sonido de su respiración, el latido acelerado de su pecho.

—Yoongi… —susurró, incapaz de articular más palabras.

Yoongi sonrió, su expresión más suave, pero con algo de oscuridad en sus ojos que Jimin no alcanzó a comprender. A pesar de eso, no se apartó. No podía. Algo en él lo mantenía cerca, lo hacía desear creerle, confiar en él sin cuestionarlo.

Yoongi apretó un poco más su mano, acercándose lentamente, hasta que sus rostros estuvieron a pocos centímetros.

—Voy a hacerte feliz, Jimin. —susurró con una promesa que no necesitaba palabras para ser entendida.

Jimin sintió cómo la distancia entre ellos desaparecía, y antes de que pudiera reaccionar, Yoongi lo besó.

El beso fue suave al principio, tierno, como si Yoongi estuviera probando algo nuevo, algo que no quería romper. Pero pronto se tornó más profundo, más intenso, como si todo lo que habían compartido hasta ese momento se derritiera en ese contacto. Las manos de Yoongi se deslizaron por su espalda, atrayéndolo hacia él, mientras Jimin se entregaba completamente, cerrando los ojos y dejándose llevar por la sensación.

No había duda en su mente. Estaba seguro de lo que sentía. Yoongi lo había querido desde siempre, y ahora, finalmente, estaban juntos.

Nada podría separarlos, nada podría ir mal.