The Sea Creature [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]

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Jimin las observó, intentando procesar lo que acababa de escuchar. Estaba seguro de que debía haber algún error, pero las palabras de los padres de Yoongi lo dejaban sin aliento. Algo dentro de él. ¿Cómo podría ser posible?

—Eso es absurdo. —dijo, un poco más firme, aunque la duda empezaba a filtrarse en su voz. —No hay nada oscuro dentro de él. 

El padre de Yoongi lo miró con frialdad, sus ojos llenos de desaprobación.

—Si insistes en quedarte cerca de él, lo lamentarás. —advirtió, su voz baja, casi amenazante. —Esa cosa dentro de Yoongi no te dejará en paz. 

Jimin sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Qué querían decir con esa cosa? ¿Qué sabían realmente sobre Yoongi? Su cabeza daba vueltas mientras los observaba.

—No entiendo de qué hablan. —respondió, su voz tensa, estaba comenzando a frustrarse, porque no podía aceptar que los padres de Yoongi estuvieran diciendo esas cosas. —no voy a alejarme de él.

La madre de Yoongi dio un paso adelante, mirándolo fijamente.

—Solo recuerda lo que te estamos diciendo. —Sus palabras estaban cargadas de desesperación, como si intentara salvarlo de algo, aunque no pudiera explicarlo bien. —Si no te alejas ahora, será demasiado tarde.

Jimin los observó un momento, pero no pudo evitar sentir que algo no encajaba en sus palabras. La criatura, la oscuridad. Todo parecía una locura. No podía permitir que el miedo o las advertencias de los padres de Yoongi lo separaran de él. Si realmente había algo mal con Yoongi, lo descubriría por sí mismo. Pero no iba a creer en historias de terror sin pruebas.

—No les creo. —dijo finalmente, su voz firme. —Yoongi es como siempre ha sido, lo conozco, y sé que no hay nada malo en él.

Los padres de Yoongi intercambiaron una mirada cargada de frustración, pero no dijeron nada más. Se dieron la vuelta y se marcharon, dejándolo solo con sus pensamientos.

Jimin los observó alejarse, un nudo en su estómago que no podía explicar. No entendía por qué los padres de Yoongi decían esas cosas. ¿Qué sabían ellos que él no? Pero, por más que tratara de pensar en lo que acababa de escuchar, una cosa seguía clara en su mente.

No iba a alejarse de Yoongi. 

La noche continuó su marcha tranquila, pero Jimin no podía quitarse de la cabeza las palabras de los padres de Yoongi. «Hay algo dentro de él…» Esa frase resonaba en su mente, como un eco persistente que se negaba a desvanecerse. Sin embargo, Jimin decidió que no dejaría que esas advertencias lo alejaron de Yoongi. Si había algo oscuro en su amigo, Jimin iba a enfrentarlo por su cuenta. No podía creer que la criatura de la que hablaban estuviera realmente poseyendo a Yoongi. Eso sonaba como una locura.

A medida que caminaba de regreso a la casa, la brisa del mar soplaba suavemente, pero en el fondo, sentía una creciente inquietud. Su corazón no dejaba de latir con fuerza, pero no era por miedo, sino por la sensación de que algo se estaba cerrando a su alrededor, como si las sombras lo estuvieran siguiendo.

Al llegar a la casa, encontró a Yoongi esperándolo, sentado en la misma silla junto a la ventana, mirando el mar. Su presencia era reconfortante, como siempre, y por un momento, Jimin olvidó todo lo que había sucedido antes. La calidez de Yoongi lo rodeó, disipando la tensión que había acumulado.

—¿Te quedaste pensando mucho? —preguntó Yoongi, levantando la vista hacia él con una suave sonrisa.

Su voz era tranquila, como siempre, y su mirada tan profunda como el océano que se extendía frente a ellos.

Jimin sonrió débilmente, pero no podía ignorar la sensación de desconfianza que aún lo envolvía. En su mente, las palabras de los padres de Yoongi seguían rondando. Pero al mismo tiempo, algo en su interior le decía que debía confiar en él.

—Sí, pero… nada importante. —Jimin intentó sonar normal, pero el peso de sus pensamientos aún lo oprimía.

Yoongi lo miró fijamente, como si pudiera ver a través de él, como si supiera que algo no estaba bien, que algo estaba cambiando en Jimin.

—Jimin, ¿Todo está bien? —preguntó con suavidad.

Había algo en su tono que parecía más serio de lo normal, y eso hizo que Jimin se sintiera aún más extraño.