Capítulo 9: El Rey León

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¡Pasen a leer mi nueva novela! Llamada Treinta y un rosas para Rose.

Nota de la autora: *recordatorio* Eleanor es mexicana.

Los diálogos que estén escritos en cursiva, es porque los personajes están hablando en español.

¡LEAN LA NOTA FINAL!

________

-¿Crees realmente que ese muchacho es bueno? –Pregunta mamá en español.

-Mamá, él no es mi novio.

-¿Entonces qué es?, ¿es que acaso mi hija es de esas chicas que se venden? No me gusta ese muchacho, tu padre está vuelto loco. Y no me hables en inglés, Eleanor.

-Mamá, él es sólo...

-¿Qué es? –Pregunta ella casi gritándome, a través del teléfono.

Suspiro, cerrando momentáneamente mis ojos. Si no miento, ella se volverá loca.

La recatada Eleanor siendo la novia falsa de un famoso, ¡ella me querrá matar!

-Está bien, sí. Es mi novio, pero no le comentes a papá, mucho menos a mis hermanos.

-Quiero conocerlo...

-¡Mamá, no! Ni siquiera...

-No quiero escusas, lo quiero conocer cuanto antes.

Niego con la cabeza y doy un pequeño suspiro.

-Si superamos el año de relación, quizá te lo presente. Sabes que te amo pero estoy ocupada. Besos a todo el mundo, adiós.

Cuelgo la llamada y relajo los hombros. Esta mujer está loca si piensa que llevaré a Ashton a casa.

Hace dos días aproximadamente estoy encerrada en mi habitación. Según el conserje del edificio, hay algunos periodistas esperando a por mí a las afueras del apartamento, por supuesto yo no saldré, no quiero ser acosada por todo el mundo.

Cierro mi laptop, negándome a leer otra vez mi nombre en las revistas de la prensa rosa.

Yo soy una chica normal, la típica que ama usar todo el día su pijama, la que ama leer libros y enamorarse de los personajes, la que prefiere quedarse en casa y ver una película a estar en una fiesta, la que ama el café y el chocolate, la que sueña con teñir su cabello de colores locos pero sabe que eso nunca pasará. Esa soy yo, Eleanor la chica aburrida y común.

Tomo mi cuaderno de notas, dónde suelo escribir cosas cuando me siento ahogada o inspirada, y me dejo caer libremente en mi mundo, dónde sólo existen las letras, un lápiz y un papel.

Alguien toca la puerta a los pocos minutos después, tal vez fue una hora, camino arrastrando los pies y abro. El despampanante rubio me sonríe, enseñándome sus dientes, siento la necesidad de sonreírle de vuelta pero no lo hago.

-Hola –Saluda tímidamente-, al parecer el conserje ya me conoce, me deja entrar sin problema alguno.

-Hola –Digo sin ánimos.

-Me preguntaba si..., si tenías algo que hacer –Dice él pasando su mano por su rubia cabellera.

-Uhm, más que ver películas y comer golosinas, no, no tengo nada interesante que hacer.

-¡Genial!..., digo –El chico aclara su garganta, ¿es que acaso está nervioso?-. Me pre..., me preguntaba si querías salir contigo, pero si prefieres podemos quedarnos aquí y..., y ya sabes, ver una película y..., hacer todas esas cosas que harás sin mí aquí.

ASHTON DREWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora