Epílogo: El regalo de Charlotte

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¡Pasen a leer mi nueva novela! Llamada Treinta y un rosas para Rose.

EL INSTAGRAM DE ASHTON FUE BORRADO CUANDO TERMINÉ DE ESCRIBIR LA HISTORIA, A AQUELLAS QUE AÚN PREGUNTAN POR EL... LO SIENTO CHICAS :( PASÓ A MEJOR VIDA, JAJA. AHORA SI, PUEDEN LEER EL EPÍLOGO.

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Epílogo súper dedicado a Ignacia. ¡Gracias por leer, linda! 


El pequeño Luca ríe cuando paso mi nariz por sus mejillas regordetas, él mueve sus brazos entusiasmado, a mi lado, Ashton besa su frente sonoramente.

Tras años de indecisiones, de interminables luchas, por fin puedo decir que soy tía (o media tía) de un hermoso varón, hijo adoptivo de Anastasia y Roger.

Es extraño y hermoso al mismo tiempo, darse cuenta lo rápido que pasa el tiempo, lo bien formada que está mi familia. Somos felices y es lo único que importa. Han pasado cosas, en ocasiones, Ashton duerme en el sofá, por diferentes discusiones, pero sé que él siempre será el hombre que amo, al único que quiero a mi lado al final de día.

Todo este tiempo nos hizo darnos cuenta de bastantes cosas, las cuales quiero enumerar.

1.- La familia no siempre es sanguínea. Siempre lo supe, a decir verdad. Roger para mí siempre fue mi hermano, no importa lo que otros dijeran, él para mí siempre fue parte de mi familia.

2.- Charlotte será sin duda una artista de tomo y lomo. Con tan solo cuatro años, ella canta, baila, inventa canciones con su padre. Tiene una personalidad única, el arte lo lleva en sus genes.

3.- Ashton seguirá siendo el mismo hombre celoso, incluso con su hija.

Veo a Charlotte correr, escapando de Anastasia, quien quiere hacerle cosquillas, ella chilla, al mismo tiempo que ríe divertida. Para un minuto, a tomar un poco de aire, ella no puede dejar de reír. Creo que le dice algo a su tía, ambas ríen. El sonido del timbre llama la atención de todo el mundo, pero en especial de nuestra hija, ella corre a la puerta principal, con Luca aún en mis brazos, camino tras ella, abro la puerta, Charlotte no deja de saltar, ella está emocionada.

-¡Hola! -Chilla mi rubia hija, abraza eufóricamente a Max, su pequeño amigo.

Tras del niño, está su padre, quien me sonríe.

-Hola Jeremy, ¿cómo va todo? -Pregunto sonriendo, él besa mi mejilla.

-Muy bien, gracias.

El hombre se arrodilla ante su hijo, quien no deja de mencionarle algo a Charlotte con emoción, los ojos de mi hija brillan de pura alegría. Ella ama a este niño.

-Debo irme ya, Max. ¿Prometes que no causarás problemas?

-Lo prometo -Dice el niño.

-Él nunca causa problemas, Jeremy. Todos amamos a Max.

Max me da una tímida sonrisa, su padre también me sonríe, bastante agradecido.

-No saludaste a la señora Anderson -Dice el hombre.

-Hola -Me saluda el pequeño tímidamente, le doy una sonrisa.

-Él estará bien -Le aseguro a su padre.

-Lo sé.

Jeremy se pone nuevamente de pie y se despide de mí, cierro la puerta tras de nosotros. Max y Charlotte corren al patio trasero, gritando con emoción.

Llego de vuelta a la sala, veo a Anastasia ponerse su abrigo con ayuda de Roger.

-¿Ya se van? -Pregunto apenada.

ASHTON DREWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora