ASHTON DREW

Capítulo 19: Recuerdos

¡Pasen a leer mi nueva novela! Llamada Treinta y un rosas para Rose.

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Despierto a eso de las cinco de la mañana, con mi mente bastante revuelta, mis ojos hinchados y el corazón estrujado. ¿Cómo alguien puede hacerte tanto daño en cosa de horas, de minutos? ¿Cómo alguien que tanto amaste, en quién confiaste, te hace sufrir de esta manera?

Las imágenes pasan por mi mente, perturbándome y haciéndome explotar interiormente. Me siento como un muñeco vudú, me siento utilizada, siento que alguien me hiere, físicamente y sentimentalmente.

Mi celular vibra, leo un par de mensajes, son todos de Ashton. Apago el aparato electrónico, negándome a hacer contacto con la 'sociedad'. Quiero estar aquí, entre estas cuatro paredes, apagada y triste.

Me levanto de la cama y camino hacia mi antigua máquina de escribir, una vez más, las letras serán mi único medio para expresarme, para desahogarme.

Las imágenes se repiten, cada vez más constantes, cada vez más hirientes.

Veo la hora una vez en mi celular, cinco de la tarde. ¿Tan rápido ha pasado el día?

Levanto mi rostro y miro a mi alrededor, buscándolo con mi mirada, él no está aquí aún.

¿Debería esperar más?, yo creo que no.

Tomo mi bolso y camino hacia la salida del elegante restaurant. Se supone que teníamos una cita, Jamie y yo, celebrando nuestro segundo aniversario. Los mejores dos años de mi vida junto a él, aún así, algo cambió hace algunos meses atrás. Él está distante, distraído, está muy extraño.

He dejado de lado todos los malos comentarios que mis amigos hacen de él, debo confiar en Jamie, la confianza es lo más importante en una relación, es lo que yo creo.

Camino a casa, en el bus, me la paso pensando en cosas, tal vez él tuvo un accidente, por eso no llegó, quizá su madre se ha enfermado. Tantas suposiciones, las cuales ninguna me convence.

Llego a casa y saludo a mi padre, quién ve un estúpido programa en la televisión. Llego a mi cuarto, me quito los zapatos altos y me acuesto en la cama, diciéndome a mí misma que no debo llorar, ¿por qué debería llorar?

-Creí que llegarías más tarde, cariño. ¿Cómo estuvo todo?

Miro a mi madre, quién me mira en el umbral de la puerta, ella sonríe y yo también lo hago.

-Jamie tenía algunas cosas que hacer, ya sabes, los estudios y eso... -Miento. Odio mentirle a mi madre, pero no me queda otra opción, ella ama a Jamie.

-Me parece bien, hija, él es tan responsable con sus cosas, es un buen chico, él te ama.

-Claro –Digo fingiendo una sonrisa.

No supe nada de él hasta el día siguiente, él me dice que estuvo todo el día estudiando. Algo me dice que miente, pero no quiero desconfiar de él, Jame es un buen chico, ¿por qué me mentiría?

Así pasa un año completo, llenos de mentiras las cuales me trago sin decir nada, ¿por qué? Es simple, él dice amarme, yo lo amo, mi familia lo ama, punto final, no hay más razones.

-Estás distraída –Murmura él acariciando mis mejillas, intento sonreír-. Tengo algo para ti.

Estoy consciente de que todo el mundo nos mira. Mamá organizó un almuerzo familiar, toda mi familia está aquí; tíos, primos, abuelos, además de toda la familia de Jamie.

Pestañeo un par de veces, de un segundo a otro, tengo a mi novio arrodillado ante mí, con un costoso y lindo anillo en sus manos. Su boca se mueve, él está hablándome, pero la información no llega a mi mente. Miro a todo el mundo, todos esperan que diga algo, en especial Jamie.

-Eleanor...,¿te quieres casar conmigo? –Creo que lo dice por segunda o tercera vez.

-Lo siento, me sorprendiste un poco –Digo torpemente, el me mira con algo extraño en sus ojos.

Pasan un par de segundos, donde prácticamente toda mi vida pasa por mi mente. La vez que nos conocimos, en la cafetería de la escuela, nuestro primer beso, nuestra primera vez, todas las risas, los abrazos, las caricias, todas las mentiras...

-Acepto –Digo con un pequeño nudo en mi garganta.

Todos gritan de alegría, mi familia y la suya. Todos lo aman, todos me aman junto a él..., creen que esto, estar casada a corta edad, es lo que quiero, amarrarme a un futuro inminente, a un futuro como dueña de casa, como lo fue mi mamá, mi abuela, y así, hasta el principio de nuestra existencia.

Todos se abrazan, mi padre con mi suegro. Obviamente papá está feliz, estoy comprometida con el hijo único de una familia muy millonaria y famosa en la ciudad.

-Te amo, Eleanor.

Esas mismas palabras quedan grabadas en mi mente para siempre. Desde ese día, las mentiras fueron más frecuentes, los engaños y las salidas nocturnas de él eran pan de cada día.

Él y yo vivíamos en un pequeño apartamento, muy cerca de casa de mis padres, nos mudamos juntos el mismo día de nuestro compromiso, era algo así como un regalo, de parte de mis suegros.

Él salía de casa a eso de las siete de la mañana, para ir a trabajar, yo me quedaba encerrada todo el día, cocinando, limpiando, etc. Un día, olvidó su móvil en casa, mientras limpiaba, comenzó a sonar, era un mensaje de alguien llamado "Lili", el mensaje decía claramente

"¿Nos vemos esta noche?"

Adjunto a una foto de dos personas besándose. Una morena y un chico, con características parecido a las de Jamie. Me obligué a mí misma a no pensar en estupideces, puede ser cualquier chico con cabello oscuro, puede ser cualquier chica llamada Lili.

Cuando llegó a casa, le pregunté quién era Lili, él encloqueció. Me gritó, me insultó y me golpeó, ese día me di cuenta del error que cometí al pronunciar la palabra "acepto".

Con ese "acepto" , además de aceptar ser su esposa, debía aceptar sus borracheras, sus gritos, sus malos tratos. Aceptaba ser nada más que un pedazo de carne para él.

Aún así me quedé junto a él, como una tonta.

Pasaron tres semana, dónde él me trataba como si fuera un animal, como si fuera su sirvienta o juguete.

Salí de casa, para hacer las compras del supermercado, cuando llegué al estacionamiento, me extrañó ver su auto allí, él debería estar en el trabajo. Me acerqué sin prisa alguna, miré por la ventana, encontrándome con la peor imagen de la vida, aquella imagen que sé, nunca me sacaré de la cabeza; mi prometido teniendo relaciones sexuales con la morena de la foto.

Ese mismo día, corrí a casa de Roger, quien gracias a Dios estaba en México y no en Nueva York por su trabajo como representante. Lloré junto a él y me obligué a pensar en mí, a partir de ese minuto, me prometí que cumpliría mi sueño de ser una reconocida escritora, inspirar al mundo entero con mis palabras grabadas en pedazos de papel.

Y aunque la imagen de Jamie sería difícil de sacar de mi mente, lo lograría, con el apoyo y amor de personas que valgan realmente la pena.

Antes de viajar a Nueva York, volví al apartamento. Jamie estaba con la misma morena, cuando me vio, intentó hablar conmigo, pero se lo impedí. Le tiré mi anillo y salí de ese horrible lugar que en algún momento llame hogar.

Me fui de ese lugar a recorrer el mundo, cumpliendo mis propios sueños.

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¡Hola!

No sé realmente que decir, haha, espero les guste. 

¡Un besote grande, enorme, gigante!

xoxo.- corazonesalviento