Capítulo 31: W

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Miro todo a mi alrededor, sintiendo la necesidad de golpear mi brazo para garantizarme que todo esto es real. Una chica a mi lado, dice algunas cosas sobre la calefacción, pero no entiendo todo lo que sale de su boca, estoy muy concentrada e impresionada al ver esto, mi nueva, hermosa y primera oficina, esto es irreal.

Dejo mi bolso en el escritorio, la chica me llama por mi nombre y la miro, ella es de baja estatura, su piel es morena y su cabello es castaño oscuro, su nombre es Trace -o eso creo-.

-Hoy tiene una reunión con el hijo del jefe de departamento. Él quiere conocerla, la reunión es en dos horas –Me informa ella.

-Oh, está bien... Gracias, ¿Trace?

-Trace –Afirma ella-. Espero y te sientas cómoda en este lugar.

-Muchas gracias.

-Bienvenida, señorita Echeverria.

La chica se retira luego de dedicarme una tímida sonrisa. Ella es agradable.

Miro nuevamente este lugar, mi lugar, mi oficina. No llego a decidir qué es lo que más me gusta, todo es asombroso.

Alguien toca un par de veces la puerta, la cual es abierta con lentitud. Miro de quién se trata y sonrío de inmediato.

-Muy buenos días para ti, bella chica –Lo último lo dice en un español extraño. Río divertida y camino hacia él.

-Muy buenos días para ti, bello chico. Bienvenido a mi oficina.

Ashton mira todo el lugar, con una sonrisa en su rostro.

-Es lindo... y espaciosa.

-Lo sé...

Él camina con lentitud hacia mí y rodea mi cintura con sus brazos, ágilmente, me levanta y me hace sentar en el escritorio, besa mi barbilla y río por lo bajo, el poco rastro de barba me hace cosquillas.

-Sólo imagina las cosas que podríamos hacer aquí.

Dejo de reír inmediatamente y aclaro mi garganta, escucho una pequeña risita ronca de él.

-Cierra la boca, Ashton.

Él toma mi rostro entre sus manos, acaricia con sus nudillos mis mejillas, él luce tranquilo y feliz.

-Felicitaciones, amor...

-No me llames de esa forma –Digo, siendo consciente del calor en mis mejillas. Él me mira y da una pequeña risita.

-¿Por qué?

-Me pones nerviosa...

Él ríe mucho más fuerte.

-¿Te pongo nerviosa? –Pregunta nuevamente.

-... Sí –Digo en un susurro, oculto mi cabeza en su pecho y él vuelve a dar una risita.

-Resulta que ahora te pongo nerviosa... Eso es nuevo.

Sus labios chocan abruptamente con los mío, están tan suaves como siempre, su beso me entrega seguridad y mucha tranquilidad.

Recuerdo algo y me separo de él, me bajo del escritorio y doy la vuelta, para poder sentarme en mi mona silla de cuero, enciendo mi laptop, siento su mirada en mí y lo miro.

-¿Qué pasó? –Quiere saber él.

-Recordé que debo hacerte unas preguntas, ya sabes, para la autobiografía...

ASHTON DREWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora