Abrazo a mis hermanos, levanto la vista, encontrándome con mi madre, quien seca las lágrimas que caen por sus mejillas de manera rápida. Me da una sonrisa y la imito. Tras de ella, puedo divisar el cuerpo fornido de mi padre, no lo miro a los ojos, me mantengo mirando a mamá. Ella mueve sus labios, formando una frase; "te extrañamos".
La siguiente en abrazarme es la abuela, una mujer físicamente muy parecida a mí, me pregunto si seré así cuando anciana. Es de las típicas abuelas con cara amable, mas el carácter de esta mujer es realmente fuerte, no somos muy parecidas en ese aspecto, supongo que en eso me parezco a mi madre, un poco tímida.
El abuelo, quien me extraña que esté en el aeropuerto, él nunca sale de su habitación, llora en mi hombro, la acción me conmueve y lloro junto a él. El hombre no para de decir lo muy orgulloso que está de mí, él sostiene mi primera novela publicada, en mi antigua editorial. Por cierto, aunque no trabajo en aquella editorial, me siguen dando dinero, el libro es mío, lleva mi nombre.
El último en acercarse es papá, su labio inferior tiembla un poco antes de abrir su boca y hablarme.
-Perdóname, Eleanor..., por favor.
(*)
Miro directamente a los ojos, al hombre alto y canoso, el abogado de Jamie. El estúpido está tras del hombre, sentado, de brazos cruzados. El muy arrogante, mira con diversión sus uñas, mientras escuchamos unas palabras del juez.
-Entonces, usted, señorita Echeverria, dice que el señor Jamie Gomez la insultaba y golpeaba dentro de su hogar, situado en la calle Santa María.
-Así es -Aseguro, mi voz suena bastante segura.
-Usted no tiene pruebas, sus palabras no sirven para nada, son simple palabras...
-Una gran frase extraída de mi libro favorito, "el retrato de Dorian Gray", dice que no existe nada más real que las palabras -El hombre está a punto de abrir su boca, pero lo interrumpo-, aún así, sabiendo que estamos tratando con la ley, puedo decir que si tengo pruebas, más de una.
Le tiendo unos papeles al juez, cuando él me los pide. Impresiones de los mensajes que Jamie y su amante se enviaban, dando a conocer el engaño que él cometió contra mí, además de secuelas que Roger me obligó a constatar en la policía, luego de los golpes que me dio el hijo de puta.
El juez mira los papeles, luego me mira a mi.
-Gracias, señorita Echeverria -Dice el juez.
-¿Por qué escapó a Estados Unidos? Nos da a entender lo cobarde que fue, señorita Echeverria. Tengo entendido que usted estaba comprometida con el señor Jamie.
-Huí de él, ¿qué no es claro?, ¿cómo podría yo casarme con alguien me insultaba y me maltrataba psicológica y físicamente? No soy estúpida. Traté de huir, de estar lo más lejos de esa persona que me hizo tanto daño -A este punto, las lágrimas ya corren por mis mejillas-. Luego él llegó, obligándome a caer en su juego otra vez, no lo hice, no lo acepté, por supuesto que no lo haría.
-Muchas gracias, señorita Echeverria -Me interrumpe el juez.
Miro a Jamie, él parece no estar al tanto de que está a punto de ir a la cárcel, a él no le importa nada. Limpio las lágrimas que corren por mis mejillas, bajo su atenta mirada.
(*)
Sonrío al recibir el regalo que papá me tiende.
-No debieron...
-Por supuesto que sí -Me interrumpe papá, lo miro y asiento con la cabeza
-Gracias.
Lo abro y de inmediato sonrío ampliamente, es un hermoso vestido color rosa.
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ASHTON DREW
Teen FictionHumilde, generoso y amable, son las palabras menos indicadas para definir la extravagante personalidad del cantante Ashton Drew. Su mala fama, quién él mismo se logró ganar, generó más de una molestia en sus miles de fans alrededor de todo el mundo...