Capítulo 5

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Cielo

Me levanté con ganas de ir al instituto...

¡Nah! ¡Mentira!, ¡No quiero ir!

Y en medio de mi dilema tocan la puerta, y entra ese espécimen al que llamo tío.

– Cielo, hora de levantarse se te hará tarde.

– No va a funcionar tío – le digo – Puedo ir a la velocidad de un caracol, y aun tendría tiempo.

Me mira con mala cara.

– Jovencita si no te levantas... – ¡Oh! No, ¡No lo dirá! – Te dejaré sin gomitas por un mes – ¡Lo dijo!

– ¡Qué! – me levanto de un salto – ¿¡Qué, qué!?, ¡No lo harás!

– ¡Oh! Si lo haré – me reta con la mirada y hace su pose chulesca – Sabes que lo haré.

Me rindo. Voy directo al cuarto de baño, pero antes de entrar lo fulmino con la mirada y digo – Esto no se ha acabado Ward.

– Lo mismo digo – dice con una sonrisa como el gato de Alicia. Que miedo.

Al terminar mi ducha voy al armario, y como hace calor me pondré unos pantalones cortos y una blusa de tirantes, y mis tenis. Dejo secar mi cabello y bajo a la cocina a ver a ese muggle que me ha amenazado con robar mis panditas.

– ¡Buen día mugg... Tío! Buen día – qué vergüenza casi se me sale.

– Buenos días pequeña – me dice. Está haciendo café, y yo voy por un tazón para el cereal.

Me sirvo mi desayuno y veo como mi tío toma su veneno. Mmm es un día de lo más aburrido.

Creo que mi tío se dio cuenta de mi desdicha porque me ve y deja su café.

– Cariño... – ¡Si! me va a decir que ya no vaya al instituto – No iba muy en serio con lo de los panditas, tal vez solo por una semana.

Que poca, y así amigos míos se me cae el ánimo.

– Claro tío – le doy una sonrisa forzada – Está bien, gracias.

Parece que acepta mi engaño y me sonríe de vuelta.

Termino mi desayuno y me despido de mi tío. Al salir de casa muy a mi pesar camino hacia el instituto.

Al llegar a la entrada veo a Amber. Pero no está sola, está con otra chica de cabello castaño con rayitos rubios, y que al voltear las dos, puedo ver que sus ojos son grises.

– ¡Cielo! – insisto, esta chica me dejará sorda muy joven – ¿Porque tardabas tanto?.

La miro sin entender.

– Amber, aún falta para que entremos – le digo con cara de no entender su comentario.

– ¿Ah sí!?, bueno te perdono, en fin. Quería presentarte a alguien – me dice en el momento que la otra chica se acerca.

– Ella es Carson Grey – me dice. Y la chica me saluda.

– Mucho gusto, Amber me ha platicado mucho de ti – que le habrá contado de mi, solo ella y dios saben.

– Igualmente – le devuelvo el saludo – ¿Y cómo se conocieron?.

Las dos se ríen y yo miro sin entender.

– Bueno es algo gracioso – y vuelven a reír – Me encaminaba hacia acá y vi a una chica trepada a un árbol. Estaba gritando por ayuda, y al acercarme más vi que a lado del árbol había un perrito.

– ¿¡Perrito!? – dice Carson ofendida – Era una bestia.

– Cálmate bella. En fin el perrito solo la veía, me dijo que la ayudara así que empuje un poco al perrito para que siguiera su camino y fue cuando ella bajó. Y resulta que ella venía hacia acá al mismo instituto – me dice con una sonrisa de oreja a oreja.

– Me dan miedo los animales – dice Carson apenada.- De pequeña me mordió un perro.

– No pasa nada – le digo sonriéndole – A mi me dan miedo las alturas.

Y puedo ver que sonríe un poco, y verdaderamente es muy bonita.

– En fin, vamos dentro ya comenzarán las clases – dice Amber.

Nos encaminamos hacia nuestros casilleros después de haber pasado con Mr. Colgate para que le diera su horario a Carson ya que no pudo venir ayer.

– ¡Bien chicas!, ¿qué clase les toca? – nos pregunta Amber.

– A mi Literatura – dice Carson.

– A mi igual – le digo a Amber – Y a ti?

– ¡Por Voldemort!, ¡me toca Historia Universal! – dice con un puchero.

– Que mal querida – se lo digo sonriendo.

– Nos veremos después Amber – dice Carson.

Las dos nos dirigimos al salón de Literatura, en eso alguien me tapa los ojos, iba a enseñarle la llave que mi tío me enseñó el año pasado pero lo deje pasar. Porque peligro y me lastimo y pues no es el caso.

Nerviosa pregunto – ¿Quién es?.

Después ya no siento esas manos y veo la hermosa cara de Erik.

¡Alerta roja! ¡Alerta roja! El hijo de Christian Grey ha salido de la mansión, repito. ¡El hijo de Christian Grey ha salido de la mansión!.

– Hola Azul – me saluda – Al parecer me sigues –Me da una de esas sonrisas que derriten chocolate.

– ¿Yo?, para nada.- digo a la mar de nerviosa.

– Tranquila – me pone una mano en el hombro – Era broma, creo que no solo Matemáticas tenemos juntos.

Veo que mira a Carson, y está se sonroja. Al menos no soy la única colorada aquí.

– Si, así parece – le digo.

En eso recuerdo... azul.

Oye, ¿por qué me dices así? – le pregunto ya que me sigue llamando de esa forma.

Sonríe un poco – Tus ojos, son de un azul muy intenso, además de que te llamas Cielo, así que decidí llamarte de esa forma.

¡Ow! Que bello.

– Eh si esta bien – le digo aun mas sonrojada que antes.

Después de eso entramos a la clase. Carson me ve y sonríe un poco nerviosa, esta chica no tiene ni un día que la conozco y ya me cae bien.

Espero seguir así, ojalá pueda hablar con Erik sin estar poniéndome en ridículo.

Aunque lo dudo.

Completamente MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora