Capítulo 35

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Cielo

Nicolas.

Dulce y caliente Nicolas.

Estoy aun pegada a la pared con su erección presionando mis nalgas, no sé en qué momento se quitó los pantalones y bóxer ya que de reojo veo que tiene abierta la bragueta y abajo la ropa interior. Pero el muy digno aún se niega a penetrarme. Me va a volver loca.

– Maldita sea Nicolas – hago un pequeño mohín y empujo hacia atrás contra su pene pero el muy cabrón se retira un poco.

– Cariño pero que impaciente eres – no lo puedo creer esta igual o más excitado que yo.

– Por favor.

– Anda me gusta, sigue así y puede que te meta solo la punta – el muy hijo de puta se está burlando.

Estoy apuntó de protestar cuando siento que de a poco mete la punta de su gran miembro.

Gimo al tiempo que se detiene.

– No te detengas...

Siento su respiración en mi nuca y empuja solo unos centímetros más, lo escucho maldecir.

– Joder, que bien te sientes.

Necesito más.

Escucho sus gemidos y siento que me desquicio – Oh sí – aprovecho que cierra los ojos y empujó mi culo hacia atrás lo más fuerte que puedo y me penetra completamente.

– Dios santo – grito un poco de lo bien que se siente.

– Maldita sea Cielo – gruñe – Muy mal cariño, muy mal.

Giro mi rostro lo más que puedo para verlo.

– No me arrepiento en lo absoluto – digo con una sonrisa y al momento me la devuelve.

– ¿Qué haré contigo pequeña fiera? – dice al momento de darme un casto beso en la mejilla.

– ¿Qué te parece terminar con esto? – digo un poco juguetona.

Mueve su cabeza hacia atrás y suelta una sonora carcajada, se le ve tan bello y joven.

– Bien preciosa, tus deseos son órdenes para mi.

Se retira lentamente para volver arremeter hacia mi, su mete y saca me vuelve loca cada vez más y nuestras respiraciones se dificultan. Toma mis caderas fuerte y con movimientos lentos pero profundos me lleva al cielo y me trae de vuelta. Empujo hacia él para sentirlo completo, se siente maravillosamente bien. Sube una de sus manos por mi vientre hasta llegar a uno de mis senos y lo aprieta.

– Mi dulce Cielo... – respira cerca de mi oído – Me vuelves loco.

– Nicolas, más rápido.

Se aleja solo un poco para tomar con sus grandes manos mi culo y empujar más rápido. Escucho el chocar de nuestras carnes. Y ya no siento mis piernas, estoy segura que mañana no ando.

– ¡Si! Me encanta.

Escucho sus gruñidos y me enciende aún más.

– Eres el puto cielo cariño – suena igual de agitado que yo.

Tan duro, tan firme lo siento completo.

– Vamos amor, estoy apunto – dice con sus arremetidas aún más intensas. No contesto, no se como solo se sentir y nada más. En ese momento algo vibra en mi y me dejó ir a un torbellino de emociones y sensaciones, siento la piel de gallina.

– ¡Si! ¡Joder! – sus movimientos pasan de bruscos a lentos mientras va desacelerando.

Y en el momento en que me abraza y no me suelta para terminar de llegar a la habitación con él aun dentro de mi, se que estoy perdida.

Perdidamente enamorada de este hombre.

Completamente MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora