Capítulo 62

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Cielo

Lo veo y no lo creo.

– Nicolas – un simple susurro sale de mi boca.

Estoy ante mi casa, la casa en la que crecí llena de amor. Está un poco cambiada ya que hay más flores y puedo ver desde aquí que hay una zona para comer del otro lado.

¿Cómo hizo todo esto?, la pregunta importante es, ¿la casa no estaba vendida ya?

Me volteo alrededor de sus brazos y me abrazo a él.

– ¿Cómo es que estamos aquí? – digo dándole un pico.

– La compré – dice sonriendo.

– Ya sé que la compraste, pero la casa ya estaba tomada. Recuerdo que mi tío la vendió hace mucho tiempo. Me afectaba cuando era niña estar aquí.

En realidad me sigue afectando pero tal vez no de la misma manera, Nicolas me observa y creo que espera mi reacción. Sonrío y lo jalo para caminar hacia nuestra nueva casa.

– Oh Nicolas estoy tan feliz, no puedo creer que hayas comprado la casa de mis padres – Entramos después de abrir y veo la estancia. Me trae buenos recuerdos estar aquí, y fui muy feliz en este lugar. Hace que sienta un poco de melancolía pero ya no como antes. Empezamos hacer un pequeño tour y todo se ve casi igual, a excepción de unas cosas por aquí y otras allá, la cocina es más espaciosa, veo que instalaron otras dos habitaciones más.

Todo es tan bello que no cabe la alegría en mi. Llegamos a la habitación que era de mis padres y veo que la ampliaron y ahí está, el balcón que tanto cariño le tengo. Me giro hacia mi marido que me observa con tanto amor desde la puerta, recargado de esa manera me entran muchas ideas de cómo desprenderlo de ese traje que tan bien le queda.

Pero primero que nada tengo que darle las gracias.

– No sabes que feliz me siento – le digo con todo el afecto y agradecimiento que puedo.

Camina directo a mí y me toma en sus brazos, dándome un beso muy tierno en los labios.

– Me alegro que te guste nena – sigue abrazándome y deja salir un gran suspiro – Quiero que formemos una familia.

– Eso me haría muy feliz. Esta casa, pensé que nunca regresaría a este lugar. Me trae recuerdos que siempre me lastimaron, pero ahora quiero tener esos mismos recuerdos y quiero crear unos nuevos.

Nos abrazamos muy fuerte y no se cuanto permanecemos ahí, rodeados de un silencio reconfortante.

– ¡Ángel!

Que al parecer no dura tanto.

– Es Dante – dice Nicolas con un suspiro de derrota. Sabemos que si no bajamos a encontrarlo, él nos encontrará a nosotros – Bien, creo que el tour terminó por ahora cariño.

Le doy un beso cargado de pasión y me alejo contoneando las caderas.

– Pues hay que atenderlo rápido, porque quiero mi noche de bodas – le doy una mirada por encima del hombro y veo que se ajusta la entrepierna.

– Chica mala – dice con la voz grave que tanto me gusta – Tendré que castigarte.

Riendo por lo bajo me dirijo a la sala de estar pero choco con alguien, unas manos toman mi cintura y levanto la vista para ver al culpable.

– Ángel, ¿porque no bajaban? – dice con un puchero.

Estoy apuntó de explicarme cuando otras manos se posan en mis nalgas.

– Estábamos ocupados, no puedo creer que no me dejes mostrarle la casa yo solo – me da una mirada llena de promesas.

– Yo también ayude y quería ver su reacción – se acerca Dante dándome un beso en la frente. Y al mismo tiempo Nicolas posa sus labios en mi cuello.

Siento un torrente de energía pasar por todo mi cuerpo y me alejo de la masa de manos y de las intenciones de este par de cavernícolas.

– Pues yo si quiero ver mi casa, así que con su permiso – digo y me encamino por los pasillos de mi nuevo hogar.

Oh dios, estoy en una nube ¿se puede sentir tanta felicidad? Porque eso es lo que me pasa en estos momentos, mi vida ha tenido tantos cambios que una persona normal no lo soportaría, pero aquí estoy. Casada con el hombre de mis sueños rodeada de gente que me quiere y que quiero tanto.

Ahora siento tanta paz en mi interior que en un momento jamás pensé que podría sentir.

Aun siento la falta de mis padres, pero ahora percibo que todas las cosas maravillosas en mi existencia se las debo a ellos. El tener a mi tío conmigo para apoyarme en él y el conocer a Dante y poner en mi camino a mi hombre imposible. Salgo al exterior por la puerta de atrás, y llego a un jardín con bancos y unas cuantas mesas alrededor, esto es nuevo.

Me siento tanto como me lo permite el vestido y miro hacia mi casa. Me empapo de su belleza y del sentimiento de estar aquí otra vez. Una brisa llega y besa mi rostro haciendo que cierre mis ojos por un momento. De repente siento una inmensa necesidad de mirar hacia la casa, mis ojos observan al hombre parado junto al marco de la puerta y veo como camina para encontrarse conmigo.

Se arrodilla al llegar y coloca sus manos en mis muslos y siento su calidez a través de la tela de mi precioso vestido.

Y se que de ahora en adelante seré muy feliz.

– Cielo.

– Nicolas.

– Te amo mi amor.

Y yo lo amo mucho más.

Completamente MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora