Capítulo 16

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Cielo

Estoy en los brazos de mi tío.

Tanto tiempo sin verlo, siento que tiene más musculatura, también que su cabello es más corto y tiene barba, lo hace ver sexy.

– También te eh extrañado tío – me alejo un poco para verlo – Estás guapísimo.

Estalla en carcajadas.

– Estás hermosa, has de tener a muchos hombres allá en Londres locos por ti.

Lo dice y es entonces cuando veo a Nicolas acercarse.

– ¿Quién es el?, tío Jad – trato de preguntarle bajito para que me lo diga a mi pero hace todo lo contrario.

– Se me estaba olvidando, déjame presentarte – empieza a ponernos de frente.- Nicolas te presento a mi sobrina, casi como una hija, mi querida Cielo, y cariño el es el hijo de un amigo muy cercano de tu padre y mío.

Estiro mi mano para estrecharla, pero él la toma y jala de mi para darme un beso en la mejilla y darme un abrazo.

Me quedo de piedra al ver que me estrecha muy fuerte contra él y casi no siento el aire en mis pulmones.

– ¡Eh! Hijo me la vas a matar – dice mi tío jalándome de sus agradables brazos.

Suelto un suspiro al agarrar aire y veo en sus ojos, un poco de anhelo, loca estoy quedando loca .

– Un gusto – dice Nicolas.

– Hija no vas a decir nada?

– Ya nos conocimos – digo y mi tío abre los ojos.

– ¿A si?, ¿en donde? – pregunta mi tío mirándonos a ambos.

– En mi antigua habitación – digo a modo de reproche

– ¿Perdón? – dice mi tío.

– Si Jared, tu sobrina entró a la habitación cuando yo estaba tomando un baño, y la vi, una vista muy espectacular si me dejas decir – lo dice burlón y ya lo quiero ahorcar.

– ¿Cómo? – dice confundido mi tío.

Maldito.

– Que la vi un tanto desnuda Jared, pero solo un poco – dice Nicolas sonriendo sin dejar de mirarme.

– ¡No! ¡Claro que no! Yo solo no sabía que alguien estaba ocupando esa habitación, y como no estabas tío, decidí tomar un baño. Pero aquí el señor Brown no dijo ni pío – digo molesta. Pero con las mejillas un poco rojas.

El solo sonríe...

Y mi tío está que echa humo.

– ¡Viste a mi sobrina desnuda! – le grita.

Pero él ni se inmuta.

– Si, muy bella por cierto – y me mira tan intensamente que siento las piernas flojas.

Mi tío solo nos observa y parece que le dará un tic en el ojo – Me niego a participar en esta cosa que está ocurriendo y no quiero saber nada, solo se que estoy contento de tenerte aquí conmigo cariño – con eso me abraza fuerte – No sabes cuanto te quiero mi niña, bueno ahora no tan niña – sonríe.

- Siempre seré tu niña tío – y lo abrazo de vuelta.

Pero en eso recuerdo quien está con nosotros.

– Y a todo esto, ¿porque él está aquí? – pregunto.

– Lo que pasa cariño es qué su padre lo obligó a tener unas vacaciones y yo me ofrecí a tenerlo aquí como compañía – dice – Por cierto Nick ahora iré a hablar con él como me pediste para arreglar que te vayas antes.

Se va caminando a su despacho, pero Nicolas lo detiene.

– No, mejor no le comentes nada, estaré el tiempo que sea necesario – lo dice sin dejar de mirarme.

No lo dirá por mí, ¿o si?

– ¿Estás seguro? – dice levantando una ceja.

– Muy seguro – lo dice aun con la mirada en mi.

Es un hecho, este hombre está completamente loco.

[...]

Estoy en la habitación de invitados, la verdad no me molesta que Nicolas esté en mi cuarto. Estoy desempacando mi maleta cuando veo que algo me falta.

¡Mi juguete!, pero yo no he abierto mi maleta. Solo cuando estaba en mi antigua habitación.

¡Dios!

Corro hacia la puerta pero al abrirla y tratar de salir choco con algo duro.

Me alejo y veo a Nicolas con una gran sonrisa y en su mano izquierda tiene mi pene de goma.

¿¡Pero qué!?

– Hola nena, ¿se te perdió algo? – dice aun con la sonrisa.

Me pongo de todos los colores.

– ¿Qué haces con eso? – de alguna forma no tartamudeo.

– Me lo encontré – dice con simpleza.

– ¿Oh sí?, ¿en dónde? podría ser que en MI maleta, guardado... donde no tenías porque meter mano – digo apretando los dientes.

Entra completamente en la habitación, y cierra la puerta detrás de él y escuchó el maldito seguro.

Avanza hacia mí a lo que yo retrocedo.

– ¿Lo quieres de regreso? – pregunta sin dejar de verme.

– Da la casualidad que es mio, asi que si... lo quiero de vuelta – digo un poco exasperada.

– Tal vez te pueda ayudar con eso, ¿no crees? Podrías tener al real – lo dice tan bajo que no se si me lo acabo de imaginar.

No digo nada.

Mira el consolador que tiene en la mano.

– ¿Tienes más? – pregunta.

– No – digo sin saber que trama.

– Bien, este me lo quedo – dice y lo guarda en uno de los bolsillos del pantalón que al ver el bulto en su pierna mi mente empieza a divagar.

– Pero es mi juguete, no tienes derecho – le digo un poco molesta.

Pero de pronto me toma de las manos y me arrastra hacia la cama, me tira y él cae encima de mi aplastandome pero sin hacerme daño.

– ¿Quieres placer Cielo? – dice al momento en que pasa sus labios por mi mejilla – Yo te lo puedo dar cariño.

Y se acerca a mi oído y muerde el lóbulo de mi oreja.

Trato de no gemir pero después él aprieta su pelvis con la mía y siento su erección.

Gimo sin poder evitarlo.

– Eso es hermosa, me encanta cuando gimes y me gusta más si es por mí – empieza a esparcir besos húmedos por mi cuello.

Me muerdo el labio y no puedo evitar que me guste todo lo que me está haciendo.

Pero no se que quiere de mí, tal vez solo sacarse esta picazón por alguien que acaba de conocer. Intento moverme y alejarlo de mi pero me aprieta mucho más.

– Deja de moverte Cielo – dice – No te dejaré ir.

– ¡Suéltame mundano! – digo molesta – Ve a joder a alguien mas.

Veo en su mirada enojo, pero también un poco de diversión.

– A la única que voy a joder es a ti – dice y abro los ojos con asombro – ¿Queda entendido cariño?

Y pasó.

Me besó.

Completamente MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora