Capítulo 14

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Cielo

Ocho años después.

Me duele.

En serio me duele.

¡Siento qué la maldita cabeza me va a explotar! Ya me quiero ir, pero me acuerdo qué quise un trabajo y que tengo este proyecto en camino y así como si nada se me pasan las ganas de irme.

Estoy en mi oficina, con unos papeles que tengo que revisar y firmar, pero he estado toda la mañana haciendo esto que me quiero dar un balazo en la cabeza.

Necesito unas vacaciones.

Urgente.

Después de mi despedida con mi tío, me instalé en la universidad, logré terminar y aquí estoy en este bello mundo del Godin.

Al llegar aquí me hicieron sentir muy bien, admiraban a mi padre y me dieron un gran recibimiento.

La empresa se llama " Arte y Asociaciones Ward".

Al parecer mi padre amaba el arte porque esta empresa es como una firma de abogados para diferentes proyectos enlazados a este.

Así que me siento muy cómoda en este lugar.

En eso tocan a mi puerta.

– Pase –digo sin mirar al frente.

– Señorita Ward, su tío al teléfono – dice mi secretaría. Es una mujer muy amable, podría ser mi abuela todo un amor de persona.

Sonrío al verla – Gracias Leonor – Atiendo desde aquí.

Me regresa la sonrisa y se va.

No he hablado mucho con mi tío, lo hacemos de vez en cuando, y eso me pone triste.

– Hola tío, ¿qué pasa? – digo sin ocultar el cansancio en mi voz.

– ¿Necesito algún motivo para hablar con mi sobrina favorita? – dice y puedo imaginar una sonrisa crecer por su cara.

– Tío, soy tu única sobrina – le recrimino.

– Aún más especial ¿no crees? – dice – Pero no te hablaba para eso, quería decirte qué cuando vienes a verme, se te escucha cansada Cielo. Deberías de tomarte unas vacaciones.

Y tiene razón pero no se si esté lista para regresar a casa.

– No lo se tío, yo igual pensaba tomarme unas vacaciones. Pero no se si deba hay mucho trabajo tal vez más adelante... – me detiene de golpe.

– ¡No se hable más!, te vienés a casa y te tomarás unos días aquí conmigo – dice de manera rotunda – Y no quiero oír un "tengo mucho trabajo" porque sabes que pueden hacerse cargo sin ti por unos días.

Que hago con este hombre.

– Bien tío, me tomaré unos días de vacaciones, iré a verte – sonrió sin darme cuenta.

– ¡Eso es mi niña!, no sabes cuanto te he extrañado – dice y creo que va a llorar.

– Yo igual, te he echado de menos todo este tiempo.- digo con una gran melancolía – Llegaré en estos días solo dame tiempo para organizar todo y te aviso en cuanto salga, así que no te preocupes.

– Bien cariño te estaré esperando – dice – Ven a mi pequeño monstruo.

– Adiós tío – sonrío sin poder evitarlo.

– No cariño, es un hasta pronto.

– Hasta pronto será.

Cuelgo y siento mis mejillas mojadas, no me di cuenta cuando empecé a llorar.

Término los documentos que tengo a la mano, salgo de mi oficina. Avisó a quienes tengo qué avisar de mi viaje y no se oponen a que me tome unos días fuera.

Me despido de Leonor y le digo de mi partida y salgo al exterior.

El aire frío se siente muy bien aquí en Londres.

Busco mi coche y me dirijo a mi departamento.

Es un lugar lujoso, me lo puedo pagar... pero no llega a ser ostentoso.

Es bonito y tiene espacio suficiente para mi. Dejo mis cosas en la sala y paso directamente a mi habitación.

Me quito la ropa de trabajo y me miró al espejo, ya no hay nada de esa niña de ocho años atrás, soy una mujer y creó que hasta me puedo catalogar en lo guapa.

Tengo curvas, no soy muy alta mido uno sesenta y cinco. Mis pechos son llenos y mi trasero tiene una bonita forma levantada.

No he salido con muchas personas aquí, es más, no tengo amigos, me centré en terminar la universidad y después de ahí directo a trabajar. Pero tengo mis pequeños placeres.

¿Con los hombres?

Pues ninguno me ha llegado a impresionar, no busco amor, sólo compañía.

Y es que tengo mis necesidades como toda mujer, virgen ya no soy, la perdí al cabo de un tiempo de estar aquí.

Me agradó un chico que trabaja en uno de los departamentos de la empresa y al parecer estaba interesado en mi, tuvimos unas comidas antes, no estaba segura si usarlo para eso, no me preocupaba por mi si no por él, un día me trajo a casa y cuando me iba a despedir me besó, después entramos a mi casa y llegamos a mi habitación, al parecer él estaba muy emocionado ya que tenía una tienda de acampar en los pantalones, y yo pues, yo no sentía nada más que una simple simpatía por él.

No me sentí agredida y fue muy delicado a la hora de hacerlo, lo malo vino después. Quería verme y salir a todas horas y yo ya no quería nada con él, sólo ser conocidos agradables nada más.

Después se tuvo que ir por una cuestión de trabajo, y yo la verdad estaba un poco feliz ya que no me iba a molestar más.

Me dirijo a mi armario, es grande y muy espacioso creo que es lo que más me gusta de mi apartamento.

Me voy quitando poco a poco la ropa interior que me queda y estoy completamente desnuda.

Voy hacia al fondo del armario y hay otra puerta, la abro.

Y hay una colección de mis diferentes vibradores.

Ya qué la verdad nunca me gusto salir con hombres, empecé a comprar muchos de estos.

Tomo el primeo que veo, y es de goma de color azul, este fue uno de los primeros que compre.

Lo tomo y voy hacia mi cama, me apetece jugar un rato.

Me recuesto en medio recargada en una almohada, y voy abriendo mis piernas, voy pasando la punta del consolador por mis labios lo chupo varias veces para lubricar, después a mi cuello, le siguen mis turgentes senos, lo paso por mi estomago casi hasta llegar a mi entrepierna.

Lo regreso a mi boca y chupo la cabeza. Todo esto lo hago pensando en un hombre, pero no es alguien en específico solo pienso en sus manos, unas manos grandes, unos brazos fuertes, un torso esculpido y duro, una espalda ancha y unas nalgas redondas. Poco a poco me voy excitando, imagino sus piernas torneadas y en eso voy dirigiendo el pene de goma hacia mi manojo de nervios y lo voy metiendo muy despacio, también me sorprendo creando un miembro a mi hombre imaginario. Es grande, ancho y largo puedo ver que la punta es morada y de esa sale una gotita pre-seminal.

No me doy cuenta cuando lo voy metiendo más a fondo y más rápido. Bajo mi otra mano y me masajeo el clítoris, estoy apunto, y siento crecer mi orgasmo. Me remuevo un poco, hago más presión y de repente exploto en mil pedazos, gimo un poco y tengo acelerada la respiración.

Después de mi momento me voy calmando y ya respiro mejor.

Aún estando desnuda me tapo con la sábana y voy cayendo en un profundo sueño.

Pero antes de estar completamente dormida creo escuchar que una voz me dice...

"Enamórate".

Completamente MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora