Nicolas
Nada.
No hay nada.
Quiero sentir angustia o preocupación, pero no hay nada.
Solo un profundo dolor.
– Dante.
– Nicolas.
– No puedo.
– Claro que puedes, solo intentalo.
Una media hora antes Dante me obligó a cambiar de lugar y la verdad manejar era lo único que me mantenía tranquilo.
– Vamos, si no lo sacas explotarás – dice ya manejando.
Miro al frente todo el tiempo y se que me mira de reojo.
Suspiro pesadamente.
– No se que puedo contarte, sólo que no tengo idea de que decir – digo un poco frustrado, no hay palabras.
– Vamos hombre se ve que tienes mucho que contar, estoy aquí no tengas miedo – sonríe tratando de darme ánimos – Además, dices que queda aún mucho que recorrer para llegar a casa de tu padre, así que hay tiempo.
Cierro los ojos y no puedo creer que vaya a hacer esto y peor aún con el. Me mira y ve que no daré mi brazo a torcer, espero y con eso deje esto en paz.
– ¿Por qué Evangelina vive con tu padre?
– Porque ella así lo quería – no hay mucho que decir.
Escucho que resopla, al parecer si tiene un límite.
– Vamos, sé más específico.
Bien, dejaré salir lo que tenga que salir.
– Mi familia y la suya eran muy cercanas, mi madre y la suya se llevaban muy bien. Al morir el padre de Evangelina que fue cuando eramos unos chiquillos de unos catorce o quince su madre no quiso quedarse más aquí y decidió marcharse, pero claro su hija no quería, mi madre convenció a la suya de que ella la cuidaría, y que permitiera que aunque sea se quedará un tiempo y que nuestra casa estaba abierta para ella cuando quisiera. Lo que no sabían mis padres es que Evangelina estaba chiflada conmigo y como los dos éramos hijos únicos, mi madre siempre quiso una niña.
– ¿Eso es todo? – dice.
– Prácticamente sí.
– Prácticamente – repite.
Solo asiento.
– Me comentó Jared que no te llevas muy bien con tu padre.
Me remuevo incómodo y trato de salir del coche en marcha.
– Vamos Nicolas.
Suelto un bufido, y dirijo la mirada a la ventana, he encontrado la vista muy interesante.
– No, no tenemos una relación muy buena que digamos – digo ido.
– ¿Por qué? – pregunta intrigado.
– Porque no me quiere ver –digo apretando los puños.
– ¿Por qué no quiere verte Nicolas? – se que se está exasperando.
– Porque...
– Dime.
– Hice algo que no quería – comienzo a sentir un sofoco y respiro lentamente.
– ¿Qué fue lo hiciste? – pregunta dudoso ahora.
Se escucha tan lejano, veo hacía fuera y sopla el aire besando todo a su paso. Jamás he vuelto a hablar de esto, y menos con alguien, siempre lo tengo presente, es algo que llevaré hasta el día que muera y aun así jamás me perdonaré eso.
– Asesine a mi madre – susurro.
Nada.
No hay nada.
Solo un profundo dolor.
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Completamente Mía
RomanceEsta es la historia de Cielo Ward una chica sencilla llena de carisma y que disfruta de los que más ama, pero muy pronto la vida le enseñará que no todo siempre es bueno y que hay que luchar y atravesar los obstáculos impuestos por el destino. Acomp...