Capítulo 26

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Cielo

Tensión.

Noto a Nicolas molesto y desde aquí puedo ver su mandíbula comprimirse, no me sorprendería que en cualquier momento se le partiera.

– Repito, ¿qué haces aquí? – pregunta a la pelirroja, pareciera que se le fuese a lanzar.

Mientras que ella ni se inmuta, sonríe descaradamente.

– Ya te dije Nicky vengo por ti, ¿podemos hablar? – dice y nos mira a todos de pies a cabeza – A solas claro, si es que no te molesta que nos escuchen.

Todos dirigimos la mirada a Nicolas.

– Bien, acompáñame hablaremos esto en el despacho – dice y se dirige de nuevo a la casa.

Ni siquiera me dirigió la mirada, todos observan como se aleja y posan sus ojos en mi.

Maldita sea, ¿porque tengo ganas de llorar?

El no es nada mío así que pude hacer lo que se le venga en gana. Doy vuelta para encaminarme al coche de Amber y sonrió a mis amigos.

– Bien, ¿nos vamos? – me obligo a sonreír.

Se ven entre ellos y ruego a dios que me sigan la corriente.

Veo sonreír a Carson – Claro nos vamos.

Es una gran persona, a pesar de haber perdido al amor de su vida.

Nos montamos en el coche y le damos indicaciones a Trevor y Carson para que nos sigan en el suyo.

– ¿A dónde iremos? – pregunto ya que no se a que lugar nos dirigimos.

– Pues que tal a un restaurante – opina Amber.

– No – digo. No quiero ir a ningún restaurante, quiero bailar y disfrutar de este día – Vamos a un bar o a un local en donde se pueda bailar.

– Está bien, conozco un lugar muy lindo y elegante – anuncia Amber.

Hoy me voy a divertir y a pasarla en grande.

Después de un rato quedamos frente a un bar bastante pijo.

Bajamos y nos adentramos en el local, puedo ver a muchos hombres, al parecer de negocios, pero hay más mujeres todas con atuendos bastante reveladores.

– Vamos a una mesa – Thor nos guía a una mesa disponible y un poco alejado de la pista, pero gracias a ello se puede hablar tranquilamente.

En eso se acerca una chica con un bikini el cual no le cubre casi nada, con unos tacones de vértigo, un bloc y pluma a la mano.

– ¿Qué desean tomar? – dice alegremente.

– Yo quiero un cosmo – dice sonriente Amber.

Los chicos se miran y al parecer con eso tienen para saber que tomar.

– Dos cervezas – dice Thor.

– Un whisky seco por favor – petición de Carson.

La verdad yo casi no consumo alcohol pero ya que es la ocasión.

– A mi me traes una botella de tequila por favor – digo y al momento todas las miradas se dirigen a mi.

– Despacio Cielo – me aconseja Thor.

– Tranquila cariño, te quiero despierta – comenta Amber al momento de reírse.

No digo nada, sólo sonrío. La verdad es que quiero divertirme, soy una mujer adulta que tiene todo el derecho de ponerse el pedo del siglo.

Nos traen nuestras bebidas y comenzamos a probarlas.

A mi me traen la botella que pedí más cinco vasos tequileros. Al principio no podía pasarme los tragos sin hacer caras, después del sexto eran agua para mi.

Pasamos todos a la pista de baile y doy gracias a dios por estar lo suficiente tomada como para que no me importe estar sola como hongo bailando.

Veo a Amber bailar con Thor y vaya que ocupan una habitación.

Carson y Trevor no se quedan atrás, al parecer el novio de mi amiga sabe moverse.

En ese instante siento unas manos en mis caderas y un torso firme en mi espalda.

Me doy la vuelta y puedo ver a un chico muy hermoso, su cabello es rubio pero un rubio blanco y sus ojos son grises, llegan a tornarse transparentes.

Me ve fijamente y siento que se acerca más a mi... de un momento a otro me besa, no hago nada sigo el beso, me resulta encantador.

No siento pasión pero siento algo es como algo inexplicable.

No lo sé, solo sé que no quiero que se aleje.

– Hola ángel – su voz es cautivadora. Me sigue viendo y no se porque empiezo a sentir calientes mis mejillas – ¿No hablas? – pregunta sonriendo.

Que tonta hasta se me ha bajado lo borracha.

– Si – logro decir.

Sonríe aun mas y no puedo creer que sea la sonrisa mas linda que he visto.

– ¿Quién eres? – digo en un susurro.

– ¿Quién soy? – baja un poco para verme a los ojos no había visto lo alto que era – Soy quien tu quieras.

Siento mi cara arder, ¿porque me dice estas cosas?

Comienza a reír, ¿se está burlando de mi?

– Oh Ángel eres exquisita – dice y me rodea con sus brazos.

– No me llamo ángel, mi nombre es Cielo – digo pegada a su pecho.

– Mmm Cielo – repite probando mi nombre en sus labios – Un bello nombre para una bella dama, pero para mi eres mi ángel.

Es un hombre extraño pero debo admitir que me cautiva a un cierto grado de ponerme un poco nerviosa.

– Quiero saber tu nombre – digo alejándome un poco para poder mirarlo.

Examina mi cara y creo que por un momento no me dirá su nombre.

– Te diré mi nombre con una condición – dice.

– ¿Cuál condición? – pregunto.

– Que nos volveremos a ver y cuando eso pase no me olvidarás de nuevo.

No entiendo muy bien, pero no sé porque siento una agradable confianza, aun así es un completo extraño.

– Promételo ángel – dice abrazándome con fuerza.

No comprendo absolutamente nada pero quiero decirle que sí, así que lo hago.

– Lo prometo – en el momento que lo digo me besa pero esta vez con más fuerza.

Al momento de separarse de mi junta su frente con la mía.

– Hermosa – susurra junto a mis labios.

– ¿Porque me besas si no me conoces? – pregunto un poco agitada.

– Porque eres tú... – es su respuesta sencilla.

¿Yo?

Ve mi cara de confusión – Porque eres mía – dice y me da un casto beso.

De pronto se aleja, doy un paso pero ya no lo veo, se ha ido.

Ángel.

Me dijo ángel quiero llorar y no sé por qué.

Pero también me siento molesta, porque se creen con el derecho de llamarme como les dé la gana.

Azul.

Claro, el primero fue Erick y no terminó bien. Le arruine la vida y murió.

No quiero arruinarle la vida a él, no quiero... no quiero tener una carga más.

Ya no.

Completamente MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora