Capítulo 41

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Cielo

– ¡Par de zorras! – grito a todo pulmón.

A continuación, tenemos a una Amber tirada en el piso, y a una Carson con el hocico pegado al suelo. Los chicos rápidamente van a su encuentro ya que por mi grito saltaron de sus lugares con un chillido atronador.

– Mierda – dice con un quejido Amber.

– ¿Estás bien cariño? – pregunta Thor preocupado.

– ¿Pero y a ti qué te pasa? – dice Carson con una mueca.

– Nena – dice Trevor ayudando a levantarse, pobrecito.

– ¿A mi?, nada – digo simple – Solo que estaban jodiendo como conejas en mi habitación, cuando se supone que era noche de chicas.

Lucen arrepentidas. Tal vez me pasé un poco.

– Lo siento Cielo, es que... no se – dice Amber y le da la risa nerviosa – ¡Mira a mi chico! Está para comérselo.

Y tira de la boca de Thor en una trompita. Si, el chico es guapo pero no es excusa.

– Nena ya déjalas tranquilas – dice Nicolas dándome un beso en la mejilla.

Suelto un gran suspiro. Bien, no puedo culparlas tal vez habría hecho lo mismo.

– ¡Buenos días! – sonrío por inercia, dios este chico siempre me hace reír. Entra Dante a la cocina saludando a todos – Ángel, ¿qué tal amaneciste?

Pregunta acercándose a mí, pero claro hay algo que lo detiene, mejor dicho alguien.

– Te quiero a tres metros...

– ¿¡Sobre el cielo!? Oh chico no te ofendas pero no me van los tipos – Bromea con el.

– ¡No maldita sea!, te quiero a tres metros y si es que se puede más alejado de ella – dice Nicolas apretando la mandíbula.

– Insisto, deberías tratarte – sonríe hacia mí. De repente escuchamos voces y a alguien viniendo a la cocina.

– Si, quiero que la conozcas... – ese es mi tío.

Abren la puerta y entra el susodicho pero no solo, vine acompañado. Y que compañía, es una mujer muy hermosa, su cabello castaño claro hace contraste con sus ojos grises, y una joven.

Pero que jovencita más linda, su cabello es un rubio muy claro y tiene unos grandes ojos iguales a los de ella claramente es su madre, podría jurar que iguales a los de Dante.

– Cariño, quiero presentarte nuevamente a Julieta – y la señora da un paso al frente – Y ella es Cielo.

Le tiendo mi mano, pero ella me sorprende dándome un fuerte abrazo.

– Oh qué bella eres Cielo tienes los ojos de tu padre – me aparto un poco y la miro sin entender.

Veo que se sonroja.

– Lo lamento, no era mi intención ponerte incómoda – dice avergonzada.

– ¿Conoció a mi padre? – pregunto, ya que no recuerdo haberla visto antes, aunque si me suena un poco su rostro.

Da un paso atrás y junta sus manos, ahora es ella la que se ve incómoda.

– Bueno, la verdad es que no conocí mucho a tu padre, mejor dicho solo lo vi una vez.

Y lo dice con un atisbo de tristeza, veo a Dante acercarse a ella y darle un abrazo.

– Todo está bien madre – dice y siento mi corazón detenerse. Es la madre de Dante. Es la mujer a la que mi padre ayudó.

Completamente MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora