Cielo
Después de salir del restaurante sin mirar a nadie por la vergüenza camino por las calles solitarias sin rumbo.
Ni siquiera sé si en realidad estoy molesta, es más un dolor sordo. Como pude creer que Nicolás iba a importarle e iba a tener interés en mi.
No sé porqué acepté su invitación.
Él está con ella, no conmigo.
Siento pequeñas lágrimas deslizarse por mis mejillas y no las detengo, prefiero hacerlo ahora que llegar así a casa y que me vean en este estado.
Me quito los tacones y siento el frío del piso colarse por mis pies, llego a un parque y me siento en una banca.
Quiero llorar, bueno lo estoy haciendo pero, quiero gritar.
– ¿Por qué lloras ángel?
Su voz, abro los ojos y levanto la vista y ahí está.
Sonriéndome.
– Tu – digo sin creer que esté aquí conmigo.
– Yo – dice riéndose.
Le devuelvo la sonrisa – ¿Qué haces aquí?
Me ve y se encoge de hombros.
– La pregunta no es "que" si no "porque" – dice y se sienta a mi lado.
– ¿Cómo sabías que estaría aquí? ¿Me estás siguiendo? – pregunto ya que tengo que recordarme que es un extraño.
– ¿Porque llorabas ángel? – me devuelve.
Lo había olvidado por un momento.
– Nada de qué preocuparse – digo sin mirarlo.
– Es de preocuparse, cuando un ángel llora es porque algo terrible le sucedió – pone un brazo sobre mis hombros.
Se siente cálido, me sorprende la confianza que siento con él.
– Dime tu nombre – digo y me acurruco más en él, empieza a hacer frío.
Me aprieta pero no dice nada.
– ¿Es ilegal tu nombre? – digo en broma.
Sonríe.
– No, no es ilegal, ¿pero es importante que sepas mi nombre? – dice mirándome.
– Claro que es importante, me la he pasado hablando con un extraño al cual ya besé o mejor dicho me besó.
Sonríe de lado – Pues no escuchaba que te quejaras – me mira con un poco de reproche – Además puedo volver a hacerlo, ¿no es así?
¿A si?, ¿qué le digo?
¿Quiero?
– Si – digo en un susurro.
– Me alegro mucho – se acerca y pega sus labios con los míos solo es un casto beso, pero siento mil cosas que aun no logro entender.
Siento algo en el pecho que se comprime.
– ¿Porque estás llorando otra vez? – no me había dado cuenta de que lo estaba haciendo.
– No, no es nada en verdad – dejo salir un sollozo.
– Ven aquí preciosa – me toma en brazos y me pone en su regazo.
Me abrazo a él y trato de tranquilizar mi llanto.
– No se que te a pasado pero te ves hermosa con ese vestido, para quien sea que te lo hayas puesto es un gran idiota, me hubiera encantado que te vistieras así para mi – dice y me aprieta mas contra su pecho.
Estaría muy feliz de haberme enamorado de él pero el destino es injusto.
Ya más tranquila me separo de su pecho y lo miro a los ojos.
– Que bellos ojos tienes – digo sin poder evitarlo.
– Toda tú eres bella – dice dándome un pequeño beso.
– Debería irme, ya es tarde – digo bajando de él.
Me sigue y toma mi mano.
– Vamos, tengo mi coche cerca.
Al llegar al vehículo y subirnos me recargo en la ventanilla para ver hacía fuera todo el camino.
Llegamos a mi calle y empieza avanzar a mi casa, estando ahí baja del auto y viene hacia mi lado, abre la puerta y me ayuda a salir.
Caminamos hacia la entrada de la casa, llegando a la puerta tomo mis llaves y abro... en ese instante me llega un pensamiento a la cabeza.
Yo jamás le di mi dirección a este chico.
– ¿Cómo sabes mi dirección? – preguntó ya dentro y sin ningún temor.
Me mira pero sin decir nada aun.
En eso escucho que alguien baja las escaleras, volteo y es mi tío.
– Tío – corro y lo abrazo muy fuerte.
– Mi niña, ¿qué haces aquí abajo? – dice y posa su mirada detrás de mí.
Voy a presentarlos cuando de pronto mi tío le da un abrazo al chico misterioso. Y este se lo regresa con gusto.
– Jared – dice este último.
– Muchacho, tiempo sin verte – dice mi tío, ¿no podría haber dicho su nombre?
No entiendo muy bien esto.
– ¿Se conocen? – digo y me miran ambos.
Mi tío mira al rubio y este igual.
– ¿Lo sabe? – pregunta mi tío.
– No – dice el rubio.
¿Qué es lo que supuestamente tengo que saber?
– ¿Por qué no se lo has dicho? – prosigue mi tío.
El rubio me mira culpable – No he encontrado la oportunidad.
– ¿La oportunidad de decirme que? – pregunto ya nerviosa.
– De explicarte porque eres mi ángel...
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Completamente Mía
RomansaEsta es la historia de Cielo Ward una chica sencilla llena de carisma y que disfruta de los que más ama, pero muy pronto la vida le enseñará que no todo siempre es bueno y que hay que luchar y atravesar los obstáculos impuestos por el destino. Acomp...