Capítulo 31

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Cielo

– No puedo creerlo – dice una molesta Amber.

– Yo tampoco, pensé que era diferente – comenta Carson.

Después de mi conversación con Dante, gracias a dios ya se su nombre, ya no es "el rubio" me despedí de él prometiéndole volver a encontrarnos.

Y a la mañana siguiente me encuentro con mis dos amigas montadas en mi cama sacándome a la fuerza solo porque querían un café. Pero al parecer solo me invitaron porque querían saber de mi salida con Nicolas.

– ¿Qué tal si hablamos de otra cosa? – propongo.

– Ah no cariño nos contaras con lujo de detalle, así que habla – dice Carson.

Bufo un poco y se que no voy a poder escapar de esta.

– Ya te dije todo. Me invitó a salir, después llega un sobre con una dirección, llego al dichoso restaurante, vuelve a llegar otro sobre y es cuando los veo. Fin.

Digo para después tomar de mi café.

– Eso no nos dice mucho – dice la vena chismosa de Amber.

– Cielo dinos qué ha pasado – dice Carson tomando mi mano.

Suspiro y sé que puedo confiar en ellas.

– Antes de encontrarme con él me llegó una nota a mi habitación, decía que me vería en el The Rose, llegue al lugar pero sólo había reservado mesa para uno, lo cual me pareció extraño y es ahí cuando llegó la segunda nota, decía que mirara hacía el ventanal que estaba junto a mi – me detengo en mi relato ya que me llegan imágenes de ese momento – Volteo hacia la ventana y es cuando lo veo.

– ¿Lo viste a él? Pero, ¿estaba solo? – pregunta Amber.

Niego con mi cabeza – Estaba con Evangelina.

– ¿Evangelina? – pregunta Carson.

– Si, la pelirroja – Contesto.

Las dos hacen una mueca de desagrado.

– Qué gustos tiene ese hombre – dice Amber.

– Tal vez sea un malentendido – me concilia Carson, tan buena sin poder evitarlo.

Sonrío con tristeza.

– No lo creo – digo.

– ¿Ya hablaste con él? – pregunta Amber.

Niego – No, desde ayer y fueron a sacarme de mi casa muy temprano así que hoy tampoco.

– Es extraño – comenta Carson como si esto fuera una serie de detectives.

La miro sin entender.

– ¿Qué te parece extraño? – aparte de que me abandonó para irse con ella.

– Que te llegara un sobre a tu habitación, ¿tenía remitente?

– La verdad no – digo sin saber a dónde quiere llegar.

– Cariño, ¿no te has puesto a pensar que tal vez no haya sido Nicolas el que enviara ese sobre? – dice Carson sospechosa .

Ahora que lo pienso tal vez tenga razón.

– No, no había pensado en eso – confieso.

Las dos sonríen pero, algo no me cuadra.

– ¿Pero qué hacía con Evangelina? – pregunto.

Su sonrisa se borra y he dado en el clavo.

– Aunque Nicolas no haya enviado los sobres, quien me explica qué hacía con Evangelina en ese lugar – digo tratando de que me entiendan.

Completamente MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora