Prólogo

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El invierno es más frío este año, las familias se preparan para la Nochebuena, todas las casas están decoradas con adornos navideños. Las luces de colores iluminan el barrio, el quitanieves comienza a hacer su trabajo.

- ¡Richard! ¡Tenemos que irnos!- el niño de siete años se ha encerrado en su cuarto, ya es algo normal en él.

- ¡No quiero ir! ¡Me quiero quedar en casa!- Martha suspira antes de subir por las escaleras, abre la puerta para sentarse junto a su hijo.

- Cielo, ya lo hablamos. Este año la cena es en casa de los vecinos, pensaba que querías estar con Katherine.- su hijo, con el pelo alborotado, ojos azules y un fuerte carácter, se cruza de brazos.

- Siempre me está mandando, mamá. No me deja jugar a lo que quiero, y si vamos a su casa...será peor. No quiero estar con ella.

- ¡Martha, nos están esperando!- Andrew llama a su pareja desde la parte de abajo, el padre de Richard los abandonó hace unos años y ya no regresó; Martha no quería que su hijo creciese sin una figura paterna y Andrew es bueno con él.

- Richard, hazlo por mí, por favor. Además, esta noche viene Santa Claus y no querrás quedarte sin regalos, ¿verdad?- Su hijo se lo piensa durante unos segundos, no va quedarse sin regalos por culpa de la vecina de al lado que no hace más que fastidiarle.

- Está bien, pero no voy a jugar con Katherine. No aguanto a esa niña, es muy pija y se cree mejor que yo.- Martha suelta una sonora carcajada ante el comentario de su hijo, no aparenta la edad que tiene.

Martha, Andrew y Richard cruzan la calle para cenar en casa de los vecinos, una familia adinerada y educada. Es la pequeña de la familia la que abre la puerta.

- Buenas noches, bienvenidos a la residencia Beckett.

- Buenas noches Katherine, estás preciosa con ese vestido.

- Muchas gracias Martha, por favor, pasad.- Rick es el último en entrar, él y la chica comparten una mirada poco amistosa; si están ahí es por sus padres. Prácticamente han crecido juntos, fueron juntos a la guardería y ahora se sientan uno al lado del otro en clase.

- ¡Hola chicos!- Johanna abraza a su amiga y vecina, Andrew le estrecha la mano a Jim, el cual acaba de poner algo de música.

- Hemos traído vino.- los recién llegados se quitan los abrigos y los cuelgan en la percha. Rick no sabe qué hacer, Katherine ha subido a su cuarto y no parece que vaya a bajar hasta la hora de la cena.

- ¡Hola Rick! ¡Estás muy guapo!- Johanna le da un fuerte abrazo, puede que el niño no soporte a la hija pero Johanna le cae muy bien, siempre le hace galletas.

- Gracias Señora Beckett.- el joven se sienta a escuchar las conversaciones de los adultos, le encanta; casi nunca comprende de lo que hablan pero no le importa.

- ¡Mamá! ¡Richard no quiere jugar conmigo!- Todos escuchan los gritos de Kate desde arriba y enseguida miran a Rick.

- Cielo, Katherine está esperándote.- madre e hijo comparten varias miradas antes de que el joven se rinda y suba sin ganas al piso de arriba.

- ¿Por qué eres siempre tan odiosa?- Rick detesta estar al lado de ella, siempre corrigiendo a los demás y enfadándose si no hacen lo que ella quiere.

- Yo no soy odiosa, tú eres un maleducado. No se le hace esperar a una señorita.

- ¡Tú has sido la que se ha subido sin avisar! ¡Podías haberme dicho algo!

- Así es más divertido, y ahora, juguemos.- Rick traga saliva, siempre acaba con maquillaje en la cara, pero, esta vez, el juego es distinto a todos los demás.

- Toma, espero que sepas utilizarla.- Kate le da una pistola de juguete aunque parece muy real, y una placa con unos números, "41319".

- ¿Qué es todo esto? ¿Por qué tienes una pistola?

- El otro día vi una serie policíaca en la televisión, me gustó muchísimo. Esto es un regalo de mis padres por mis buenas notas. Hoy seremos inspectores privados, ¿qué me dices?

Richard no comprende el cambio tan repentino de la chica pero acaba divirtiéndose, buscan escondites para espiar a los adultos; se dicen cosas por los walkies talkies y disparan a los peluches de la chica. Todo acaba en risas y diversión, para sorpresa de todos.

- ¡La cena está lista!- Exclama Jim desde las escaleras, los hijos comienzan a hablar en clave durante la velada. Por primera vez, desde que se conocen, han apartado sus diferencias y ahora comparten hasta el postre.

- ¡Vamos Rook! ¡Tenemos una misión!- Todos sonríen ante el mote que Katherine se ha inventado para Rick, éste, sin embargo, no sabe cómo llamar a su compañera.

- Yo soy la detective Katherine Beckett, y tú mi compañero, Richard Rook.

- Mmm...no me gusta, el apellido sí pero el nombre...¿me lo puedo inventar?- Kate vacila durante unos segundos pero acaba cediendo.

- Me gusta Jameson Rook, mi madre dice que así es cómo se llamaba mi abuelo. ¿Y tú? ¿Has pensado en un nombre?

- Creo que escogeré el nombre de la inspectora de la serie que vi, Nikki Heat.

- ¿Qué significa "Heat"?- Pregunta Rick sin saber el significado de esa palabra.

- La verdad es que no lo tengo claro pero sé que mi madre se enfadó mucho cuando escuchó ese nombre. Nos llamaremos por los walkies talkies, ¿entendido, inspector Rook?

- Entendido, detective Heat.- y así transcurren las horas, ninguno se acuerda de que es NocheBuena y de que varios regalos aparecen bajo el árbol colocado en el salón junto al piano.

- ¡Chicos! ¡¿Es que no queréis abrir los regalos?!- Los dos bajan corriendo. Es posible que sea casualidad o cosa del destino pero ambos reciben lo que les llevará a escoger un futuro que no se esperan.

- ¡Guau! ¡Son todos los libros de Harry Potter!- Rick salta de la alegría al ver la saga completa, su le inculcó la lectura desde muy pequeño.-¡Y la pluma que quería! ¡Me encanta!

- ¡Genial! ¡Es lo que quería!- Exclama Kate al abrir el paquete.- ¡Un maletín como el tuyo, papá! 


Deseos De Cosas ImposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora