Capítulo 25

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Dejaron atrás el restaurante, obviando el hecho de que están a punto de consumir el amor que creían haber enterrado junto con los recuerdos; pero el sentimiento es demasiado poderoso y, finalmente, sucumben a esa pasión, ese deseo que arrasa con el apartamento de ella.

- Rick...Rick espera...- Kate posa sus manos sobre el pecho de él, percibe su respiración agitada y su excitación es más que evidente bajo los pantalones. Permanecen en silencio durante unos largos minutos, ambos insisten en que eso no es más que un sueño pero los besos son demasiado reales.

- Kate, no quiero que te sientas incómoda, ¿quieres que me vaya?

- No, no es eso.

- No quiero estropearlo, de verdad que puedo esperar.- Kate tira del cuello de su camisa para acercarlo todavía más, se dejan llevar por los besos cargados de pasión y adrenalina. Beckett le agarra la mano, entrelazando sus dedos con los de él y lo lleva hasta su habitación.

Esta vez es Rick el que se detiene de golpe.- no tengo preservativos, no tenía ni idea de que acabaríamos nuestra cita reanudada en tu cama.- Kate le besa con ternura.- no te preocupes, tomo la píldora, tú solo disfruta.

Beckett se extraña al escuchar esas palabras pero no quiere reprimir más las ganas que tiene de hacerlo con Rick, viajar a su primera vez, en los Hamptons; ambos jóvenes y con un futuro por delante. Éste la tumba con suavidad sobre la cama, dirigiendo sus labios al cuello de ella la cual se aferra al cuero cabelludo del escritor con fuerza.

Sus miradas se cruzan, dialogando sin necesidad de utilizar las palabras, la ropa desaparece entre besos y caricias, Rick comienza a temblar un poco, teme hacerle daño o, peor, que no le guste. Kate se percata de su comportamiento, le agarra la cara.- todo irá bien, ya lo has hecho más veces, tranquilo.

El movimiento directo arranca un gemido de la garganta de Kate, todo su cuerpo se estremece ante las embestidas de Rick; lo deseaba tanto...jamás dejó de pensar en él, ¿a quién quería engañar? Will la hizo feliz pero jamás podría superar al hombre que ahora le da pequeños mordiscos en sus pezones endurecidos debido a la excitación. El sudor empapa su cuerpo y no le importa, se aferra a su cuerpo con las piernas, rodeando su cintura y atrayéndolo todavía más; lo que provoca más placer.

- ¡Oh Dios, Rick...!- Terminan durmiendo abrazados, sin pensar en nada más que en el presente, en ellos dos, en lo bien que están el uno con el otro. 

A la mañana siguiente...

Kate se despierta con los rayos del sol, se gira y observa en que no hay nadie con ella, ¿quizás fue un sueño? Pero en ese momento aparece Rick con una bandeja repleta de comida y dos tazas de café.- ¡Buenos días dormilona!

- Pensaba que te habías marchado.

- ¿Y perderme un exquisito desayuno con una preciosidad? Sería estúpido si hiciese eso.- Kate sonríe con timidez, no aparta la mirada del pecho al descubierto, a pesar de ser padre, no se ha descuidado y eso puede ser peligroso; porque hay mujeres muy interesadas en hombres como él.

- No tenías por qué haberte molestado, no suelo desayunar mucho. Me basta con el café y una pieza de fruta o una tostada. Aquí hay comida para una legión, por lo menos.

- Después de la noche que hemos pasado, ¿no tienes hambre? Yo me comería una vaca ahora mismo, pero en la nevera sólo tenías bacon y huevos.

Kate no se arrepiente de lo que ha ocurrido pero aún así le asaltan algunas dudas y es mejor resolverlas antes de empezar una relación.

- Rick.

- ¿Uhm?

- ¿Qué se supone que ocurre ahora? Yo necesito estar con alguien dispuesto a cuidar tanto de mí como de Aiden, no quiero ilusionarle para que después le rompan el corazón. 

- Si es eso lo que te preocupa, tranquila, Aiden es un niño especial, creo que no es nuestros hijos lo que realmente te ocupa la mente, dime.

- Rick, ¿alguna vez perdiste la esperanza? Ya sabes, en nuestra relación.

- Kate.- Rick se limpia la mano con una servilleta y coge la de Kate, le mira directamente a los ojos.- Jamás perdí la esperanza, desde el día en el que te conocí. Y no la perderé al menos que tú quieras que eso cambie.

- Entonces que no cambie. Nunca.- otro beso, para que ninguno olvide que lo ocurrió anoche fue muy real, sus corazones laten con fiereza, con cada caricia, mirada o piropo.

- Será mejor que me vaya, tenemos unos niños que nos estarán esperando.- Rick se levanta y Kate aprovecha para dirigir una mirada a su trasero sin disimular.- oye, lo he estado pensando mientras preparaba el desayuno, a la hora de recoger a nuestros hijos, deberíamos ir primero uno y luego el otro. Para evitar preguntas incómodas, ¿qué me dices?

- Perfecto, lo lógico sería que vaya yo primero.- responde ella mientras se cubre el cuerpo con la sábana.- ya que es la casa de mis padres...tú puedes llegar cinco minutos después.

- Vale, será mejor nos duchemos y nos cambiemos de ropa, ¿necesitas ayuda para arreglar tu habitación?

- No tranquilo, puedo yo sola.- un último beso antes de que él se marche del loft y ella entre a la ducha dejando la sábana en el suelo y tarareando una canción que escuchó hace poco en la radio y que le gustó.

Una hora más tarde...

Aiden y Kylie se despiertan al mismo tiempo, él con su pijama de Iron Man y ella con la cara de la princesa Elsa estampada en su camiseta. Johanna les prepara el desayuno, los pequeños se toman el vaso de leche mientras ven los dibujos en la tele de la cocina.

- ¡Buenos días!- Kate aparece con una radiante sonrisa, su hijo baja de la silla y corre hacia ella para abrazarla.- ¿Os habéis portado bien?- Ambos asienten moviendo la cabeza, Kate besa la cabeza de la pequeña.

- ¿Y mi papá?

- No creo que tarde en venir, estará a punto de llegar.

En efecto, tal y como habían hablado, Rick llega a los pocos minutos, con una camisa de manga corta y unas bermudas.- ¡Hola, hola!- Exclama al mismo tiempo que se deja las gafas de sol colgadas en el cuello de su camisa.- ¡Papi, papi!- Kylie corre hacia él y le besa en la mejilla.

- Gracias por cuidar de ella esta noche, Johanna.

- Ha sido un placer, tu hija es un ángel, se bañaron juntos y jugaron con el agua hasta que el abuelo Jim los sacó a cosquillas. Después vimos una película hasta que se quedaron dormidos, ¿y vosotros qué tal?- Rick y Kate evitan mirarse durante más de dos segundos, los padres tienen un radar para esas cosas.

- Muy bien, cenamos y después nos fuimos a bailar, lo normal en una primera cita.- responde él al ver las manos temblorosas de Beckett.

- ¡Eso es genial! ¿Os quedáis a comer? Teníamos pensado encender la barbacoa, mi marido ha ido al supermercado a comprar.

- ¿Lo dices en serio? No queremos ser una molestia.

- De molestia nada, llama a tu madre y que se venga también. Los niños van a subir a vestirse y después saldremos a la azotea.


Deseos De Cosas ImposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora