Capítulo 32

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La lluvia y el viento golpean los enormes ventanales, los pequeños se desvelan por culpa de la tormenta que ha decidido fastidiar la noche a los neoyorkinos. La electricidad viene y va, Rick, por si acaso, ha encendido algunas velas en el caso de que el apagón sea permanente.

- Papi, ¿puedes dormir conmigo? Tengo miedo.- Kylie tiene sueño pero el sonido del aire le asusta y no se atreve a dormir sola.- Claro princesa, Aiden, ¿te vienes?

- Mami, dame la mano.- los cuatro suben al segundo piso, cada uno entra a su habitación. Castle arropa a su hija y busca un hueco para acurrucarse junto a ella. Beckett hace lo mismo con su hijo.

- Papi.- éste le mira con la tenue luz de la luz quita miedos que le compró a Kylie en su etapa de pesadillas.- Kate y Aiden, ¿van a vivir con nosotros para siempre?

- Verás cariño, ellos dos tienen su propia casa y viven allí.

- Pero, si tienen su casa, ¿por qué le has hecho una habitación a Aiden?- Rick está muy orgulloso de su hija, demasiado inteligente y espabilada para la edad que tiene.

- Por el futuro, Kylie. Imagínate que Kate y yo decidimos vivir juntos, Aiden ya tendrá su habitación; puede quedarse aquí cuantas veces quiera.

- Yo quiero que vivan con nosotros.- responde la pequeña parpadeando varias veces, señal de que está a punto de caer rendida.- papi, buenas noches.

- Buenas noches mi vida, te quiero.- Castle besa su frente y se levanta lentamente, la observa desde la puerta, encontrándose a Kate en el pasillo.- ¿también se ha dormido?

- Es normal que la tormenta les asuste, tengo miedo hasta yo; verás mañana el trabajo que me espera para restaurar el orden.

- Te propongo algo, Kate. No pienses en el mañana y quédate con el presente, recuerda que me debes una recompensa por lo de hoy.- ésta alza una ceja fingiendo sorprenderse.- ¿una recompensa?

- No te hagas la despistada conmigo, inspectora, he estado esperando a que al fin nos quedásemos solos.- Rick le rodea la cintura con los brazos y la atrae hacia él para besarla.- así que dime, ¿qué he ganado?

- Una noche inolvidable, vente conmigo.- Beckett lo lleva hasta la habitación del escritor, quedando su cuerpo a escasos centímetros de la cama. Sus miradas comienzan a mantener una intensa y excitada conversación.

Kate lleva su brazo derecho hasta la camisa y comienza a bajarla, Rick le ayuda con suavidad; éste la conduce hasta la cama quedando ella debajo y él encima. Los besos y caricias se ven iluminados por los rayos que trae la fuerte tormenta.

La ropa va cayendo al suelo poco a poco pero los besos no cesan, ambos desean más y más el uno del otro, no se conforman con besarse o morderse el lóbulo de la oreja; después del día tan duro que han tenido, anhelan ese momento que pospusieron por diversos motivos.

La luz de las velas adornan esa noche perfecta para los dos ignorando la tormenta y dejándose llevar por el amor que una vez sintieron y no pudieron olvidar. Los gemidos de Kate se mezclan con los truenos evitando que nadie de la casa los oiga.

- ¡Oh Rick!- sus manos agarran con fiereza el cuero cabelludo de él, sus movimientos van acompasados y poco a poco aceleran el ritmo arrancando gemidos en la garganta tanto de él como de ella.

Los jadeos finalizan con la pareja durmiendo acurrucada bajo las sábanas, pero el sueño pronto se ve interrumpido por sus hijos que aparecen llorando en su habitación.

- ¡Papi, papi!- Kylie sube a la cama ignorando lo que acaba de pasar hace unos minutos.- Tenemos miedo, quiero dormir aquí.

Kate y Rick comparten una mirada muy significativa, acaban cediendo a los sollozos de sus pequeños, una noche es una noche. Kylie y Aiden duermen en medio de los dos, sus diminutos cuerpos son rodeados por los brazos de sus padres que a su vez entrelazan sus manos.

A la mañana siguiente...

Los desperfectos causados por la tormenta son graves lo que provoca que Kate se levante sin despertar a nadie, se de una ducha rápida y se marche para poder ayudar con las inundaciones, accidentes, etc.

De camino al trabajo se encuentra con automóviles movidos por las fuertes corrientes de agua, contenedores que obstaculizan el paso, equipos de bomberos salen a las calles para poder restaurar el orden lo más pronto posible.

Gracias al trabajo eficaz de Beckett, la comisaría 12th muestra serenidad y orden a la hora de realizar las tareas asignadas el día anterior. Su capitán ha tenido que irse para tratar unos asuntos por lo que ella es la que se queda al mando hasta su regreso.

- Beckett, no te esperábamos hasta más tarde.- Su compañero le pone al día del trabajo realizado, todo marcha bien, eso es algo bueno.- He dejado a Aiden con Castle.- responde Kate dejando sus cosas en la mesa.

- Necesitarán toda la ayuda posible, no ha aparecido ninguna víctima de la tormenta pero el día acaba de empezar.- comenta Ryan dándole unos papeles a su compañera, ésta los revisa con detenimiento.

- De acuerdo chicos, hay que restaurar la ciudad, que los ciudadanos olviden esta tormenta cuanto antes. Sé que somos de homicidios pero esto ya lo hablamos ayer, somos compañeros y la ayuda es primordial.

Horas más tarde...

Rick escucha en las noticias que ya es seguro salir a la calle aunque algunas calles siguen cortadas y el metro sigue inactivo en algunos puntos de la ciudad. Viste a los pequeños, los tres desayunan antes de ir a visitar a los Beckett.

Johanna les abre con una radiante sonrisa, su casa ha sufrido bastante pero, como dice su marido, Incluso En Los Peores Días Es Posible La Alegría, Aiden abraza a sus abuelos, les cuenta que al final durmieron con Rick y su mami.

- ¿Dónde está Jim?- Pregunta Castle echando un vistazo a los daños, tampoco son tan graves, su trabajo hizo bastante para que la casa sobreviviese.

- Ha ido a la ferretería a traer no sé qué herramienta, no tardará. ¿Queréis un chocolate caliente? Parece que se ha movido aire frío.

- ¡Nosotros sí!- Exclama Kylie.- Yo no, gracias Johanna.- Rick aprovecha para hacer una llamada a Kate, su móvil no da señal. Quizás se encuentre en un lugar sin cobertura, pero enseguida recibe una llamada de Espósito.

- ¡Castle, menos mal!- Su tono de alarma preocupa al escritor que enseguida se aleja de los demás.- Javier, ¿qué ha pasado? 

- ¡Es Beckett! ¡Estábamos inspeccionando un edificio bastante afectado y...- la llamada se corta dejando a Castle desconcertado y aterrado.

Sé que este regalo de Navidad no os gusta y quizás dijese que el hiatus sería ameno pero en cuanto comienzas a escribir, las ideas fluyen y te dejas manipular. Lo siento pero creo que tendréis que esperar. Gracias por los votos y comentarios, ¡FELICES FIESTAS!




Deseos De Cosas ImposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora