Deseos De Cosas Imposibles

Capítulo 1

Pasan unos años...

Las clases ya han comenzado y los estudiantes vuelven de las vacaciones. Los amigos se saludan y hablan de lo que han hecho durante el verano.

- ¡¿En serio?!- Lanie gesticula de forma exagerada, Kate le manda callar.

- ¿Por qué tienes que gritarlo a los cuatro vientos? Es un secreto,  Parish.- las amigas caminan por el pasillo para ir a clase,  algunos le silban cuando se cruzan con ellos.

- ¡Sois unos flipados!- Lanie no se muerde la lengua y no duda en decir lo que piensa; más de una vez ha terminado en el despacho del director.

- Bueno,  prométeme que no se lo contarás a nadie. Me moriría de la vergüenza si se enteran.

- Soy una tumba Katie.

En otra parte del instituto...

- Pues sí tíos, este verano me he tirado a unas cuantas. Pero solo follar,  ya sabéis que opino del amor.- Javier,  un joven de tez morena y origen hispano. Adora presumir de sus ligues.

- ¿Estás seguro? A lo mejor te colocaste tanto que te lo imaginaste.- responde su amigo Kevin Ryan,  un chico responsable y decidido a encontrar a la mujer de sus sueños.

- Me parto contigo, en serio. Rick,  ¿cómo ha ido tu verano?- Éste tiene la mente en otra parte,  concretamente en lo que pasó el último día del verano.

- ¡Tierra llamando a Richard!

- Perdón.- ladea la cabeza para intentar olvidar esa noche pero va a ser muy difícil.

- Hablábamos de las vacaciones, con ese cuerpazo que tienes,  alguna ha caído rendida a tus pies.- Rick pone los ojos en blanco,  pero,  en realidad,  si estuvo con una chica. La que menos pensaba que sería y con la que tuvo la mejor noche de su vida.

- Estuve en los Hamptons y no,  no me tiré a ninguna. Fui allí para relajarme, no para follar como los conejos. No soy como tú, Espo.

Ryan suelta una sonora carcajada,  Javier intenta pegarle pero Rick es más veloz y consigue apartarse.

- Venga Javi,  encima que eres el que más moja de los tres... No te enfades.

Los tres entran a clase, pocos estudiantes prestan atención a lo que dicen los profesores sobre el último curso. Cada uno tiene cosas en las que pensar y, Rick,  no puede quitarse esa imagen de la cabeza. ¿Estará ella pensando en él? Ambos bebieron pero fueron conscientes de lo que hacían, menos mal que tenían protección.

Horas más tarde...

Las clases finalizan,  el primer día ha ido bien.

- Hablamos después,  quiero que me cuentes más cosas de tus vacaciones.- Lanie y Kate se despiden en la puerta.

- ¡Hola Kate! ¿Has esperado mucho?- Y ahí está él, el chico con el que perdió la virginidad y ahora tienen una relación un tanto extraña.

- Hola Rick, acabo de salir. ¿Nos vamos? - Ambos caminan sin decir nada, les encantó lo que hicieron pero, ¿qué se supone que ocurre ahora? ¿Son pareja?

- Hoy Javier ha vuelto a fardar de las mujeres que se ha tirado.- sin darse cuenta,  han terminado cogiéndose de la mano.

- ¿Y te crees lo que dice?

- No lo sé,  le veo feliz,  simplemente le sigo la corriente.- el camino siempre se hace corto para los dos. Se detienen unos metros antes de llegar para besarse.

- ¿Cuándo le diremos a nuestros padres lo nuestro?

- Primero quiero saber qué es lo que tenemos, Rick. Hemos sido vecinos prácticamente desde la guardería. Ambos hemos perdido la virginidad este verano, en los Hamptons.

- Y fue increíble,  volvería a repetir aquella noche.- Kate se sonroja con la mirada pícara,  acerca a Rick hacia ella y le besa.

- Yo también pero,  sabes que opinan mis padres de los novios. Acabamos de empezar el curso y no quiere que tenga ninguna distracción.

- Lo entiendo a la perfección, bueno,  será mejor que vayamos ya. No es cuestión de preocuparlos.

Cada uno entra a su casa,  se dedican una sonrisa antes de entrar.

- ¡Mamá,  ya estoy aquí!- Martha le saluda desde la cocina, Andrew ya no forma parte de sus vidas y es algo que Rick agradece.

- ¿Cómo ha ido el primer día?

- Nos han explicado la prueba que deberemos hacer para entrar en la universidad. Javier y Kevin siguen igual.

- ¿Y qué tal Katherine?

- Bien,  hemos vuelto juntos. Creo que va a ser nuestra rutina. Voy a mi habitación, bajo enseguida.

Rick deja la mochila en su cama, coge el móvil y busca el chat de Kate.

- Ya te echo de menos, ¿nos vemos luego? - Quizás suene un poco cursi pero esa chica le gusta y mucho.

La respuesta de su vecina no tarda demasiado en llegar.

- Vivo a escasos metros de ti y me mandas un whatsapp. Eres increíble.- Rick reprime una carcajada.

- Por aquí puedo enviarte besos y abrazos, como no puedo ir a tu casa...

Aparece el nombre de Kate como que está escribiendo, y así durante unos intensos segundos.

- Mis padres me llaman para comer, podemos vernos esta noche. No seas huevón, hasta luego.

- Yo también voy a comer y, te equivocas,  no soy un huevón. Tan sólo quiero estar a tu lado.

Y así finaliza la conversación. Rick charla con su madre y ésta le habla de cómo ha ido su clase de teatro. No le va nada mal como profesora particular de interpretación.

En casa de los Beckett...

- Entonces, ¿el día ha ido bien? -Jim ayuda a su mujer con la comida, cualquiera que los viese desde fuera pensaría que esa familia es perfecta,  sin embargo,  la perfección,  es algo inalcanzable.

- Estupendamente, papá. Tengo que decidir lo que voy a estudiar a lo largo de estos meses.

Sus padres se miran algo preocupados.

- Katie,  creíamos que ibas a hacer Derecho. Como nosotros.- el tono de su madre es serio pero a la vez con tristeza.

- No he descartado Derecho pero quiero ver otras opciones,  quizás encuentre algo que me llame la atención.- sus padres no vuelven a sacar el tema, si en algo están de acuerdo es en no presionar a su hija de 18 años que pronto irá a la universidad; o eso creen ellos.

Al caer la noche...

Rick y Kate han quedado en verse en el jardín trasero de éste. Martha ha quedado con los Beckett para charlar, por lo que la pareja va a estar un rato a solas.

- Bueno...al fin solos...- susurra Rick encendiendo una lámpara de exterior, Kate está algo intranquila, podrían pillarles en cualquier momento.

- Relájate Beckett, pareces una paranoica, todo va a ir bien.- pero ella no lo tiene tan claro, quiere pasar tiempo con Richard pero la bronca de sus padres puede ser monumental.

Ambos se sientan en un banco de piedra que forma parte de la decoración, se cogen de las manos y, sin dudarlo, juntan sus labios. Siempre recordarán aquella noche, su primera vez, su primer beso y el comienzo de algo que no durará mucho porque, el destino, tiene otros planes para la joven pareja.