Capítulo 21

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Como era de esperar, los niños terminan agotados después de jugar todo el día en la playa, Kate los ha bañado juntos y ahora duermen profundamente en el sofá.

- Tienes un hijo muy guapo.- Martha le sorprende entrando para beber algo refrescante.- Sí que lo es, tiene la cara de su padre.- responde ella con la voz temblorosa.

- Querida, no tienes por qué sentirte de esa forma, todo pasa por alguna razón.- la mujer le agarra la mano para hacerle saber que todo queda en el pasado.

- Richard escribió esa carta para evitar que sufriese al estar alejados y yo sólo lo hice todo mal. Y luego tuve a Aiden y...

- Shh, mi hijo también fue un idiota al casarse con esa mujer que sólo quiso aprovecharse de su dinero; la situación cambió al nacer mi nieta.

Las dos observan cómo los pequeños duermen ajenos a los problemas de los adultos, ojala todo fuese más sencillo para sus padres.

- Martha, hablando de tu hijo, ¿dónde está?

- Me comentó algo de dar un paseo por la playa y estar solo pero estoy casi segura de que se alegrará al verte.

Kate prepara dos copas de vino y sale por la parte trasera de la casa, recorre la playa en busca del escritor, lo encuentra a unos cincuenta metros; paseando por la orilla.

- Hola.- éste se gira sorprendido porque no esperaba encontrar a nadie.- ¿Sigues queriendo estar solo?- Rick niega con la cabeza aceptando la copa de vino que Beckett le ha traído.

- Tenías esa mirada, la que pones cada vez que te preocupa algo, puedes contármelo.- la pareja camina hacia la casa, sentándose en unas sillas con vistas al mar.

- Sólo recordaba el pasado, concretamente el tiempo que pasamos aquí. Han cambiado tantas cosas desde entonces...

- Nosotros seguimos siendo los mismos, ¿no?- Pregunta Beckett sin saber muy bien qué decir, su primera vez fue en los Hamptons pero no en esa casa; hubiese sido incómodo para ambos.

- Eso creo, sólo que algo más adultos y con responsabilidades, pero, ¿y los sentimientos?- Rick no aparta la mirada del horizonte, tampoco ha bebido vino.- Kate, ¿sabes por qué vendimos la otra casa? Porque mi madre no podía seguir viviendo y recordando a Andrew, demasiado doloroso.

- Rick, ¿qué pasa? ¿Por qué me cuentas todo esto? Pensaba que estábamos bien.

- Esta mañana, en la playa, vi a Kylie tan feliz con Aiden...contigo.- es entonces cuando Kate lo comprende todo, su hija lleva años sin ver a su madre y ahora aparece ella.

- Rick yo...no fue mi intención, lo prometo. Aiden y ella se han hecho muy amigos y sólo estábamos jugando.

- No, no pasa nada, si me encantó verla así pero...se me hizo muy extraño, sólo nos tenemos el uno, y bueno, también está mi madre.

- Te comprendo a la perfección, me ocurre lo mismo con Aiden, cuando le ayudas con algo o te bañas con él...Will hacía lo mismo y se me rompe el alma pero a la vez estoy feliz.

El sonido de las olas rompiendo en la orilla acompaña al silencio que se prolonga durante unos largos segundos,

- Kate, tenemos que solucionar esto, afirmaste que sentías algo por mí y me pediste tiempo. Estoy dispuesto a esperar pero con una condición.

- ¿Cuál es?- Rick se levanta y Beckett le imita sin saber muy bien por qué lo ha hecho.- necesito que confíes en mí, por favor.- ella asiente con la cabeza, claro que confía en él, fue su primer amor, ¿fue...?

- Cierra los ojos, quiero que te dejes llevar por los sonidos, es muy importante.

- ¿Es algún juego? Porque sí lo es...no soy muy buena.

- Tranquila, cierra los ojos.- Kate obedece no muy convencida, en el momento que deja el sentido de la vista, sus otros sentidos se ponen a trabajar para captar todo lo que hay a su alrededor.

El olfato se encarga de oler la sal y todo lo que contiene el agua, el perfume de Castle se mezcla con la humedad a que allí se respira. El oído permanece atento a las olas, na voz de otras personas y los pies del escritor moviéndose muy despacio.

Pero lo que más le sorprende es el sentido del gusto, una textura dulce y suave se instala en sus labios, consiguiendo que un escalofrío recorra su cuerpo hasta llegar a las extremidades. Beckett quiere preguntar, el olor de Rick es más intenso, tanto que es como si estuviese pegado a ella.

Sin abrir los ojos, levanta sus manos y las echa hacia delante, encontrándose lo que pensaba; el cuerpo de Rick situado a unos escasos centímetros de ella. Él le está besando y ella sólo lo atrae hacia su cuerpo, deseando más de él; su mente se difumina impidiendo pensar con claridad.

El beso se intensifica, Kate abre su boca lentamente permitiendo que Rick pase su lengua siempre con delicadeza y dudando por si ella termina por arrepentirse.

- Rick.- éste se separa rápidamente, temiendo perder a la mujer de su vida por algo que deseaba hacer desde que volvió a verla.- ¿estás completamente seguro? Tengo a Aiden y tú a Kylie, no somos como en el instituto.

- No, somos mejor, ya no tenemos por qué escondernos como si estuviésemos cometiendo un delito. Cosa que es una ironía ahora que eres policía.

- Creo que estamos forzando lo que sea que tengamos, te pedí tiempo, ¿por qué no puedes respetarlo?- Esa es la reacción que el escritor temía ver, coge la mano de Kate y le mira a los ojos.

- Sólo es un beso que quería darte antes de volver a la ciudad, no volveré a repetirlo a no ser que tú me lo pidas. Lo prometo.

En ese momento Martha les llama para coger el coche y marcharse, la pareja no habla más durante el viaje; los pequeños se entristecen por tener que despedirse de la playa.

- Papá, ¿Aiden podrá venir más días a jugar a casa?- Kate lleva todo el trayecto mandando mensajes sin apenas prestar atención a los demás.

- Eso se lo tienes que preguntar a Kate, ella es la mamá de Aiden.- éstos se miran sin comprender por qué sus padres no intercambian palabras; ¿se han enfadado?

Deseos De Cosas ImposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora