Capítulo 12

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Beckett recapacita sobre lo que está haciendo, es caer en su juego; ella no se considera esa clase de persona, ¿o sí?

- Mami.- Aizen tira de su camiseta, el pequeño lleva esperando el mismo tiempo que su madre.

- Lo siento cariño, ¿quieres que nos vayamos un rato al parque?- Pero en ese preciso instante, la puerta se abre.

- ¡Katherine! ¡Te veo muy bien!- Martha abraza a Beckett con efusividad, ésta agradece el gesto.- Y este jovencito debe de ser Aiden.

El pequeño se esconde detrás de su madre.- Querida, ¿a qué se debe esta visita?

- Tengo que hablar con Richard.- el rostro de la mujer se ilumina todavía más pero Kate no responde de la misma forma.

- No tardarán en venir, han ido a comprar, puedes esperarles aquí.

- No creo que sea una buena idea, resultaría muy incómodo para los dos.

- Tonterías.- Martha les invita a pasar, Aiden se asombra al ver el loft, para él parece un castillo.- ¿Queréis tomar algo?

- No gracias, yo no quiero nada. Cielo, ¿tú quieres algo?

- Un zumo.- Martha saca un brick de zumo de la nevera y se lo da al pequeño que le da las gracias al segundo.

- Eres un hombrecito muy guapo, ¿quieres que te ponga los dibujos?- Éste asiente con menos vergüenza, se sienta en el sofá para ver Phineas y Pherb.

- Martha de verdad que no quiero ser una molestia, puedo venir en otro momento.- las dos se van a la cocina para poder hablar sin que Aiden escuche.

- No seas tonta, tú nunca podrás molestar y ahora cuéntame, ¿qué has hecho en este tiempo?

- Pues me apunté en la Academia de Policía de Nueva York, a mis padres no les hizo ninguna gracia pero aceptaron mi decisión.

- ¿Qué edad tiene tu hijo?

- Tres años casi cuatro.- Martha quiere preguntarle sobre el padre de la criatura pero sabe que no es de su incumbencia.

- ¡Ya estamos aquí!- Kylie entra como una bala, se detiene al ver a Aiden en el sofá bebiendo uno de sus zumos.

- ¡Kate! ¡Qué sorpresa!- Rick deja las bolsas de la compra encima de la mesa, Aiden corre con su madre.

- ¡Hola Aiden, me alegro de volver a verte!- Éste le dedica una tímida sonrisa, Kylie le observa con atención.

- Esta parejita os estaba esperando.- comenta Martha para romper el incómodo silencio que se forma.

- Ya veo...¿a qué se debe esta grata e inesperada visita?

- Tenemos que hablar.- responde Kate sin vacilar, si van a comer juntos el domingo, es mejor aclarar ciertas cosas.

- Como quieras pero será mejor que vayamos a mi despacho.- Rick se agacha para hablar con su hija.- princesa, ¿por qué no le enseñas a Aiden tu habitación de juguetes? Seguro que le gustará.

- Vale papi.- Kate le pide a su hijo que se vaya un rato con Kylie, enseguida se irán.

- Después de ti, inspectora.- Kate se fija en las estanterías repletas de libros pero también de fotos; casi todas de Kylie cuando era un bebé.

- Tienes un loft muy bonito.- Castle cierra la puerta para evitar que su madre ponga la oreja.

- Gracias, por cierto, me alegra saber que todavía la conservas.- los ojos de Rick se fijan en la pulsera, después de todo, esa joya continua significando algo para Kate.

- Tuvimos algo especial, Richard, pero los dos decidimos empezar nuestras vidas con otras personas.

- Por eso te casaste.- Beckett abre los ojos al escuchar esas palabras.- Venga, no disimules, no pasa nada.

- ¡¿De qué narices hablas?! Yo no me ha casado.- Rick se arrepiente enseguida al ver el enfado en el rostro de su ex novia.

- Lo...lo siento, pensé que...al ver a Aiden.

- Ya has supuesto que tenía familia, pues te equivocas. Tuve a Aiden por inseminación artificial, un buen amigo se ofreció a donar el esperma.

- Entonces...¿no estás saliendo con nadie?

- Llevamos casi nueve años sin vernos y, ¿me preguntas eso? Creo que ha sido una mala idea venir, tu mujer puede venir en cualquier momento.- Rick suelta un sonido de burla.

- Dudo mucho que su madre venga, no se ha preocupado de Kylie en ningún momento.- Beckett observa la tristeza mezclada con rencor, Rick se deja caer en el sillón de su despacho.

- Aiden al menos puede ver a su padre pero Kylie...podría decirse que no tiene madre.

- Lo siento Rick yo...no lo sabía.

- ¿Cómo ibas a saberlo? Katie, ¿por qué dejamos de hablarnos? No he dejado de pensar en ti.

- Yo...no lo sé, los celos nos cegaron y cortamos la comunicación; veo que se te da bien lo de ser escritor.

- No me va mal, no te voy a engañar. Y tú, ¿por qué decidiste ser inspectora de homicidios?- Kate se sienta en el sillón de en frente.

- Me di cuenta de que deseo meter a los asesinos entre rejas y no defenderlos para que sigan libres, suena un poco macabro.

- Suena interesante, pero, ¿no es un poco peligroso? Con las pistolas y eso.

- Es más peligroso tu trabajo, algunas fans son peores que los asesinos.

- Eso es cierto, bueno Kate, ¿volvemos a ser amigos? Prometo que no haré nada sin tu consentimiento.- Kate echa un rápido vistazo al despacho, su ex no ha cambiado la decoración; se parece mucho a su habitación de la antigua casa.

- De acuerdo, sólo amigos, será mejor que vayamos a ver a los renacuajos.

En el segundo piso...

Kate y Rick se asustan al no escuchar a sus hijos, se asoman por la puerta y los encuentran durmiendo encima de los peluches.

- Ninguno ha dormido siesta hoy, ¿verdad?- pregunta Castle al ver a los pequeños totalmente dormidos.

- Oye Ricky, ¿puedes ayudarme con Aiden? Ya va pesando lo suyo y yo estoy agotada con el trabajo.

- Sin problema, voy a llevar a Kylie a su cama primero.- Kate se fija en cómo los músculos de Rick se tensan al coger a su hija; se nota que se cuida.

Castle coge a Aiden sin ninguna dificultad, los tres bajan por el ascensor, el escritor deja al pequeño en su silleta.

- Gracias, el domingo nos veremos.

- Eso parece, hasta pronto, Katherine.

- Adiós, Richard.

Deseos De Cosas ImposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora