Capítulo 24

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Él no entiende el motivo de esos nervios, simplemente se trata de una cita reanudada, algo que dejaron sin terminar y que, después de nueve años, van a finalizar; o al menos esa es la intención

Rick se ha probado más de un centenar de camisas y no le convence ninguna, seguramente porque el miedo le traiciona la vista y provoca que odie todo lo que se prueba. Su hija se asoma al escuchar a su padre maldecir pero sin gritar.

- Papi, ¿vas a cenar con la mamá de Aiden?- Éste le sonríe y la coge en brazos para achucharla.- Eso es, vamos a ir a un restaurante, los dos solos.- responde harto por la ropa, opta por una traje que su madre le compró para asistir a una gala benéfica.

- ¿Por qué no podemos ir con vosotros? Yo no me quiero quedar con la abuela.

- ¡Te he oído!- Exclama Martha desde el salón, Rick se ríe con la situación, se termina de colocar la corbata y coge dos pares de zapatos, Kylie señala un par con la tristeza en su dulce y angelical rostro.

- La abuela tiene una cena con unos amigos, hoy vas a dormir con Aiden en casa de sus abuelos, ¿quieres?- su hija salta de la cama y corre hacia su habitación para prepararse el pijama, ropa limpia, el cepillo de dientes y su peluche de Olaf, siempre duerme con él.

Rick y Kate quedaron en que los niños dormirían con Jim y Johanna, Jim sigue algo débil pero se encuentra mejor gracias a la ayuda proporcionada por Castle, el cual insiste en que eso debe permanecer guardado.

Kylie aparece con su mochila, preparada para dormir con Aiden, está muy ilusionada, eso ha sido una sorpresa muy agradable para ella. 

- ¿No vas a darme un beso de buenas noches antes de irte, princesa?- La pequeña besa la mejilla de su abuela y le da la mano a su padre, ambos se marchan del loft con una gran sonrisa.

En una casa situada en Manhattan...

Aiden da saltos de alegría por toda la casa, en unos minutos podrá estar con su nueva mejor amiga, no van al mismo colegio pero eso les da igual, les gusta jugar a las mismas cosas aunque a veces discuten y dejan de hablarse durante unos escasos minutos.

- Mami, ¿cuándo van a venir? Están tardando mucho.- Kate le mira de forma enternecedora, su hijo lleva así de nervioso desde que salió el sol pero es verdad que se están retrasando, ¿les habrá ocurrido algo? Cuando se dispone a coger el móvil, suena el timbre. Es Johanna la que abre, abraza a Rick, jamás podrá agradecerle lo que ha hecho por su marido, ¿por qué se empeña en ocultárselo a Kate? Seguro que eso le haría muy feliz.

- Kylie lo tiene todo en su mochila, ropa, cepillo de dientes...

- Tranquilo Richard, ya nos encargamos nosotros.- Éste se fija en los pequeños detalles de la casa, algunas figuras le traen recuerdos de la época del instituto, cómo pasa el tiempo.- Katherine está arreglándose, no tardará.

- Puedo esperarla, tenemos la reserva a las nueve y media.- Los pequeños suben a la habitación de Aiden, éste quiere mostrarle todos sus juguetes y libros a su amiga, la cual se asombra al ver la cantidad de muñecos de acción, menos mal que se ha traído un par de muñecas.

- Esa voz me suena, Richard, ¿eres tú de verdad?- El escritor entra al salón y ve a Jim casi tumbado viendo la televisión, su mujer le grabó el último partido que no pudo ver ya que en ese momento estaba ingresado.- ¡Hey Jimmy, te veo fenomenal!

- Eso es porque estoy perfectamente, eso sí, gracias a la ayuda de alguna pastilla e inyecciones. Me resultó algo extraño que otro médico me evaluase pero dice que es un hombre que sólo quiere ayudarme y lo está consiguiendo.

Johanna y Rick se comunican mediante las miradas, hasta que su conversación se ve interrumpida por el sonido de unos tacones bajando escalones, Kate aparece con un vestido de color crema, un collar en forma de mariposa cuelga de su cuello. Los tres se quedan sin hablar al verla y eso le incomoda un poco.

- Cariño, ¡estás deslumbrante! No recuerdo la última vez que te arreglaste de esa forma.- Johanna abraza a su hija, Jim intenta levantarse pero continua un poco débil.- Espera papá, yo me acerco.- Kate se agacha para darle dos besos a su padre antes de marcharse para disfrutar de una agradable velada, o eso espera.

Rick le abre la puerta del coche, todavía no sabe qué decirle, más bien, sí lo sabe pero no quiere fastidiar su reanudada cita que quedó aplazada hace nueve años.

Kate es la que opta por romper ese raro y preocupante silencio.- Estás demasiado callado, algo muy raro en ti,  ¿ocurre algo? ¿Es por mí?- Éste mantiene la mirada fija en la carretera, sus manos temblorosas pueden ser un problema.

- Puede que esto suene algo estúpido pero...estoy nervioso y verte así vestida...ahora también aterrado, no quiero que te sientas incómoda en ningún momento.- Kate apoya su mano en la de él, haciéndole saber que todo va a ir bien, él no es el único preocupado por el desenlace de esa cita.

Una hora más tarde...

- ¡Venga ya! ¿Hablas en serio?- Ambos han terminado el primer plato y acompañados de una buena y rica botella de vino, la pareja disfruta de una agradable cena.- totalmente, Kylie me obligó a perseguirla por toda la casa desnuda. Todo porque no quería bañarse, fue algo gracioso pero también peligroso.

- Te comprendo, Aiden también ha hecho de las suyas, desde muy pequeño, tiene un carácter fuerte. Mi padre se comportaba como un crío, le enseñó a jugar a béisbol mientras yo trabajaba. Apenas lo veía, los primeros meses fueron una pesadilla pero poco a poco volví a tomar las riendas de mi vida, y ahora nos tenemos el uno al otro.

- Eres una mujer maravillosa, Katherine Beckett. Seguir con tu trabajo y cuidar de un hijo...no siempre es fácil pero tú nunca te rindes, eso es una de las cosas que me enamoró de ti; tu determinación y fuerza para superar las cosas.

- Rick...sé que esto es una cita pero...hay algo raro, nosotros ya nos conocemos, sabemos casi todo el uno del otro. 

- Kate, ¿dónde quieres ir a parar? Me estás asustando, si he dicho algo que te ha ofendido o molestado, dímelo. No quiero secretos entre nosotros.

- Simplemente estoy sugiriendo que pasemos de la cena y vayamos a lo realmente importante, he aguantado demasiado tiempo. Estoy más que preparada.

- Katherine Beckett, ¡pensaba que nunca me pedirías algo así!






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