Deseos De Cosas Imposibles

Capítulo 5

Meses más tarde...

Los exámenes ya han comenzado y los estudiantes recurren a la biblioteca para poder estudiar.

Kate y Rick están en una mesa junto a los demás que también anhelan terminar cuanto antes.

- Esto es una mierda- susurra Espo mientras pasa los apuntes a limpio.

- Es lo que hay, Javi, además no entiendo tus quejas; sacas sobresalientes.- responde Ryan, todos mandan callar a los dos.

El sol comienza a ocultarse tras los enormes rascacielos, cada uno echa por un camino distinto.

- ¿Cómo lo llevas?- Pregunta Rick al mismo tiempo que coge la mano de su chica.

- No voy a negarte que estoy algo agobiada pero puedo con ello. Es la ventaja de tener a unos padres como los míos.

- ¿Y ya has decidido la carrera? Porque pronto tendremos que ir mirando universidades.

- Mis padres insisten día sí día también en que estudie derecho pero no lo tengo tan claro.

Los jóvenes llegan a la urbanización, se separan un poco ya que todos se conocen en ese pequeño vecindario.

- Oye Rick, ¿y tú? ¿Qué quieres estudiar?

- Pues...me atrae la idea de ser médico forense pero es algo caro. Ya lo meditaré.

Se despiden como siempre, sin levantar sospechas. Entran a sus casas al mismo tiempo.

- ¡Mamá, ya estoy aquí!

- ¡Richard, tengo una buena noticia!- Martha abraza a su hijo con efusividad, lleva una carta en la mano.

- ¿Qué es esto?

- Mandé mi currículum a una escuela de interpretación en Los Ángeles. Me han aceptado.

- Eso...eso es genial mamá, ¿tienes que ir allí?

- Tenemos, cielo, es una oportunidad única- pero la opinión de Rick es totalmente distinta.

- Espera, ¿me estás diciendo que vamos a mudarnos?- Su tono preocupa a Martha, la cual toma asiento.

- Necesitamos el dinero, Richard. Sobre todo si quieres estudiar en una buena universidad.

- Pero estoy en el último curso, ¿qué pasa con los exámenes?

- Ya lo he previsto, puedes terminar las clases allí.

Rick deja la mochila y comienza a recorrer el comedor, se echa el pelo hacia atrás.

- ¿ Y mis amigos?- Entonces piensa en la familia Beckett y su rostro se vuelve pálido.- ¿Has hablado con Jim y Johanna?

- Todavía no, quería que tú fueses el primero- menos mal, tiene que buscar la forma y el momento para decírselo a Kate.

- Mamá yo...sé que es tu sueño pero...me estás pidiendo que deje mi vida atrás.

- Lo siento cariño, es duro pero conocerás a otras personas. Puedes hablar con tus amigos por whatsapp. Ellos lo entenderán.

No todos, piensa Rick. Coge la mochila y sube a su habitación, se siente algo mareado, sin fuerzas.

- Hola, mis padres vuelven a darme la lata con el tema de la uni. ¿Tú has tenido más suerte?- El chico antes sonreía con los mensajes de su novia pero...ahora...

- Bueno...mi madre quiere que vaya a Stanford.- Rick tiene que decírselo cuanto antes, pronto se irá y no sabe si volverá a verla.

- ¿En serio? ¿Y por qué en Los Ángeles?

No puede contarle algo tan importante por whatsapp, es de cobardes.

- Mi madre me reclama para cenar, ¿quedamos mañana antes de estudiar y hablamos?

- Vale :) Buenas noches, te quiero ❤

- Y yo a ti

Y así finaliza la conversación, Kate va a odiarle y mucho, lo que tienen es demasiado intenso.

Al día siguiente...

Martha ya ha comenzado a empaquetar sus cosas, Rick se macha sin decirle nada, todavía sigue dolorido.

- ¡Hola! ¡Menuda cara tienes!- Beckett deja de bromear al ver la expresión de su chico.

- Rick, ¿ocurre algo?

- Kate...tenemos que hablar.

La chica comienza a preocuparse, eso es lo que se dice para dar una mala noticia y, a juzgar por el rostro de él, debe ser muy mala.

- Me estás asustando Richard, ¿qué pasa?

Éste la lleva a unos columpios de un parque cercano, ambos se sientan; apenas hay gente a esa hora del día.

- Verás...¿recuerdas que anoche te dije lo de la universidad?

- Sí, que tu madre quiere que vayas a Stanford, ¿eso es lo que te preocupa? Yo todavía no he decidido nada.

- La cuestión no es que decida o no, ya no tengo más remedio.

- ¿Tu madre te obliga a ir? Eso es que te quiere y desea que tengas unos buenos estudios.

- No Kate, no es eso...bueno sí pero...hay algo más...- Está resultando complicado despedirse de la chica que le vuelve loco y de la que jamás podrá olvidarse.

- Rick, sea lo que sea, dímelo ya porque estoy perdiendo la paciencia.

- Kate...me marcho, bueno más bien nos mudamos.

- ¿Com...cómo que te mudas? ¿A dónde?- Ahora es Beckett la que cambia la expresión, se levanta del columpio.

- A Los Ángeles, mi madre envió su currículum a una escuela de teatro y le han aceptado.

- Pero no puedes irte, ¿y los exámenes?

- Al parecer ya estoy matriculado en un instituto para terminar el curso.

Kate se echa el pelo hacia atrás, ojalá fuese una horrible pesadilla para poder despertarse pero, desgraciadamente, es muy real.

- ¿Cuándo...os marcháis?

- El lunes por la mañana. Kate yo...- Rick se levanta y le coge las manos- lo siento muchísimo.

- No es culpa tuya, se trata de vuestro futuro.

- Puede ser, pero tú entrabas en mis planes de futuro.- Kate le besa, con deseo, pasión; ya les da igual si alguien les ve.

- ¿Y qué pasa con el baile de graduación? No voy a ir con nadie si no es contigo.

- Creo que eso...se puede arreglar. Mi madre se va de marcha con sus amigos el sábado por la noche, quedamos en mi casa. Y tenemos que ir arreglados, como si fuese el baile.

- ¿Lo dices en serio?

- Por supuesto, yo haría lo que fuese por ti, Kate. Te quiero, más que a mi propia vida.

- ¡Oh Rick!- La pareja se abraza y Kate ya no reprime las lágrimas.

Esa misma noche...

Kate se termina de arreglar, ha quedado con sus amigos para ir a tomar algo y para despedir a Rick como se merece.

- Katie, ¿estás bien?- Su madre entra para poder animar a su hija.

- Sí mamá, es duro pero ellos se merecen esta oportunidad.

- Con lo bien que os lleváis Richard y tú; pareciáis hermanos y todo.

- Seguiremos en contacto aunque no será lo mismo.

- El domingo vendrán a comer, les ayudaremos con las últimas cosas.

- Vale, bueno, me voy ya. Los demás me están esperando.

Johanna se sorprende un poco, su hija no ha reaccionado de la forma que ella esperaba ante semejante noticia. Lo que la abogada no sabe es que su Katie apenas tiene lágrimas que derramar.