Capítulo 31

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Una fuerte tormenta amenaza con arrasar la ciudad en menos de cuarenta y ocho horas. Los asesinatos disminuyen a una velocidad sorprendente por ello, todos los agentes encargados de proteger a los ciudadanos, deben seguir el protocolo perteneciente a estos casos.

Kate, junto con Espo y Ryan, se encargan de Manhattan y Queens con varios compañeros de la policía local. Los meteorólogos ya han advertido que los ciudadanos no salgan de sus casas en cuanto caigan las primeras gotas; los servicios de hospitales, bomberos, etc, se preparan para lo que pueda venir.

Mientras tanto, en la residencia de los Beckett...

Jim y Richard se encargan de aislar la casa, buscando cualquier recoveco por dónde la lluvia o el intenso viento pueda colarse. Johanna y Martha entretienen a los niños, ajenos a todo lo que ocurre a su alrededor; están inmensamente felices porque no van a tener colegio y, además, van a dormir juntos.

- Me parece que ya está todo.- comenta Rick quitándose el sudor de la frente con el brazo, de todas formas, el escritor lo vuelve a revisar todo por si acaso.- ¿Seguro que estaréis bien aquí? Ya os dije que en mi casa hay espacio suficiente para los siete.

- Te preocupas demasiado, Richard.- responde Johanna levantándose del sofá para llevarse las tazas de café a la cocina.- nos basta con que te hayas acordado de nosotros, pero te llamaré cada diez minutos, para que respires.

- Es lo único que os pido, chicos, tenemos que ir a recoger a Kate. Me pidió que nos acercásemos si llegábamos pronto. Jim, te he dejado las herramientas en la mesa por si necesitas alguna aunque espero que no se de el caso.

- Gracias por todo Richard, espero que no la tontería de la tormenta no se te olvide el partido del domingo.

- No podría ni aunque quisiese, en serio.

Martha se sienta en el lado del copiloto, Aiden y Kylie en sus sillas debidamente abrochadas, el tráfico es denso y casi impenetrable; Martha busca siempre el lado positivo de las cosas y consigue que los ocupantes del coche olviden el escándalo que se ha montado en el exterior.

Pero sí lo que han visto fuera les ha sorprendido, cuando llegan a la comisaría doce se quedan sin palabras con personas de un lado para el otro; algunos trabajan allí, otros simplemente informan de cómo se encuentra su zona en este mismo instante y si peligra por la tormenta.

- Madre, quedaos aquí, voy a buscar a Beckett. No quiero que los pequeños vean algo inapropiado.- su madre asiente y busca la sala de descanso, parece que no hay nadie y los lleva para alejarlos de los policías.

Rick atisba a Kate entre un grupo de agentes, todos observando la pizarra y apuntando las zonas que les toca patrullar para que no se cree un atasco a la hora de resolver cualquier conflicto que pueda surgir. 

- ¿Alguna pregunta?

- Yo tengo una.- todos se giran al escuchar esa voz, Rick se siente abrumado por tantos ojos mirándole pero él está más que acostumbrado y enseguida sonríe.- ¿cuánto te falta?

- Gracias chicos, espero que no tengamos ningún problema durante la  tormenta,ya os podéis marchar.- los agentes se van marchando dejando a Beckett mirando la pizarra una útima vez.

- Beckett, ¿estás bien?- ésta se lleva el bolígrafo a los labios, siente los brazos de Castle rodeándole el cuerpo; con el tema de la tormenta ninguno allí presente les presta atención.- ¿Y si no he tomado la decisión correcta? Me he dejado llevar por mi instinto de detective y no me meditado los problemas con demasiado detenimiento.

- Eres la mejor inspectora Kate, si todos han aceptado es porque confían en ti. Al igual que yo.- Beckett se gira para mirar al hombre de su vida.- gracias por haber venido, ¿y los niños?

- Mi madre está con ellos en la sala de descanso, hemos estado en casa de tus padres, arreglando algunos desperfectos; tu madre me llamará cada pocos minutos.

- ¿Lo dices en serio? Pero sí te dije que me acercaría yo después del trabajo.- Kate le da un fugaz beso.- Tú ya estás bastante liada.- responde Castle señalando la pizarra.- tan sólo quería quitarte trabajo.

- Esto que has hecho se merece una recompensa, pero tendrás que esperar.

- Mas vale que la espera tenga su recompensa, inspectora.- en ese momento, dos niños esquivan a los adultos para ir a por sus padres. 

- ¡Mami, queremos irnos ya! ¡Nos aburrimos!- Kate asiente, no es seguro arriesgarse a coger el coche con la tormenta cerca, los cinco vuelven al loft también preparado para cualquier cosa.

Pero, para Kate y Aiden, todavía queda una sorpresa, Kylie quiere decirlo ya pero sabe que su padre le dijo que debería guardar el secreto hasta después de cenar.

- Hora de bañarse.- Castle se encarga de preparar la cena junto a su madre mientras que Beckett deberá enfrentarse a los pequeños.

- Richard, no puedes perderla, si lo haces, te arrepentirás toda tu vida.- Martha no ha tomado cartas en el asunto porque se ha limitado a observar y le ha gustado lo que ha visto.- Katherine y tú estáis predestinados a estar juntos.

- Madre, siempre he escuchado tus consejos y te he hecho caso. ¿Por qué iba a ser distinto esta vez? Estoy enamorado de ella y quiero a Aiden, formamos una familia extraordinaria pero, tú mejor que nadie me conoce y soy respetuoso con las decisiones que Kate ha tomado. No quiero presionarla ni que se sienta incómoda en esta relación que hemos empezado.

- Y dime, ¿cuándo le enseñarás la otra sorpresa? Mi nieta no ha hablado de otra cosa, está muy ilusionada por haber formado parte de eso.

- Pronto, muy pronto, primero tenemos que cenar.

Con la mesa preparada, los niños bajan con sus pijamas puestos, dispuestos a comérselo todo para poder un jugar un poco; aunque no tengan colegio, la hora de irse a dormir no ha cambiado. Martha se retira a su habitación para descansar, ha tenido un día muy duro; besa a todos antes de subirse.

- Papi, ¿podemos ya? Tenemos sueño.- Kate le mira sin comprender, Rick asiente con una gran sonrisa.

- ¡Vamos Aiden!- su amigo tampoco comprende nada pero sigue a Kylie por las escaleras.- ¿qué le ocurre a tu hija?

- Pues que está nerviosa, y he de admitir que me ha sorprendido, normalmente no suele guardar un secreto durante todo un día.

- ¿Un secreto? ¿A qué te refieres?

- ¡Mami, mami!- Los gritos de Aiden alertan a la inspectora que sube corriendo hasta llegar a una habitación pegada a la de Kylie.- ¡Mira, es mi habitación!

- ¿Pero qué...?- Rick sube el último.- Dime renacuajo, ¿te gusta? Kylie me ayudó a escoger las sábanas y los juguetes, sabe cuáles son tus preferidos.

- ¡Gracias Rick!- El pequeño se lanza a sus brazos y el escritor lo sube y le besa en la mejilla.- ¡Están todos los superhéroes! ¡Kylie, vamos a jugar!

Beckett, sin embargo, continua petrificada por lo que ven sus ojos.- Castle...esto...es maravilloso. Le has hecho su propia habitación y le has comprado juguetes.

- Kate, quiero lo mejor para vosotros, tú también tienes tu propia habitación; no quiero presionarte, sé que necesitas tiempo y...- los labios de Beckett evitan que siga hablando.

- Ahora mismo, sólo te quiero a ti y dormiré contigo; cada día que pasa me demuestras que estás dispuesto a hacer lo que haga falta para vernos felices.

- Siempre, Kate.






Deseos De Cosas ImposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora