En cuanto lo vio, apuró el paso dispuesta a lanzarle el libro de 800 páginas y tapa dura que llevaba en la mano, de seguro y para su felicidad lo dejaba inconsciente.
No lo hizo.
—¿Es en serio Ashton? —dijo guardando el libro en su mochila para no hacer algo de lo que podría arrepentirse, y sacando el libro que Ashton le había regalado. Lo puso en sus manos.
—No me lo entregues, es tuyo —dijo poniendo el libro de vuelta en la mochila de Callie mientras ambos forcejeaban —Y no te enojes tampoco.
—Estaba en una clase importante.
—Michael te pasará sus apuntes.
—Michael está afuera, y si estuviera adentro no sería gran diferencia, no escribe.
—Bien, yo mismo me conseguiré los apuntes, pero necesito hablar contigo Callie, y no me has puesto las cosas fáciles.
—Estamos hablando Ashton.
—Sabes a lo que me refiero.
—No tengo idea —se encogió de hombros testaruda. No quería verlo.
—Mira, tengo que irme ahora y te agradecería me acompañaras para que después podamos hablar. Prometo no presionarte.
—¿Por qué querría ir a algún lugar contigo? Tengo clases.
—Solo acompáñame, tengo que ir por Harry, está enfermo y mamá no puede ir por él.
—Solo por Harry.
—Solo por Harry entonces —dijo Ashton encaminándose hasta su auto. Le abrió la puerta, y Callie entró mascullando unas secas gracias.
Para cuando llegaron a la escuela de Harry, Callie se sorprendió de la cantidad de canciones que Ashton tenía de los Artic Monkeys, Vance Joy y Hozier. Incluso un par de canciones de McFly, y sin querer se puso a tararear "It's All About You", pero algo inevitable debido a que era su canción favorita. Cuando Ashton la miro, y se quedó callada y no dijo nada más en todo el camino.
Ashton bajó del auto en cuanto llegaron a la escuela, y volvió con Harry que no parecía para nada enfermo, todo lo contrario, parecía emocionado.
—Hola Callie —dijo el pequeño de once años.
—Hola campeón, ¿estás bien?
—Sí, pero no le digas a mamá. Tenía examen de matemáticas y no había estudiado.
—No sé porque eso me suena —le contestó riendo, recordando todas las veces que Ashton había hecho hasta que un día su mamá se negó a retirarlo de la escuela.
La casa de Ashton estaba cerca de la escuela, así que el trayecto fue bastante corto.
—¿Me llevaras al acuario mañana? —pregunto Harry antes de bajar.
—¿Iras al acuario? —pregunto Callie entusiasmada.
—Si, me gusta ver las mantarrayas.
—A mí las tortugas.
—¿Quieres venir con nosotros? —pregunto Harry, mientras miraba de reojo a Ashton.
—No creo que pueda.
—Por favor, Ashton se pierde —dijo ladeando su cabeza y dándome una mirada bastante persuasiva y parecida a la de Ashton.
—Esto... ¿te molesta si los acompaño? —dijo Callie apretando los dientes, y sabiendo que iba arrepentirse más tarde.
—Claro que no, eres completamente bienvenida —sonrió Ashton sin apartar la mirada del frente. Sonriendo con arrogancia y satisfacción.
—Mañana al acuario entonces —sonrió Harry —Hasta mañana Callie.
