Capitulo 2.

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— Esto, ¿Me ayudarás con matemáticas?

— ¿Eres sordo o te haces?

— ¿Por qué tan mala conmigo? — frunció el ceño sin soltar su brazo.

— ¿Por qué tan insistente?

— Necesito una buena nota — dijo ahora serio, sin la permanente sonrisa en su rostro.

— May es mejor que yo, realmente deberías pedirle ayuda a ella.

— Está ocupada.

Miró hacía su amiga, y vio que solo estaba conversando con Riley.

— No lo está. Incluso Riley podría ayudarte.

— Bueno, si no quieres ayudarme — dijo pasando junto a ella sin mirarla— No me queda otra que reprobar.

— No soy tu tutora, no es mi obligación por lo tanto.

— Creí que éramos amigos.

— Claro que lo somos, pero cuando te conviene. — dijo cuando él había atravesado la puerta.

Callie se giró sobre sus talones deseando que no hubiera oído eso.

— ¿Qué?— dijo Ashton para su mala suerte.

— Lo que oíste.

— ¿Eso crees de mí?

— Eso lo he comprobado a lo largo de los años. No nos engañemos Ashton, es la verdad.

— Yo te considero una amiga.

— Enhorabuena.

— ¿Te sientes bien?

— ¿Lo dices porque te dije que no o porque estoy siendo sincera?

— Si quieres creer eso. Perfecto.

— Perfecto.

Mientras la conversación avanzaba, su corazón había empezado a latir rápido, y sintió sus mejillas arder. No tenía idea que le había motivado a decirle eso, de verdad que no. No era su intención. Su intención era salir fuera y hablar con alguien, o simplemente salir de aquellas cuatro paredes blancas. No discutir con él. Odiaba discutir.

— ¿Qué pasó? — pregunto Luke al ver a Ashton mirar ceñudo a Callie.

— Nada. — contesto y salió evitando la mirada de ambos.

Se apoyó en la muralla de afuera, y observó cómo la gente pasaba frente a ella, algunos la saludaban otros simplemente pasaban sin mirarla.

Segundos después Ashton se acomodó a su lado.

— Lamento si te he hecho sentir así, nunca ha sido mi intención. No me pasó por la cabeza. - murmuró en voz baja.

— Vale.

— Quiero arreglar las cosas, no me gusta discutir contigo.

— Esta bien Ash, puedes pedirme ayuda cuando lo necesites, no voy a negártela.

— No se trata de eso.

— ¿De qué más?

— No quiero que sientas que estoy cerca de ti solo cuando me es conveniente, de verdad te quiero. Eres mi amiga, y no quiero que dejes de serlo.

— Ya.

— ¿No estás enfadada entonces conmigo? — dijo sonriendo de oreja a oreja, y poniendo expresión de niño pequeño.

— No — dije sin emoción alguna. No iba a echarse para atrás, pero tampoco lo quería cerca, provocando un desastre de mariposas en mi estomago. No necesitaba eso ciertamente.

Rejects// Ashton IrwinWhere stories live. Discover now