RED TEARS (Calum, Luke y Tú)

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Nota de la autora: Me vais matar por lo que va a pasar a continuación, pero bueno, en mi defensa diré que ya lo tenía pensado y que la vida es dura jajaja :) Es un capi de dramón, así que, preparad los pañuelos para llorar mares. El que avisa no es traidor.

Dedicado a: xADixonx. Gracias por seguirme y como veo que te gusta 5SOS, te invito a leer esta novela y te dedico este capítulo ;)

Disparos de armas se oían fuera, no sabía como reaccionar ante la posibilidad de un tiroteo fuera de la habitación de la celda y mi última idea era salir en cualquier circunstancia. Cerré los ojos y lentamente fui alejándome de la puerta. No tenía más opción que quedarme donde me encontraba y esperar que no entrara nadie con intención de pegarme un tiro. El alboroto era cada vez más pronunciado, me estaba preocupando principalmente por tres personas: Calum, Luke y Ashton. Era lo único que me importaba en estos momentos. Si estarían bien, si estuvieran heridos o en el peor de los casos...muertos. Ni pensarlo. Tampoco tenía quién vendría a una comisaría para disparar a todo el mundo, es de locos. Exactamente. De locos. Los Malik están ahí fuera, es lo daba por supuesto y como defecto también Mali-Koa. Hijos de puta. Habían aprovechado que no podíamos hacer nada, sin armas ni nada para defendernos. Pero claro, no se puede esperar juego limpio de una mafia.

La bala de la pistola de una persona que no veía fue a velocidad rápida a mi dirección, claro que no la pude ver venir. Solo pude oír como atravesaba la multitud en el tiroteo, después la puerta e impactaba en mi estómago. La verdad es que es muy difícil describir que se siente al recibir un disparo. Lo primero, mi cuerpo entró en shock. Noto como una ligera molestia, la sangre empieza a salir y como consecuencia, un dolor indescriptible. Imposible de soportar. Tenía la boca abierta, sangre me salía de ello y caí de rodillas al suelo.

-Ah...ah...ah...- no podía articular palabra, estaba que no podía reaccionar.

Una mano, la derecha, automáticamente fue a parar a mi estómago, el dolor era intenso. La sensación de mi sangre saliendo de mi cuerpo a un ritmo más o menos acelerado me hacía sentir mareada. En el suelo, había un enorme charco de sangre y el olor llegó hasta mis fosas nasales. Tenía la boca ensangrentada, mis papilas gustativas la paladeaban y se sentía horrible. Me iba debilitando pero intentaba ponerme en pie.

<< No quiero morir >>

No sin ver a Calum un última vez. Conseguí ponerme de cuclillas. "Qué dolor". No puedo. Me levanté, pero me apoyé de inmediato contra la pared. Estoy perdiendo demasiado sangre. Me arranqué un trozo pequeño de mi camisa para hacerme un torniquete improvisado. Si te soy sincera, no sé hacer uno, así tendré que guiarme por lo que veía en las películas. Se presiona sobre la herido, se hace un nudo encima o...¿Cómo era? Mis manos se deslizaban temblorosas y débiles, llenas de sangre, buscaban la forma que dejara de sangrar de esa forma tan brusca. Parece que para. Apreté el nudo, me daba igual que doliera. Era lo que tenía hacer. Me "limpié" la sangre en la camisa. Mis piernas flaqueaban pero con las manos firmes en la pared me quedé en pie. Tenía que ir a un médico, no puedo quedarme aquí a esperar la puerta. Debo salir. Mi mano izquierda se acercó con suma lentitud al pomo, estaba cansada o quizás me estaba muriendo. Ahora mi cuerpo no era mía, era preso de dolor que era evidente en cada miserable parte de mi cuerpo. Conseguí abrir la puerta con la poca fuerza que tenía. Era un pasillo y parecía estar vacío.

Apoyada con ambas ambos en la pared y de lado miré la puerta que tenía delante, llena de agujeros. Algunas balas habían quedado atrapadas, excepto dos. Una que había abierto la puerta de mi celda y otra que me había atravesado el estómago. Había un cristal roto y miré a través de él. La puerta estaba atrancada con escritorios y otros muebles de la comisaría. Fui caminando, aunque despacio, guiándome por lo que recordaba. Llegué a una puerta, esta vez sin cristal. Estaba abierta. Claro que no podría salir así sin más, tendría que agacharme de nuevo. "Mierda", pensé. Una de mis manos fueron a parar a la herida, la sangre brotaba de nuevo. Me he movido demasiado.