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Nota de la autora: Sé que llevo tiempo sin subir pero bueno, debo decirles de nuevo que estoy bastante ocupada. Trabajo por la mañana y voy al instituto por la tarde, me queda solo las noches y los fines de semanas y a veces no puedo porque tengo que estudiar. Sin más preámbulos, acá el capítulo.


Dedicado a: julita_8. Para mi todos lo capis están dedicadas a mis lectoras, pero a te lo dedico este por ser una lectora fiel des de el principio. Gracias.










1 S E M A N A D E S P U É S...


-¡Qué asco ____! ¡No me pienso comerme eso ni de broma!- se quejó por enésima vez Ashton y cruzando de brazos se negaba a comer la gelatina de fresa del postre.


-Oh vamos, no me jodas Ash, te lo tienes que comer, no has comido en días y por fin que puedes, te dejas la mitad, no puede ser- le regañé como a un niño pequeño.


-No me lo voy a comer, odio la gelatina de fresa, es muy dulce- no entendía su manía con la gelatina, si estaba buenísima. Siempre había sido un niño de mamá, pero no tanto como Luke, claro.


-Una cucharada, solo una y ya no te haré comer más, te lo prometo- le insistí una vez más.


-No voy a caer, mamá también me decía lo mismo y al final siempre me lo tenía que comer todo- puso morritos y me giró la cabeza. "Tonto", pensé.


Había echado de menos esto con mi hermano, un día en el cual no hubieran peleas y pudiéramos estar tranquilos, una riña amistosa y unas risas. Tan pocas habían sido esas ocasiones, que las podía contar con los dedos de una sola mano. Y por mucho que lo lamentara, eso había marcado mucho nuestra relación. Ya fuera por nuestras diferencias, como por nuestras semejanzas y nuestras tonterías de críos, él siempre sería una parte importante de mi vida. Yo le he perdonado y ahora tendré que ver si me he equivocado en hacerlo o si por lo contrario ha sido un total acierto.


<< Le perdono todo >>


Durante los días que había estado yendo y viniendo del hospital, Luke se había pasado en varias ocasiones, volviéndose una rutina. El rubio de ojos azules aparecía cada día con una sonrisa de oreja a oreja, unos cafés del Starbucks y unos bollos envueltos en una bolsa de papel marrón. Y como no podía ser excepción, hoy también lo haría. En efectivo, el flequillo que se movía al son de sus pasos se fue acercando con una radiante sonrisa blanca, brillante y se podía alcanzar a ver a metros de distancia. Al verme se mordió el labio, atrapando su piercing entre los dientes.


-Hola Babi, preciosa, capuchino de caramelo y bollo de coco relleno- me dijo acercándome lo antes dicho.


-Te vas a poner gorda- añadió Ashton por detrás, rencoroso comiéndose la gelatina a regañadientes.

RED TEARS (Calum, Luke y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora