Nerdy tipe.

IX.

Cambiar la vida de alguien puede tomar solo un segundo.

Un segundo en el que pueden estar pasando millones de cosas pequeñas, pero a su vez, se irán haciendo grandes.

Que la más mínima estupidez parece lo más importante del mundo.

Son ese tipo de cosas, ese tipo de cosas cambian el mundo. Como gira, como vive la gente, como evoluciona.

—Siempre me gusto la tecnología—confesó Stuart a Lux. Ella soltó una carcajada pero luego se arrepintió. Sintió vergüenza. Ella no quería que Stuart pensara que se estaba riendo de el.

—Oh vamos— dijo ella—No me di cuenta—dijo sarcástica.

—¿Como lo sabias?—dijo el. Bueno, no hay que ser Sherlock para adivinar que Stu es un maniaco por lo tecnológico.

—Es algo obvio—dijo Lux, juntando casi completamente su pulgar y su índice.

—No me había dado cuenta, lo lamento—dijo el sonriendo de lado.

Lux amaba que sonriese de lado. Le llenaba el corazón de alegría cada vez que podía ver esa sonrisa en vivo. Pero al instante se sintió mal.

—No Stu, yo lo lamento—dijo la rubia, viéndolo preocupada—no fue mi intención reírme en tu cara—el mantuvo esa sonrisa—Quiero que sepas que me reía contigo y no de ti—dijo Lux, quitándose un pequeño peso de encima.

El suspiro, se acomodo su lentes y se levanto de la mesa.

Ella pensaba que estaba enojado o tal vez decepcionado, no lo sabia. Ya se había disculpado, ¿que mas podía hacer?.

Pero el no estaba enojado, sin razón alguna, el estaba feliz, se sintió bien que Lux le dijera esas palabras, lo hacían sentir importante.

El chico se volteo a ver la cara preocupada de Lux.

—¿Que no vienes? Tenemos física juntos ¿recuerdas?—dijo el dandole una sonrisa.

En ese instante ella supo que lo de el, solo había sido una actuación.

—Me asustaste, idiota—dijo ella tomando su mochila.

—Gracias—dijo el caminando.

—¿Que?—ella no había entendido lo que acababa de pasar—Stuart, te acabo de insultar—aclaro ella.

—De hecho, me estas halagando—el chico tenía su smartphone en la mano—Idiota, persona especial y única—iba diciendo su significado.
Lo había leído en una página cualquiera, no parecía muy confiable. Pero aún así lo dijo.

—¿Como sabes eso?—pregunto la chica.

—Lo googlee—dijo el mostrando su teléfono—Quiero que sepas que tu también eres una idiota—dijo el abriéndole la puerta del salón.

—Idiota— dijo ella a la vez que se sentaba en su mesa.

—Tal vez idiota será nuestro para s...—Stuart se vio interrumpido.

—Por favor, no lleguemos tan bajo—dijo la chica.

A lo que ambos rieron.

Y eran de esas risas, que de solo oírlas, sabias que eran auténticas, ambos se sentían bien uno con el otro, ya no se podían perder.