extra.

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Corrí camino a la casa de Lux, o tal vez eso no sea buena idea.

Pare en medio de la calle pensando que hacer.

Mi futuro está en juego, mi alma gemela está en juego, mi familia está en juego...

Escuche un claxon demasiado cerca, lo suficiente como para saber que lo que me golpeó al costado del cuerpo fue el auto del cual tuve que haber corrido.

Luego del golpe, mi cabeza golpeó el asfalto, quedando al borde de la inconsciencia.

Ahora mi vida está en juego...

Lux POV.

Eran cerca de las 11 de la mañana cuando estaba leyendo La saga de Hush Hush. Le había enviado un mensaje a Stu pero no contestaba. Lo que me pareció muy extraño.

Ya había desayunado, creo que es lógico, ya que casi era la hora del almuerzo. Hacía frío, y el día estaba nublado.

Tenía puesta mi pijama enterizo de panda. Mi favorito desde que Papa me lo regaló en mis días de depresión amorosa.

Tenía un extraño presentimiento en mi interior, como si algo malo fuese a pasar.

Estaba ansiosa, necesitaba comida. Baje hasta la cocina por unas Chips Ahoy! y me encontré con mi madre hablando por teléfono, tenía el ceño fruncido por lo que me preocupe. En cuanto me vio, supe que algo malo estaba pasando.

—Si, es mi hija— Dijo mama en un tono serio— Es para ti— dijo tendiéndome el teléfono de la casa.

—¿Quién es?— como muchos saben yo no era muy popular así que era muy raro que hubieran llamadas para mí en días que no fueran festivos.

—Es del hospital— Esas tres palabras bastaron para que mi corazón latiera con fuerza contra mi pecho.

—¿Qué...?— tome el teléfono—¿si?

—Señorita, le llamamos por el Paciente de nombre Stuart...— los interrumpí.

—¿Paciente? ¡¿Qué le pasó a Stuart?!— Mi cuerpo temblaba.

—Ha llegado una ambulancia con el chico inconsciente, al parecer tiene un par de costillas rotas y una contusión cerebral— Solté un sollozo— Encontraron su teléfono a unos pasos de el, y usted ha sido el primer nombre que hemos encontrado— Llore minuciosamente.

—Gracias, voy para allá—  mi madre me miraba en la esquina de la habitación.

—¿Y bien?— me dijo.

Me puse a llorar y ella me abrazo, mentiría si dijera que me sentí mejor.

—Tengo que verlo, ¡Necesito verlo mama!— la mire con los ojos llorosos.

—Vamos cariño— tomo las llaves de la camioneta. Yo tomé mis galletas, mi teléfono lo metí en mi bolsillo y salimos de casa. Cuando estábamos en el porche mama volteo y me dijo— ¿No quieres cambiarte?

Mire mi pijama.

—¡Mama!— le reclame. Como si me importara mi apariencia. Además hacía frío y prefería mi  comodidad antes de mi belleza.

Íbamos camino al hospital cuando empezó una tormenta.

Calma Stu, pronto estaré allá, Contigo.

Nerdy tipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora