Nerdy tipe.

XLVI.

Lux.

Despierto y el avión aún está en el aire, me estiro, y verificó la hora.

6:00 a.m.

Abro un paquete de galletitas y como, mientras veo una película en mi laptop. Pasa un rato, cuando la aeromoza dice que apaguemos celulares y aparatos electrónicos que ya vamos a aterrizar.

7:39 de la mañana. Apago mi laptop y mi celular lo pongo en modo avión. El avión aterriza y llegamos a tierras californianas, sanos y salvos.

Voy adentro del aeropuerto y busco mi maleta, me paro por un café y más galletas.

Espero que la sorpresa de Stuart le guste mucho.

Cojo un taxi y le doy la dirección, pasada media hora, el taxi me deja en la entrada de Google.

Veo a un chico corriendo, y me le acerco.

—Disculpa— el baja el ritmo y se me acerca.

—Oh, hola— responde el quitándose sus audífonos.

—¿Conoces a un chico llamado Stuart..?— Dejó la pregunta en el aire, cuando él me responde.

—Pálido, lentes, odioso— yo sonrío por instinto.

—El mismo.

—Lamento desilusionarte, pero no está en el campus.

Un extraño sentimiento se apodera de mi cuerpo, y de todos, solo uno está consciente: La preocupación.

—¿Dónde está?

—En el hospital— Abro los ojos.

—¿Qué le pasó?

—Al parecer, se emborrachó y luego le bajó la tensión y perdió la consciencia— Algo de esto no cuadra.

—¿Hablamos del mismo Stuart?— ¿El mismo Stuart que me dice que el alcohol es malo? ¿de veras?

—Es el único Stuart que conozco—El chico se encoge de hombros.

—Vale, gracias— el se despide y se vuelve a poner los audífonos pasa seguir trotando.

Hospital, esto debe ser una broma.

Ruedo los ojos.

Entro a las oficinas y me registro, me imaginaba la expresión de sorpresa que pondría Stu cuando se enterara de que había conseguido una beca en Google. Sin embargo, tendrá que ser más tarde.

Dejo mis maletas, en una habitación azul que comparto con otra chica cuyo nombre aún no conozco.

Dejé mis maletas y fui camino al hospital.

Tome un taxi camino al hospital más cercano, al bajar pregunto en la recepción por Stu.

— Puerta 425, tercer piso— dice una señora de forma monótona, como si su trabajo la fastidiara.

Le agradezco y subo en el ascensor.

Al acercarme a la bendita puerta, no escucho nada. La abro poco a poco. Stuart está dormido.

Me acerco a su cuerpo.

Tomó su mano. Está tan fría.

Sus pestañas se ven finas, sin los lentes sobre sus párpados.

—Lux.

(-4)