Nerdy tipe.

XLIV.

No importa que te enamores de el diablo en persona. Solo si ese diablo te ama tanto como ama el infierno.

Mi dos meses en Google han pasado tan lento como si el profesor de biología diese clase, es eterno.

Conocí a un par de chicos, y una chica, pero, ninguno como los que hay allá en casa.

Extraño todo, a mis padres, a Lux, incluso extraño a Amanda. Sus eufóricos gritos de fangirl resuenan en mi cabeza cada vez que alguien habla de 1D, es inevitable.

Me llegaron un par de cartas de lux, dos meses sin ella a mi lado han sido tan aburridos, nunca me canso de ver sus vídeos. Es tan hermosa.

—Vamos Stu— me llama uno de los chicos— ¿Siempre eres así de aburrido?— pregunta levantando su ceja.

—Si— respondo seco.

—Lo que este chico necesita es una buena fiesta— menciona otro de los chicos— ¡vayamos a una!

—No quiero— aclaró.

—Pero nunca quieres— me reprenden.

—Esta vez será diferente, la pasaras bien y dejaras de pensar en tu novia— me estremecí, suena tan lindo.

—No quiero dejar de pensar en ella— Me levanto de mi asiento.

—De acuerdo, entonces solo te divertirás un rato y ya— se acerca la chica.

— Y no puedes decirnos que no— lo veo.

—No— digo serio.

—Ok, si puedes, aclaraste tu punto— dijo el rubio del equipo. Los demás rieron.

Sé que al final terminare yendo.

*4 horas más tarde*

¡Que fiesta tan aburrida! Los chicos beben y yo simplemente llevo una cerveza, ya 3 de 4 están mareados por no decir ebrios. Se me acerca una chica de cabello negro.

—¿Bailas?— le sonrió y niego con la cabeza.

Ella encoge los hombros y se va, es la tercera vez que pasa esto, esta noche. A lo lejos veo una cabellera rubia muy familiar. ¿Será posible? me abro paso entre la gente, la veo moverse, se está yendo. Corro en su dirección para no perderla de vista.

—¡Stuart!— se me atraviesa uno de los chicos de mi clase.

—¿Que?— me dice algo pero no le presto atención, no la puedo perder— hablamos luego— digo a lo que empiezo a correr.

La chica sale del salón y yo voy atrás de ella.

—¡Lux!— grito pero no voltea— ¡LUX!— grito una vez más, pero nada, una castaña la llama y ella voltea y no, no es mi rubia.

Esa cerveza me afectó más de lo que pensé.

(-6)