Nerdy tipe.

XXVII.

Leer se convirtió en mi pasión. Pienso que los chicos de los libros son muchos mejores que los de la realidad, más maduros.

Y no como los de mi edad, que solo buscan sexo, de una noche, y sin amor. Sé que no son reales los personajes que leo. Sé que debería aceptar más la realidad y salir más de mi casa.

Pero cuando uno lee o escribe, sueña. Y soñar es mejor que una pesadilla en vida, y para colmo, real.

—Ya deberías supérarlo, lux— Le decía Stuart a la rubia, estaban en la habitación de lux, ya que lux estaba viendo la película de cazadores de sombras y Stuart quería pasar el día con ella, como cualquier buen enamorado. Pero en los planes de Lux no estaba salir, no hoy.

—No puedo hacerlo, ¿como es posible que Jace sea tan perfecto? Necesito un cazador de sombras en mi vida— lux sonaba como una fangirl auténtica, y eso lo detestaba Stuart.

¿Como es alguien capaz de comparar la vida real con una película?

—¿Porque Jake es tan perfecto? bla bla bla— decía Stu con voz aguda como una chica.

¿Es posible sentir celos de un personaje literario? porque El estaba sintiendo eso en este momento.

—No es Jake, es Jace, con C, idiota— lux siguió viendo la película sin siquiera notar la escena de celos que acababa de armar Stu.

El estaba sentado en un puf de la habitación de Lux, mientras ella veía la película.

—Esto es absurdo, ya leíste el libro— reclamaba Stuart.

—Pero debes saber que las películas de las novelas, nunca, son iguales— volvía a concentrarse, hasta que empezó a reír.

—¿Qué?— pregunto molesto Stu.

—Te pareces un poco a Simón—dijo Lux— Si, mira, tienen los lentes, la obstinación, y ambos odian a Jace— Dijo chistosa.

¿Me está friendzoneando por un personaje literario? esto debe ser el colmo, Pensó Stu.

Decidió levantarse del puf para irse, pero no pudo, ella debía tener algún superpoder que retenía a Stu a su merced, porque no podía irse, en cambio, se acostó al lado de ella en la cama mientras veía la película.

Ya saben lo que dicen: Si no puedes contra el enemigo, úneteles.

El recostó su espalda del espaldar, valga la redundancia y ella recostó su cabeza del hombro de el, él le beso la coronilla de su cabeza, aspirando su aroma a vainilla, que era su favorito.

Ella subió la mirada, y conecto con la de el.

—¿Sabes? No necesito a un Jace en mi vida— dijo ella.

—¿En serio?— respondió Stu.

—Si, ya te tengo a ti— el tomó sus mejillas y la beso— Jace ya no me interesa en lo absoluto— y rieron.