CAPÍTULO LIX: Eternidad

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Min Hyuk remece a la joven que prácticamente había quedado estupefacta. La vuelve a remecer y obtiene la atención en la mirada femenina, aliviándose el baterista al tenerla nuevamente en el planeta tierra.

--¿Hablaste con Yong Hwa?

--¿Yo?—emite aún confusa—Sí... sí...

--Mai... Yong Hwa...

--Tengo... que ir a hablar con una persona—zafándose de los brazos del baterista.

--¡No puedes salir sola!—exclama.

--Tengo... que resolver esto.

Aprovechándose de las lentas reacciones de la joven, pudo alcanzarla y llevarla hasta dónde le balbuceo. No podía dejarla sola, estaba simplemente ida. Veía correr las lágrimas de la joven pero de ella no escuchaba un sonido. Intentaba aparentar tranquilidad, pero tampoco entendía la desaparición de su amigo y líder, acosándolo una importante pregunta ¿Qué va a pasar con CNBlue?. Llegaron al edificio de la agencia y Maichiru recuperó el rosado de sus mejillas, Min Hyuk la siguió hasta una de las oficinas principales deteniéndose de golpe la joven.

--Gracias... por traerme—haciendo una reverencia.

--No te dejaré sola.

--No te preocupes, tengo que resolver un asunto aquí.

--Mai, te esperaré afuera entonces.

--Estaré bien, no te preocupes—fingió una sonrisa.

Logró convencerlo, lo vió ingresar al ascensor y no se movió hasta que se cerraron las puertas. Inhalo el suficiente aire y al ver a la secretaria distraída, ingresa sin permiso a la oficina, esta vez no se iba a quedar callada.

--¡¿Qué mierda te crees?!—ingresa Maichiru, alterándose la Señora Lee ante los gritos.

--¿Son maneras de tratar a tu madre?

--Nunca lo fuiste, ni para madrastra te alcanzó el título—bufó.

--No me insultarás aquí en mi despacho.

--Eres una cobarde, lo volviste a hacer, lograste separarme de Yong Hwa ¿Con qué excusa sucia lo chantajeaste?

--¿De qué estás hablando?

--No te hagas, Yong Hwa desapareció, y eso fue por tu culpa.

--¿Desapareció?, pues yo no tengo nada que ver con eso, tengo mis propios problemas—enfatiza-- además, era cosa de tiempo, no hay muchos quiénes te soportan.

--¿Crees que te voy a creer?

--Mira niña, no somos nada ahora y lo que fuimos, fue, pero esta vez no tengo nada que ver en tus enredos amorosos, tengo suficientes problemas de los cuales ocuparme para estar enredándome en los tuyos.

--Te juro que no te saldrás con la tuya.

--Mejor averigua antes de culparme, pero esta vez no tengo nada que ver en esto—emite con seriedad.

Salió de la oficina y camino en silencio hasta la calle. Toda la fuerza que había podido reunir para enfrentarla ya había desaparecido --¿Por qué siento que esta vez está diciendo la verdad?--, la enfrentó sin siquiera pensarlo, solamente quería una respuesta...pero ahora no tenía nada a qué recurrir para averiguarlo. Siguió caminando, la gente pasaba a su lado esquivándola o algunos pasándola a llevar, sin la misma enterarse. Caminaba sin un rumbo, los recuerdos la penaban y las últimas palabras de Yong Hwa seguían haciendo eco en su bulliciosa mente. Miro distraída al otro lado de la calle, la gente estaba reunida en la esquina esperando la luz verde del semáforo, de pronto diviso a alguien, pelo castaño, lentes oscuros una tez algo morena –Yong Hwa...--sonrío ilusionada pero al siguiente pestañeo se dio cuenta que se había equivocado, no era su novio, sino un chico común y corriente que cruzaba la calle tomado de la mano de su novia. Bajo la mirada y cruzó hacia la siguiente calle, se detuvo mientras las demás personas continuaban su camino, las lágrimas comenzaron a rodar de nuevo por su rostro y el vacío en su corazón se posó, esta vez para quedarse—No puede volver a ocurrir—balbuceó, ya no había vuelta atrás, Yong Hwa ha desaparecido.

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