CAPÍTULO XLI: Miedo

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          Dos, tres, ¡Cinco eternos segundos de silencio!, la observaba con atención, un rostro casi angelical, dueña de una grandiosa voz e integrante de uno de los grupos femeninos más importantes de su país natal. Un suspiro dejó escapar de sus pulmones, había dejado sonar el teléfono con intención para no tener una razón para conversar con ella, pero para su desgracia aquel intento se había ido en contra de él, teniéndola en frente y más encima con ayuda de su Maichiru – Piensa… piensa… - musita Yong Hwa intentando disimular su desagrado.

Seohyun lo conocía bien, aprendió a interpretar aquellas inquietantes miradas que profesaba el joven artista, y en esta ocasión estaba claro, que no era bienvenida en aquel lugar. Aclarando su garganta toma una de la sillas y se acomoda, posando su cartera sobre sus esbeltas piernas, - ¿Quieres que venga otro día? – Yong Hwa pareció erizarse al escucharla hablar, en sus pensamientos solamente estaba el rostro entristecido de Maichiru. 

–Estoy algo ocupado hoy, no tengo mucho tiempo – enfatiza el joven.

–No te quitaré tiempo, solo necesito la hora de nuestra última cita – sonríe dulcemente Seohyun.

–Hoy será imposible – tomando asiento frente a ella – ¿Mañana a las ocho estará bien? –

–Sí, para ti siempre… -

 Aquella última frase incomodo a Yong Hwa, que intenta desviar su rasgada mirada. No la podía entender del todo, ¿Por qué ahora tendría que corresponder aquellos sentimientos?, consideraba tener el derecho de duda, después de ver las verdaderas intenciones, o mejor dicho amenazas de la joven, ya no le parecía tan angelical pero aun así no podía evitar ser cortés con ella. 

Sonriendo se acerca a ella para acompañarla hasta el elevador, la joven sin dudarlo toma del brazo masculino reteniéndolo por un par de segundos. Aquella delicada y pequeña mano sobre su brazo fornido le hacía temblar, era inevitable, su corazón no le podía mentir recordando aquellos días donde solían ser unos recién casados. Cerrando los ojos vuelve a su mente la joven testaruda, regresando a la realidad. 

–Lo siento – apartándose para que se adelantara por el pasillo.

–¿Tienes a otra persona verdad? –

–Vamos, se hace tarde – insiste el oriental.

–No me desvíes el tema, es esa chica que me ayudo, ¿Verdad? ¿La japonesa? –

Yong Hwa palideció mirándola fijamente. No confiaba en la mujer que tenía en frente, desconocía de lo que pudiera ser capaz y si de algo estaba seguro, es no poner en peligro a Maichiru. Al recordar el porqué de todo su sacrificio esboza una dulce sonrisa ante el inexpresivo rostro femenino que lo observaba decidida, ya que no iba a ser engañada fácilmente. 

–¿Tengo que tener a alguien para rechazarte? – dijo con seriedad.

–¿Qué estás diciendo? – emite incrédula.

–Mañana tendremos nuestra cita, y será el único momento donde tal vez volvamos a hacer una “supuesta pareja”, será la última vez – agrega con ironía Yong Hwa.

Quedo con la boca abierta ante aquellas frías palabras del “Emotional” de CNBlue. Se sintió como una real estúpida, quería gritar y armar el escándalo de su vida para que no la olvidará jamás, pero sería rebajarse ante la victoriosa sonrisa del líder de CNBlue, con esto confirmaba que había perdido su oportunidad pero tal vez… podría jugar una última carta que escondía bajo su manga.  

Soledad, bendita y amada soledad, pensaba el oriental regresando a la sala de ensayo. Respirando una vez más el agradable aire, se siente aliviado al no haber compartido un segundo más con aquella joven. De alguna manera, se sentía decepcionado, ya que lo sentimientos que alguna vez sintió por ella estaban totalmente basado en alguien… o mejor dicho, en un personaje, - Por algo pasan las cosas… - musita mientras toma su guitarra para terminar la canción que tenía en mente. 

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