CAPÍTULO XLII: ¿Celos?

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                 Podía oír perfectamente los latidos del corazón del oriental. Quería seguir aferrada a aquel fornido cuerpo masculino, una paz la inundaba, jamás lo había sentido de una persona. Sintiendo que se le acababa el aire se separa unos centímetros del cuerpo del joven mientras éste no le quitaba la mirada rasgada – Tonta – balbucea seguida de una dulce sonrisa en su apacible rostro, ¿Tenía el derecho de perderlo sin intentarlo?, ¿Merecía estar con él?, era inevitable su baja autoestima, pero cuando cruzaba mirada con Yong Hwa, su mundo tenía más sentido, sus ganas de continuar se hacían más fuertes y las ganas de estar con él, se hacían incontrolables, y sin pensarlo dos veces lo estrecha fuertemente, no quería volver a dudar, solamente quería querer sin condición. 

–¿Y eso? –

–¿No puedo? – emite con picardía la joven.

–Me gustaría que lo hicieras más seguido –

–¿Puedo? –

–¿Ahora me preguntas? – sonríe el oriental.

La vida ahora era diferente, tenerla a ella en la cima de su vida era lo mejor que le podía haber pasado y agradecía a Dios no haber caído en su bendito orgullo por más tiempo del que ya había desaprovechado, – Tonta, tonta – estrechándola nuevamente, pero el alborotado celular de la joven interrumpe la romántica escena. 

–¡Dios! ¡Lo había olvidado por completo! – exclama Maichiru al ver el número en la pantalla del móvil.

–¿Qué? – emite confuso.

–Deja atender la llamada–

Deslizando su dedo en la pantalla de su celular, se aleja unos pasos para responder la llamada que había ingresado. Se deshacía en disculpas, sin entender Yong Hwa, y después de unos breves minutos de conversación la tiene de vuelta, para aclararle la extraña conversación. 

–¿Quién era? –

–La Dra. Dong… -

–¿Dra. Dong? – pregunta confuso Yong Hwa.

–La esposa de Taeyang, hoy en la noche tengo que ir a dejar a los hermanitos a su nuevo hogar –

–¿Irás a la casa de Taeyang? – pregunta una vez más el joven.

–¿Ya lo olvidaste? –

–¿El qué te hizo la broma? ¿Estarás sola con él? – instiga Yong Hwa.

–¿Estás celoso? –

–¿Yo celoso? –

–Sí tú –

¿Quién no estaría celoso del afamado y bien dotado Taeyang?, un idiota solamente lo estaría. Conocía muy de cerca la traviesa personalidad de Taeyang cuando se trata de su fans, y Maichiru estaba dentro de ellas, aunque no tan dedicada como muchas pero el hecho de tener algunos discos y un minipouster en su dormitorio, le daban una pequeña y preocupante pista. 

–¿Estás celoso Jung Yong Hwa? –

–¿Yo celoso?, estás loca – enfatiza en joven haciéndose el desentendido.

Aquella faceta le parecía adorable a Maichiru, desviaba la mirada porque sabía que la joven tenía la razón, estaba celoso, y no era para menos, si iría a la casa del afamado Taeyang. Aclarando su garganta posa su mirada con seriedad llamando la atención de la joven que guarda silencio, inhalando el suficiente aire, aclara una vez más su garganta, tenía que disimular sus celos fuera como fuera, aunque no estaba seguro de lograrlo. 

–Iré contigo, ¿Esta noche verdad? –

–¿Puedes? –

–Claro que puedo… pregunta tonta… - emitía molesto.

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