HEY YOU

CAPÍTULO LXIX: Un futuro sin ti

El amor, es complejo. Una persona en sí ya lo es, y dos personas enamoradas, más aún. Una puerta se puede cerrar, pero se abren muchas más, pero ¿Por qué cuando se acaba el amor, pareciera que todas las puertas se han cerrado?. El amor es complejo, y describirlo es aún más, tal vez por eso están las diferentes artes para describirlo, especialmente la música, es una de las principales formas para expresarlo. Yong Hwa lo sabía muy bien, ha estado enamorado por años, y tal vez casi una década de una sola persona, él aún se sorprende, pero alguien se había encargado de robarle el corazón. Recargó su espalda en el respaldar de su confortable asiento y estiro satisfactoriamente sus tonificados brazos, trabajar siempre es agotador. Alborotó un poco su cabellera y ordeno los documentos que tenía sobre el escritorio de vidrio, el haberse tomado meses para recuperarse, le estaban pasando factura, --Dios... algún día terminaré con todo este trabajo atrasado—balbucea mientras termina de guardarlos.

--¿Ya quejándote de tu trabajo?—se asoma Hong Ki desde la puerta.

--No me estoy quejando—refunfuña--¿Qué haces por aquí? ¿No deberías estar en Japón?

--¿Yo?—ingresa a la oficina—Estoy trabajando, para tu información.

--¿Y tú esposa?—enarca una ceja.

--Nos vinimos a vivir a Corea, el trabajo.

--Ya veo—emite Yong Hwa—No te veo muy animado—levanta la vista.

--Es que me había acostumbrado a Japón, las fans solamente se vuelven locas en los conciertos, y si es que a eso se le puede llamar histeria, por lo demás puedo hacer mi vida tranquila, aquí no.

--¿Y por qué no viajas a trabajar solamente?

--Es imposible, debo estar por lo menos seis meses pegado al edificio.

--¿Y qué nuevo trabajo es ese?—enarcó una ceja.

--¿De quién crees que fue la culpa?—bufa—Tuya pedazo de...

--Hey! Parece que el matrimonio te ha puesto de mal genio.

--No culpes a mi matrimonio, a ti se te ocurrió perder la memoria y fracturarte, dejando todo patas arriba.

--¡¿A mí se me ocurrió?!—alzó la voz Yong Hwa.

--Claro, te hiciste ahí al discapacitado todo para tocar el corazón de tu Maichiru—dijo astuto.

--Definitivamente el matrimonio te hace mal—meneo la cabeza Yong Hwa.

--Yo no soy tonto, tendré la cara—achico sus rasgados ojos.

--A ti no te puedo engañar—esbozo una sonrisa traviesa.—Pero es un secreto—dijo en tono amenazante.

--Si yo sabía que tu amnesia no había durado tanto, solamente estabas actuando.

--Tenía que ponerla a prueba obviamente.

--El día que se entere, te cortara en trocitos.

--Hey! Aclaremos una cosa—dijo en tono serio—Yo perdí la memoria, recordé su rostro el primer día pero no su nombre—eso fue lo único que no le dije.

--Es lo mismo—refutó Hong Ki.

Definitivamente lograr convencer de lo contrario a Hong Ki, iba a estar muy lejos de lograrlo. Pero sabía muy bien que podía contar con él, y que su secreto estaría a salvo, aunque su gran amigo aparentara lo contrario. Sonrío al verlo tan malhumorado, sabía que era su faceta cuando estaba preocupado por él.

Bajo rápidamente al estacionamiento, desaflojó la corbata de su cuello y desabotono parte de su abrigo, era hora de relajarse. Subió rápidamente al automóvil negro y tomó su bolso que estaba previamente preparado.