CAPÍTULO XII: Es hora de la verdad

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                  Acomodada en la placida cama en compañía de su perro, le penaba nuevamente el insomnio. Observando cada poster pegado en las paredes de su habitación, se dejaba llevar por los recuerdos que alojaban cada uno de ellos - Como ha cambiado la vida - pensaba en voz alta mientras intentaba analizar el fatigoso día que tuvo con los integrantes de CNBlue. Era la primera vez que cantaba en un grupo y con tanta fama, eso le hacía sentir más que feliz. Con aquella experiencia estaba aprendiendo a conllevar la presencia de Jong Hyun, sus reacciones hacia él iban disminuyendo poco a poco lo que le tranquilizaba bastante, pero una sensación le estaba molestando, - Tal vez te guste... - recordaba las palabras de Yong Hwa. - Es imposible, o sea... no me puede gustar, lo conozco hace muy poco tiempo y la verdad... no tengo el tiempo para fijarme en otra persona antes que me deshaga de todo este resentimiento de ese idiota - hablaba con la soledad que la acompañaba casi todos los días en su casa.

Sentándose en la cama, ve una notificación en su celular - Hola, necesito que nos reunamos. ¿Cuándo puedes?, espero respuesta. Tu madre - aventando su celular hacia el costado de su cama, no le presta atención, sabía muy bien que si su madre quería hablar con ella era para insistir nuevamente en aquel asuntillo en el cual no estaba interesada. Colocándose las pantuflas de Domo kun, camina hacia la cocina pero antes de cruzar se encuentra con la chaqueta de Yong Hwa en el suelo - Bobo... con la loca idea de hoy se te olvido esto... - tomándola entre sus manos, la acerca lentamente hasta sus narices y sin querer se pierde en el fragante perfume del joven - ¡¿Qué estoy haciendo?! - lanzándola hacia el sofá - Estúpida... estás loca... loca... - abriendo la puerta del refrigerador.

Mientras tanto Yong Hwa buscaba alguna conocida como novia de su amigo. Pero entre más le daba vuelta al asunto no encontraba a la supuesta novia. Acomodándolo en el sofá, lo remece para que volviera en sí.

- Hombre, estás borracho... - aventándola aire. - Pero... no se me ocurre... ¿Quién es? -

- ¿De verdad no tienes ninguna sospecha? - emitía travieso.

- ¡Qué no! Tengo curiosidad... quién es... - insistía el líder.

- ¿Quién más va a ser? ¡Mi guitarra! ¡Obvio! - soltando una gran carcajada.

- Ya decía yo, me engañaste, ya borracho te llevaré hasta tu habitación. - encaminándolo.

-¡Descansa!- emitía el líder de CNBlue antes de salir de la habitación de Jong Hyun. Enterrando su cabeza en la almohada intenta ahogar el grito que le provocaba la situación. Ya no daba más, no sabía qué hacer. Sus sentimientos hacia Maichiru eran verdaderos pero los de su amigo también - ¿Qué debo hacer? ¿Qué debo hacer?- golpeaba el almohadón, aquella situación lo estaba colapsando. Sabía que algún día tendría que decirle la verdad a Maichiru pero jamás imaginó que tendría que hacerlo de aquella forma... - Lo siento Mai... es ahora o nunca - emitía decidido.

Un nuevo día, un nuevo comienzo. El sol en todo su esplendor de posaba en el amplio cielo de Seúl y el viento primaveral alborotaba la cabellera de Maichiru mientras esperaba el autobús para irse a la universidad. Al final de cuentas, no pudo pegar pestaña alguna pero aquel tiempo no fue en vano, había reflexionado muchas cosas que la habían atormentado los últimos días, poco a poco la paz volvía a su vida, por fin sus sentimientos se estaban aclarando.

Bajando los peldaños del autobús, camina escuchando música hacia la universidad. Como siempre con su guitarra al hombro y el bolso con las tableturas para ensayar durante el día, pero de pronto una clavada en su corazón comenzó a molestarla - Itch... de nuevo... - sobando su pecho mientras caminaba. De pronto un elegante auto negro se interpone en su camino deteniéndose de golpe Mai - No... otra vez no - sacaba sus lentes.

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