CAPÍTULO III: Curiosidad

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                Las calles de Seúl se hacían cada vez más confusas y borrosas. Maichiru corría sin rumbo fijo, lo único que quería era escapar y alejarse lo más rápido de aquel lugar. Agotada se sienta en el suelo apoyada en la pared en las afueras de una rústica tienda, acomodando su guitarra a un lado inhala un poco de aire para no terminar exhausta pero desgraciadamente aquel encuentro que había evitado con todo su ser se había personificado, tener de frente a Lee Jong Hyun.

Apoyando su cabeza en el vidrio del autobús, intentaba reponerse de aquel susto. Sentir el contacto con su piel provocaban nuevamente que se apretará su estómago; habían pasado tantos años y seguía provocando cosas en ella, y eso era lo que más estaba odiando en ese momento. – Dios… Tengo que alejarme de ellos lo más rápido posible – cerrando sus ojos para analizar mejor en la extraña situación que se estaba tejiendo. 

-          Es bien extraña tu compañera, salió prácticamente arrancando – emite Jong Hyun acompañado de su guitarra.

 -          Me hace reír, tengo que hacer un trabajo con ella así que debo organizarme – enviándole un mensaje.

 -          ¿Eso es una razón para verla? –

 -          Otro más, no es lo que piensas. Solamente me siento cómodo con ella, como cuando estaba en secundaria, es eso – esboza una sonrisa.

 -          Secundaria… recuerdos y más recuerdos. En estos tiempo no se encuentran amigos así, no la dejes ir – sonriendo ampliamente ante su amigo.

  

Jong Hyun se recuesta en su cama a brazos cruzados, aquella joven se le hacía conocida, especialmente el timbre de su voz, pero con los lentes y la gorra no pudo ver el rostro de la particular de la joven. Su curiosidad crecía cada vez más y después de la prácticamente huída de la fémina, quería saber de quién se trataba, y por qué su amigo está tan interesado en ella, - Averiguaré quién eres – pensaba decidido, cubriéndose con las frazadas para descansar después de un agitado día.

Amanece en Seúl, por fortuna con un esplendoroso sol que animaría a cualquiera a excepción de nuestra protagonista que por sobre todas las cosas adoraba el invierno – Hoy me derretiré – murmura mientras busca algo cómodo para vestirse.

-          ¡Hija! ¡Mai! – grita desde el primer piso el padre.

 -          ¿Qué pasa appa? – se asoma desde la puerta.

 -          Un compañero te espera en la sala – arqueando una ceja la joven.

Bajando rápidamente se encuentra a su compañero de clases sentado frente a su padre, que compartían una muy cómoda conversación.

 -          ¿Por qué no me dijiste que conocías a tan afamado artista? – emite maravillado el padre.

 -          ¡Papá! – exclama empujándolo hacia la cocina – Es un compañero y debemos realizar un trabajo – cerrando la puerta - ¡Dios lo había olvidado! – pensaba mientras buscaba sus apuntes para iniciar el bendito trabajo.

  

Yong Hwa, observa el hogar de su compañera quedando prendado en unas fotos familiares donde se veía a ella de pequeña, causando una inevitable carcajada – Al parecer siempre ha sido enojona – tapando su boca para no ser escuchado.

 -          No pensé que vendrías tan temprano – acomodándose en la mesa principal junto a su guitarra.

 -          Ayer te avise, pero no me respondiste así que asumí que estaba bien la hora – mirándola de reojos.

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