Capítulo 2

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8 de octubre del 2009

Estaba sacando mi libro de literatura de mi taquilla, debía darme prisa si quería llegar pronto a clase, la señora Halloway no perdonaba a los tardones, cuando una mata de pelo pelirrojo irrumpió en mi campo de visión.
- Ayyyy dios mio no te vas a creer lo que me ha pasado.
Jenn, mi mejor amiga, tan eufórica como siempre, nada más pronunciar esa frase sabía lo que venía a continuación por lo que me adelanté a contestarle.
- Dime Jenn ¿Qué chico has conocido hoy?
Puso cara de sorpresa, oh venga como si no conociera a chicos cada semana y se emocionara con ellos para sólo acabar siendo un lío de una noche.
- No se como lo has adivinado, pero si he conocido a alguien, este es el definitivo.
De nuevo esa frase que siempre decía con todos los chicos que conocía y que casualidad, ninguno de ellos fue el definitivo.
- ¿ Y que te hace pensar eso Jenn?
- No lo se, simplemente creo que esta vez funcionará.
El timbre sonó y nos encontramos en medio de una marea de alumnos intentando llegar a tiempo a sus clases, lo que debería de estar haciendo yo.
- Jenn hablamos despues ¿vale? No puedo llegar tarde.
- Bueno está bien, pero después vas a tener que escuchar todos los detalles.
- Perfecto, ahora tengo que irme.
Corrí hacia mi clase de literatura y justo antes de que Lili Jenkens cerrase la puerta. Con un movimiento ninja, conseguí meterme y colocarme al fondo del aula en mi sitio de siempre.
La señora Halloway comenzó a dar su clase cuando la interrumpieron. Fuera quien fuera la llevaba clara si se proponía entrar, ella nunca dejaba pasar a nadie una vez hubo sonado el timbre por segunda vez, dando el aviso de que todo el mundo debería estar ya en su respectiva clase. Como una regia inquisidora se dirigió hacia la puerta, yo podía imaginarme que era uno de los idiotas de los populares, los cuales siempre llegan tarde, pero me equivocaba. El director entró en la sala, haciendo que la señora Halloway tuviera que callarse su discurso sobre la gente que llega tarde y las consecuencias que tiene eso tanto para el profesor que da la clase como para sus compañeros.
- Bueno chicos, hoy tenéis que darle la bienvenida a un nuevo alumno, ha llegado hace poco a la ciudad y viene para reincorporarse en este instituto, espero que seáis cordiales y lo tratéis adecuadamente, bien, asi pues, pase jovencito - dijo dirigiéndose a la puerta.
De ella salió un chico alto, rubio, con el cabello alborotado, algunos mechones se le caían sobre la frente e intentaban ocultar unos ojos de un azul intenso, casi como si estuvieran pintados, no parecían reales. A leguas se veía que el chico tenía un buen cuerpo, esa ancha espalda y esos pectorales deberían estar prohibidos ¿de dónde había salido ese chico?, ¿de algún casting de chicos que te dejan sin respiración?.
Vaya Elisabeth, has pensado como esas chicas idiotas sin cerebro que se dejan llevar por el físico, muy bien.
Todavía sin creerme lo que había surgido en mi cabeza, todos pudimos apreciar como el director se marchaba y el chico se dirigía al frente de la clase.
-Hola soy Jason Tacker, será un placer ser vuestro compañero a partir de ahora. - dijo con una voz sexy y guiñando el ojo.
Presuntuoso.
Un sinfín de suspiros de extendieron por toda la clase, el director quería que le trataran bien, pues podía quedarse tranquilo, ese chico encajaría en el instituto, de eso estaba segura.
Pronto aquel chico tendría encima las garras de todas las populares del instituto, bueno, populares y sexo femenino en general, no quería ni saber lo que diría Jenn cuando le viera, seguro que caía ante sus encantos, como todas.
No es que yo no soñara alguna vez con conocer a alguien especial, con enamorarme, pero digamos que había leído muchos libros y solo creía que el chico perfecto se hayaba en ellos. Yo vivía en el mundo real y allí no existían chicos guapos que se interesaran por alguien como yo.
- Bueno Jason, siéntate en un sitio libre y yo continuaré dando mi clase.
Bien, había un sitio libre delante de mi asiento y otro a mi lado, estaba claro que se sentaría delante, ya que en el sitio de al lado estaba sentada Regina Park, una de las chicas con más fama en el instituto y por la cual todos babeaban.
Y como supuse, fue hacia el asiento de al lado de Regina y se instaló, no sin antes guiñarle un ojo, haciendo que ella se pusiera el pelo detrás de la oreja.
¿Qué le pasa a este chico?, ¿tiene un tic en el ojo o algo por el estilo?
- No frunzas el ceño chica, mañana puedo sentarme a tu lado - me dijo.
Eso me cabreó, por favor se creía que fruncía el ceño porque habia escogido sentarse con Regina y no conmigo. Maldita sea. A veces no podía evitar poner según que caras y ahora había ayudado a subir el ego de aquel idiota.
- Por mi puedes quedarte ahí durante todo el curso, de hecho me harías un favor si no te giraras, duermo muy bien por las noches y no me gustaría tener pesadillas.
Chupate esa engreído.
- Créeme chica, sería todo un privilegio tenerme en tus sueños, ya no digamos ver mi cara todas las mañanas.
Puse los ojos en blanco y me decidí a atender a las explicaciones de la profesora,aunque no podía evitar distraerme de vez en cuando con la conversación que mantenían Jason y Regina en susurros. Y no sabía porque, pero tenía la sensación de que Jason Tacker iba a traerme algún que otro problema.

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Jason en multimedia

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