Recuerdo

Capítulo 16

14 de octubre del 2009

Después de una cena incómoda donde mi padre y Monic intentaban demostrarme el amor incondicional que se profesaban el uno al otro con menos de una semana saliendo, pude descansar tranquila en mi habitación.
Al día siguiente me desperté y me encontré con aquella mujer tomando mi zumo de piña y a mi padre preparándose para irse al trabajo.

No mucho después estaba ya libre del tenso ambiente de mi casa en el aula de literatura, aunque tuviera que aguantar la mirada de odio de Regina puesta en mi compañero de mesa en todo momento.
- ¿Se puede saber que es lo que le has hecho a esa chica para que no pare de mirarte así? - le dije a Jason susurrando.
- Verás, ayer me vió besando a otra chica y se ve que está molesta, pero ha dejado de acosarme - dijo mirando para ella que seguía con la vista puesta en él - bueno, más o menos.
Otra chica, a este paso se liará con toda la población femenina en menos de un mes.
- No se que está pasando por tu cabeza en estos momentos - dijo poniendo un dedo en mi frente - pero espero que sea que vas a aceptar mi proposición de llevarnos bien, el viernes celebro una fiesta.
- ¿Y eso que tiene que ver conmigo? - le dije irritada.
- Que ya que Mike va a venir, estoy seguro de que tu amiga intentará convencerte para que vengas tú también y no me gustaría que estuvieras allí con esa cara de amargada que tienes siempre que hablas conmigo.
- Vaya, no me extraña que tengas a las chicas a tus pies, esas palabras románticas derriten a cualquiera. - dije poniendo los ojos en blanco.
- Vamos McGuire, sabes que podría derretirte si quisiera - dijo susurrándome al oído, causando que el vello de mi brazo se erizara.
- No vamos a llevarnos bien si me dices cosas como esas - le dije intentando recomponerme.
- Puedo llegar a ser un chico muy convincente cuando quiero - dijo guiñándome un ojo.

Cuando acabaron las clases y estaba metiendo los libros en mi taquilla, no podía ignorar los comentarios acerca de la gran fiesta que Jason iba a dar en su casa. Me preguntaba en que clase de sitio vivía para tener espacio para todo el instituto y también cuanto tardaría Jenn en venir emocionada a contarme la gran noticia e intentar convercerme para ir.
- Hola Elisabeth - me dijo Michael apareciendo a mi lado de repente.
Vaya, esto si que no me lo esperaba.
- Hola - le dije realmente sorprendida y levantando la cabeza para mirarle a los ojos, aquel chico era verdaderamente alto.
- Verás, se que ya has hecho bastante yendo a la cita el otro día y que el idiota de mi amigo se portó fatal, pero a Jenn no le dejarán ir a la fiesta si tú no vienes y ella no quiere pedirte otro favor, así que haría lo que sea para que fueras, me gustaría pasar más tiempo con ella.
Aquello no sólo me sorprendió, si no que tocó una pequeñísima parte cursi en mi interior que creía cerrada con candado y enterrada en lo más profundo de mi ser. Nunca alguien como él se había acercado a hablar directamente conmigo, hasta hacía sólo unos días aquella situación hubiera sido completamente irreal. Que aquel chico enorme y sonriente fuera capaz de venir a hablar conmigo sólo por mi amiga hizo que me replanteara seriamente el hecho de asistir a aquella fiesta.

Estuve toda la tarde pensando en ello, dándole vueltas en mi cabeza, iba a tener que aguantar a adolescentes desatados por el alcohol. Yo no había bebido nunca, a menos que contase la vez que tomé una copa de champán en fin de año, pero sabía los efectos que causaba, no era la primera vez que había cuidado a Jenn en su modo ebrio. A parte tenía que reconocer que no sabía bailar decentemente, parecía más bien un pato mareado cuando intentaba cordinarme y eso haría que los pretenciosos de mis compañeros tuvieran otro motivo para hacer sus bromas sobre mi. Y ya por no hablar de lo que odiaba la música a todo volumen que ponían en esa clase de eventos, la cual me producía serios dolores de cabeza, pero por otra parte...
Antes de que me arrepintiese de mi decisión marqué su número de teléfono.
- Jenn, ¿qué planes tienes para el viernes?