9 de octubre del 2009
El despertador sonó por tercera vez y yo abrí los ojos todavía somnolienta, cuando miré la hora que era me di cuenta de que no debería de haber ignorado al despertador durante tanto tiempo. Pero estaba cansada, el día anterior se había complicado, barrer y limpiar todos los critales que había por el suelo y asegurarme de que no quedaba ninguno, había llevado más de lo que había pensado.
Me vestí y desayuné lo más rápido posible para poder llegar a tiempo a la parada del bus, papá ya se había ido por lo que me ahorré su sesión de besos de despedida, a veces se ponía demasiado cariñoso.
Me dirigí a la parada corriendo, como siempre, iba tarde; pero un audi plateado apareció en el camino para salvarme.
- Sube anda - dijo Jenn bajando la ventanilla.
- Eres mi salvación pelirroja - le dije al tiempo que ella arrancaba el coche.
En seguida llegamos al instituto, con la mala suerte de que el único sitio que había para aparcar era un minúsculo espacio entre otro coche y una moto, Jenn fue hacia allí.
- No estarás pensando en aparcar ahí ¿verdad?
- Si de hecho es justamente lo que estoy pensando.
Fue metiendo el coche poco a poco, hasta que milagrosamente entró. Abrí la puerta olvidándome del pequeño detalle de que tenía una moto pegada, por lo que le hice un enorme arañazo. Yo no sabía mucho de motos, pero podía deducir que era una de las caras.
- Lis, ¿qué has hecho?
- ¿Yo? Si tu hubieras aparcado en un sitio más grande, esto no habría pasado.
Por suerte, no había nadie en el aparcamiento, por lo que no habría testigos de mi pequeño crimen.
Tocaba clase de literatura, así que me fui antes de que me cerraran la puerta y me quedase fuera.
Llegué justo a tiempo, por algún extraño milagro todavía no había sonado el timbre, por lo que pude sentarme en mi asiento con tranquilidad. Cuando escogí mi sitio creía que era el mejor lugar, al fondo de la clase nadie te molestaba, pero ahora con Jason y Regina dándose el lote encima de la mesa de en frente estaba empezando a replantearme que quizás no escogí tan bien como había pensado.
Joder con el rubito, que poco ha tardado en ligarse a alguien.
La señora Halloway llegó para dar fin a mis estúpidos pensamientos y a la sesión de besos que me estaba dando repulsión.
Pero Regina no tardó nada en volver al ataque, nada más girarse la señora Halloway para escribir en la pizarra, ella aprovechó para meter la mano por debajo de la camiseta de Jason y susurrarle a saber que guarradas al oído.
- Ahora no preciosa, espera a esta tarde - le dijo Jason apartándole la mano.
- Oh venga, se que lo estás deseando cielito.
- ¿Cielito?
- ¿Tienes algún problema con eso rarita?
Mierda, lo he dicho en voz alta.
- ¿Desde cuando lo conoces? ¿un día y ya le llamas cielito?
- Tú lo que tienes es envidia porque a ti no te toca nadie ni con un palo.
- Al menos a mi nadie me contagiará enfermedades por ser una guarra.
- Chicas creo que tenéis que relajaros.
- A mi no me digas que me relaje - dije subiendo el tono de voz.
- Señorita Woods, no se si se habrá dado cuenta, pero estamos en una clase.
- Si señora Halloway, lo siento - dije esperando librarme del castigo.
- Ya que le gusta tanto expresarse, ¿por que no se expresa usted haciendo una redacción de cuatro hojas sobre los problemas de interrumpir una clase?
- Si señora Halloway.
Genial, ahora encima estoy castigada por culpa de estos idiotas.
Bajé la cabeza hacia mi libro, no sin antes ver la sonrisa que se extendió por la cara de Regina, tuve que hacer un soberano esfuerzo para contener las ganas de arrancarle las extensiones falsas que llevaba.
No pude más que alegrarme cuando por fin se acabó la hora, la mañana no había comenzado muy bien pero al menos en el resto de las clases que tenía no tendría que aguantar a ninguna parejita, ni me ganaría ninguna bronca, o al menos eso esperaba.La hora de comer pasó rápidamente entre conversaciones triviales entre Jenn y yo, la mayoría de ellas dedicadas al chico con el que estaba obsesionada. Yo no sabía si contarle lo que me había pasado en literatura, porque contarselo implicaría contarle que el chico que estaba buenísimo y del que todo el mundo hablaba estaba en mi clase, asi que pensándomelo bien decidí callar, ya se enteraría ella solita más tarde.
Terminamos y nos dirigimos a la salida, que estaba abarrotada de gente, a codazos pude salir del instituto, dándome cuenta que en la entrada había todavía más personas y aquello sólo podía significar una cosa, problemas.
-¿QUIÉN COÑO LE HA HECHO ESTO A MI MOTO? -gritó una voz bastante conocida.
Serpenteando el tumulto de gente conseguí llegar frente a la moto y frente al dueño de esta.
-¿TÚ? - dijimos los dos a la vez.

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Recuerdo
Romance#EDITANDO Han pasado 4 años y Elisabeth Woods no consigue olvidarse de la persona que más quiso y la que más daño le hizo. El pasado la persigue, pero por fin parece haber encontrado una luz al final del túnel, una luz con unos preciosos ojos casta...