Capítulo 21

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La mansión Palace, un lugar inescrutable hacia tan solo unos meses, había abierto sus puertas para mi, saciando mi curiosidad y dejándome descubrir todos sus secretos.
No sabría decir con exactitud cuantas veces me había deslizado por la barandilla de las amplias escaleras que estaban en el recibidor, tal y como Jason me había enseñado.
El salón era uno de los lugares más impresionantes de la casa, sus sofás de piel eran tan amplios que al menos cabrían 14 personas en cada uno de ellos, las columnas decoradas con figuras en oro hacían contraste con la enorme y moderna pantalla plana que estaba en la pared y las mesas de algún tipo de madera exótica parecían más aptas para alguna clase de exposición que para una vivienda.
La cocina era un inmenso espacio con modernos electrodomésticos y amplia mesas donde antes comían las personas que cuidaban la masión, según me había explicado Jason el día que me había enseñado el lugar por primera vez.
Un enorme comedor, era lo que se encontraba al lado, con una mesa que ocupaba prácticamente todo el habitáculo.
En la planta de arriba estaban las diferentes habitaciones que corresponderían a los cientos de invitados para los que aquella casa tendría cabida.
También tenía una sala de cine que su nuevo dueño había conseguido que instalaran después de convencer a su padre mientras estaba en uno de sus viajes, allí veíamos películas de acción o aventuras, cambiando mi rutina de las de amor que eran la mayor obsesión de Jenn.
- Odio Titanic, en serio, podrían haberse salvado los dos, cabían perfectamente en aquel trozo de madera - me dijo en una de nuestras conversaciones sobre dichas películas. Me sacó una enorme sonrisa al saber que no sólo yo pensaba aquello.
Pero mi habitación favorita de la casa era, sin duda, la gigantesca biblioteca, una sala con estanterías que cubrían las paredes y llegaban hasta el techo, teniendo que subir unas escaleras para alcanzar los libros de las que estaban más arriba. Aquello era el paraíso para los lectores como yo, poder tener acceso a todo aquello era como un sueño del que no quería despertar.

En aquel momento estábamos preparando unas palomitas, después de hacer el vago en su habitación durante un buen rato. Decidimos gastar el resto de nuestro tiempo viendo una película, aunque aún no habíamos decidido cuál, cuando sonó el timbre.
- Vuelvo en seguida - me dijo dándome un beso en la frente y yéndose hacia la puerta de entrada.
Yo no era una persona cariñosa ni mucho menos, no solía dejar que Jenn me estrujase en abrazos, pero me había acostumbrado a Jason y a su muestras de afecto, aunque me había llevado su tiempo reconocer que ya no me importaba tanto que fuese cariñoso conmigo.
- Hola mi amor - dijo una voz claramente de chica, ya que era aguda, casi hasta el punto de ser irritante.
- Mandy te he dicho que no me llames más, que no me busques - por su voz se notaba que estaba cansado, yo sabía que aunque la mayoría de las chicas entendían que Jason no era un chico de relaciones, alguna que otra se emocionaba por haber tenido una noche con él y se dedicaba a intentar que entrase en razón y convencerle para estar juntos.
- Pero yo creí que lo nuestro era especial.
Me acerqué un poco a la entrada y pude ver como había una chica morena con el pelo largo y ondulado, agarrada al cuello del rubio.
- En serio Mandy, lo nuestro no puede ser.
Intentaba apartarla pero ella parecía estar enganchada como una aunténtica lapa.
- Vamos Jason, intentémoslo, seguro que puedo convencerte - le dijo al tiempo que intentaba levantarle la camiseta.
- Mandy basta, no me vas a convencer de ninguna manera, márchate ya.
No se lo que me hizo actuar de aquel modo, quizás fue que no quería que Jason lo pasase mal o quizás porque me importaba más de lo que quería admitir, pero me dirigí hacía ellos con una clara intención.
- Jason las palomitas ya están hechas - dije con una voz por la cual me dieron ganas de darme golpes, para justo a continuación poner mis labios sobre los suyos.
Al principio se quedó sorprendido, pero no tardó en agarrar mi cintura para acercarme a él, haciendo que no hubiese ni un milímetro de separación entre nosotros. Profundizó el beso y casi parecía que no existía nadie más expecto nosotros, que nos separamos algo agitados después de nuestro pequeño momento.
Me giré para ver como la chica nos miraba con la boca abierta.
- Cielito ¿quién es esta? - dije abrazándole y haciéndome la tonta.
Jason se quedó estático, sin mediar palabra.
- Soy Mandy.
- Encantadísima de conocerte, soy Elisabeth la novia de Jason - le dije sonriendo.
Después me pegaré por hacer esto.
- No sabía que Jason tenía novia - dijo completamente descolocada.
- Queremos mantenerlo en privado, así que no se lo cuentes a nadie, es nuestro secretito - dije esperando que me creyese.
- Ah, pues... y-yo ya me iba, ha sido genial conocerte - dijo marchándose por la puerta como si estuviera desorientada.
Nada más se cerró detrás de ella suspiré de alivio.
- Van a tener que darme el Oscar por esta actuacion.
- Vaya, eso sí que no me lo esperaba - dijo con cara de haber visto un fantasma - ¿porque lo has hecho?
- Tú me ayudas con literatura y yo te ayudo con las chicas que no pillan el concepto de una sola noche, es un buen trato ¿no?

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