Feliz aniversario

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« Gunnin' out of this place in a bullet's embrace,
then we'll doin' again»

Show Pony

«Ellos me han enseñado a ser fuerte, no tú. Son ellos los que han cumplido la promesa que le hiciste a Jack, no tú».

Golpeó con fuerza la pared. ¡Maldita mocosa! Que sí, que ya se esperaba la negativa, pero joder, podría haber sido un poco más amable. Ella había ido allí, le había abierto su corazón, suplicado su perdón...

«¡HE DICHO QUE TE VAYAS!»

Y esa había sido su única respuesta.

-Eh, tranquila, Pony -el Dr. Death Defying dejó los cascos sobre la mesa de mezclas, terminada su emisión diaria, y se acercó rodando a ella, que estaba sentada de cualquier manera en el sofá- . ¿Qué te pasa hoy? Estás muy susceptible.

-Estoy frustrada, D. Este día ha empezado mal, y no hace más que empeorar. He pasado toda la mañana viajando, para nada. Y ahora... ¿qué quieres que haga aquí el resto del día? ¡Me muero de aburrimiento!

-Ya sabes por qué, Pony –el DJ parecía aburrido- . Ya sabes qué día es hoy. Los dracs están inquietos. Es arriesgado.

-¡Oh, venga ya! ¿Y Cherri Cola? ¿Dónde está él, eh? Le has mandado a la ciudad esta mañana, y aún no ha vuelto. ¿Para él no es peligroso, o qué?

-Oh, está bien. Vete si tanto te aburres. Pero trae algo interesante para la emisión de mañana.

No podía creerlo. ¡Por fin! Tenía tantas ganas de acercarse a la ciudad, de abandonar aquel maldito desierto y pisar asfalto de una maldita vez. Mientras su moto volaba sobre la Ruta Guano, apenas podía esperar el momento en que la silueta de Battery City apareciera ante sus ojos. Claro, que tendría que pensar un modo de disfrazarse...

Tras tantos años, seguía sorprendiéndole eso de que el locutorio de Defying estuviera tan cerca de la ciudad, y nunca les hubieran encontrado.

Se coló en un almacén abandonado a las afueras de la ciudad, que habían habilitado para ocasiones así. Estaba repleto de ropas blancas de la empresa, pelucas castañas, negras, rubias... (vamos, de colores normales) auriculares azules para no escuchar anuncios, pistolas de rayos (todas blancas, por supuesto, hay que disimular), baterías, unos cuantos carbons por si acaso... En general, todo lo necesario para que un Killjoy para sobrevivir de incógnito en la ciudad un par de días si era necesario.

Pony se vio perdida entre un millar de trastos. Sin detenerse a pensar mucho, se agenció un traje blanco, y agradeció por enésima vez el hecho de no haberse teñido el pelo y poder prescindir de esas asquerosas pelucas. Antes de salir, escondió la moto en el almacén, y salió a recorrer la ciudad.

Las calles estaban más repletas de gente de lo habitual. D tenía razón, también había muchos más dracs. Algunos colgaban pancartas con el logo de BL/Ind y las palabras "Keep Smiling", otros carteles con un absurdo dibujito de dos dracs victoriosos sobre los cuatro Originales ensangrentados, muertos. A Pony aquello le cabreó. No conocía demasiado a los Originales, siempre había preferido no encariñarse por si pasaba algo... como lo que pasó, y porque no quería que supieran su historia con Hush y la culparan, pero aquello era degradante. Ella había sido testigo, ¡no les habían matado dos dracs! Eran casi un ejército, y ellos sólo cuatro, y aun así habían estado a punto de salir victoriosos. Y en parte, lo habían hecho. Y aquellos carteles... sólo servían para empañar el recuerdo que el mundo tenía de los Killjoys.

Pero no pudo más que poner una cara de asco, y alejarse con la cabeza gacha. No debía olvidar interpretar su papel. Se supone que no era más que una ciudadana gris, con el cerebro lavado por píldoras controladoras de emociones y con la certeza de que BL/Ind sabe lo que es mejor, y que si dice que los Killjoys eran unos demonios que fueron vencidos por dos valientes dracs, esa es la verdad absoluta. Aunque todos supieran que no lo era.

Danger Days II: The Aftermath is SecondaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora