Epílogo II: Cerrando heridas

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«Sometimes we must grow stronger and
you cant be stronger in the dark.
When Im here no longer, you must be stronger»

Heat Gun

-¡Cuidado con eso!

Un tubo de confeti explotó sobre sus cabezas, amenazando con decapitarlos. Cherri Cola esbozó una sonrisa de disculpa, y se afanó en recoger el resto de tubos antes de que pudieran explotar también y volarle accidentalmente los sesos a alguien. Diamond lo fulminó con la mirada, y un resoplo colectivo se extendió entre la multitud.

El nerviosismo de Disco era palpable; se le dibujaba en el cuerpo. Y eso era malo, porque cuando Disco estaba nerviosa, solía ponerse violenta.

Lo cual no cuadraba demasiado con el intento de vestido de novia que Hush le había obligado a ponerse. Que, en realidad, tampoco cuadraba con ella.

Disco volvió a resoplar. La inquietud se extendió entre la multitud, y alguien se atrevió a quejarse, pero fue acallado enseguida por una colleja del que tenía al lado.

A Gun la abultada melena de Jet le tapaba la vista, pero aquello era bueno. Así podía quejarse, hacer todas las muecas que quisiera, e incluso dormirse en el sitio sin ser reprendido. Porque realmente, la situación no era para menos.

Seis meses. Seis meses preparando aquella maldita mierda. Movilizando gente de un lado a otro del desierto, rebuscando hasta debajo de las piedras las cosas necesarias, cobrándose todo tipo de favores para conseguir estupideces tales como una tarta o los vestidos, y lo más importante, convenciendo a Killjoys y a gente de la ciudad de que dejaran por un día las tareas de reconstrucción, se organizasen un poquito, y pudieran quedar todos. Todo eso, para que al final el contratiempo más gordo fuese que el coche principal se había quedado sin gasolina... y la (otra) novia no llegaba.

Gun bostezó de nuevo, pero esta vez fue sorprendido por Hush, que le fulminó con la mirada. La rubia se había colgado del brazo de Kobra, y en sus labios aleteaba un asomo de sonrisa escondido por largo tiempo. Heat se alegraba de que empezara a recuperarse un poco de todo lo pasado con BL/Ind y la muerte de Dust, pero no estaba muy seguro de que le gustase verla de nuevo junto a Kobra, después de lo mal que se habían portado el uno con el otro... y de que Kobra hubiese matado a Dust.

El rugido de un motor interrumpió sus pensamientos. Un todoterreno apareció en escena, decorado con cutres floripondios de colores, lacitos blancos y sucios medio deshechos, grafitis cursis y un pestilente olor a colonia barata. Un coche nupcial, sí, pero... de estilo muy Killjoy.

Escuchó una pequeña risita cerca de él, y esta vez fue él quien tuvo que golpear a Hush en el hombro. Vale que el coche era horrible, pero él había colaborado en su decoración, y habían estado dos semanas para esa mierda...

-Ya te vale -susurró al oído de la rubia- . Luego te quejas de mí.

-Gun, es horroroso. Casi me da pena Ghost.

-Esto es una boda, ¿vale? Se supone que tiene que ser horroroso, y cursi.

-En realidad -contestó ella, volviéndose de nuevo hacia Kobra- . Odio las bodas. Son asquerosas.

-Y cursis -aportó él.

Ghost bajó del coche, y al menos la mitad de la multitud rompió en aplausos. Llevaba un vestido blanco, largo y sencillo, con un gracioso escote que dejaba sus hombros al descubierto, la cintura ceñida con un lazo verde... y lleno de rasgones y manchas de hollín.

Una vez Killjoy, siempre Killjoy, rio Gun por lo bajo.

Diamond casi se desmaya cuando Bunny comenzó a avanzar hacia el altar improvisado. Había pasado de los nervios al borde de la taquicardia en apenas unos segundos, e intentaba cubrir su fuerte sonrojo con el marchito ramo de violetas que sujetaba en las manos. No le estaba funcionando.

Danger Days II: The Aftermath is SecondaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora