Danger Days II: The Aftermath is Secondary

Sirena

«And after seeing what we saw, can we still reclaim our innocence?
And if the world needs something better,
let's give them one more reason now»

Girl

Diamond no volvía. No volvía, y Gun y Cyanide se empezaban a poner nerviosos.

Seguían ahí, escondidos en ese maldito rellano, esperando a que Disco volviera con un plano, e intentando no llamar la atención de los dracs. Seguían ahí, devanándose los sesos para averiguar dónde tenían que poner la puta bomba y cómo hacer para que Disco no les abandonase. Pero Diamond no volvía, no volvía, y empezaba a pensar que se había marchado y les había dejado allí.

Gun ya había hecho un pequeño boquete en la pared, de tanto darle puñetazos, y sus nudillos estaban llenos de sangre incluso a través de los guantes, que habían quedado agujereados. Cyanide, un poco menos violento, se había dedicado a trenzarse el largo cabello, y ahora tenía la cabeza llena de trencitas mitad rojas mitad plateadas. En vista de que Diamond no volvía y se había quedado sin nada que hacer, comenzó a deshacerlas, y después, a contar las grietas que tenía la calavera que usaba como antifaz.

Y ella seguía allí, como una estúpida, pensando qué podría decirle a Disco para que no le metiera un tiro.

Había sido una estúpida. ¿Qué creía, que no se iban a dar cuenta de que, en realidad, no tenía ni puñetera idea de qué hacer con la bomba? Había tanta gente que se había sacrificado, que seguía luchando en vano todo por, como había dicho Diamond, el capricho de una niñata que quería jugar a ir a la guerra.

Pero, ¿qué otra cosa podía haber hecho? Hush le había prohibido ir, y ellos tenían pensado lanzarse de cabeza a la ciudad a cargarse a Korse (sí, pese a lo que hubiera dicho Pony; ya buscarían una excusa después), explotar BL/Ind, y recuperar a los Originales. Y Girl también tenía una historia pendiente con BL/Ind, también quería encontrar a sus amigos.

Así que mintió. Y, pese a sentirse como si se estuviera repitiendo la historia de hace dos años, siguió mintiendo hasta encontrarse en el interior de la sede. Hasta enfadar a Diamond.

-Vale, se acabó -Gun se levantó al fin, haciendo caso omiso a la sangre que goteaba de su puño- . Si Diamond no vuelve, tendremos que ir nosotros a buscarla. Ya me he aburrido de esperar.

-Pero Gun, Disco dijo que nos quedásemos aquí...

-Tú cállate -Heat la fulminó con la mirada, y pudo ver el odio ardiendo detrás de sus lentillas rojas- . Después de lo que has hecho, no tienes ningún derecho a opinar. Y deberías dar gracias de que no te dejemos aquí tirada.

-Odio admitirlo, Heat, pero quizás la niña tiene razón -suspiró Cyanide, volviéndose a colocar la calavera sobre los ojos- . Este sitio es enorme, y no sabemos orientarnos. Como nos movamos, quizá nunca volvamos a ver a Disco.

Un nuevo puñetazo de Gun que hizo temblar la pared y dispersó gotitas escarlata en todas las direcciones fue su única respuesta.

-Ah, si seguís aquí -la apática voz de Diamond les saludó, abriendo de golpe la puerta de las escaleras- . Moved los putos culos. Tengo el puto mapa.

La peliazul llegaba polvorienta, ensangrentada, y aún furiosa, pero con el mapa en la mano y sin ningunas ganas de hablar de lo que le había pasado. No era un mapa de esos por los que Gun llevaba rogando desde que entraron, de los del puntito que dice USTED ESTÁ AQUÍ, pero de tanto correr por ahí, Disco había conseguido ubicarse más o menos, y por lo menos, sabían dónde estaban.